Lo sustancial: SIEMPRE LLEGAR
Haz de Sabiduría
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Es inspiradora la historia de John Stephen Akhwari, el atleta de Tanzania que quedó en último lugar en las
Olimpiadas de 1986 en México.
Sucede que la
ceremonia de clausura de tales olimpiadas había concluido. El público empezaba a
abandonar el estadio. Ya había anochecido. De repente, por los altavoces del
estadio se pidió a los pocos asistentes
que aún quedaban, que se sienten.
¿Qué acontecía? …
Pues que Akhwari, se acercaba cojeando al estadio olímpico, con
muestras evidentes de dolor en una de
sus sangrantes y vendadas piernas.
Había sufrido una caída, unos kilómetros atrás, golpeándose la rodilla y dislocándose un
hombro.
Y de esta manera, John
llegó prácticamente caminando hacia la meta.
Minutos más tarde
algún periodista le preguntó:
-¿Por qué después de la caída, con el dolor que sentía, y sin
opciones de lograr una posición relevante, decidió seguir en la competencia?
Akhwari contestó:
-“Mi país no
me envió a México a iniciar la carrera, sino
a terminarla.”
Querid@ amig@
La actitud de John Stephen Akhwari es aplicable a la carrera de
nuestra existencia: habrán muchos obstáculos, muchas circunstancias en el
camino que nos estimulen a abandonar el propósito que tiene Dios para nuestra
vida: contratiempos, infortunios, reveses económicos, falta de salud, adversidades como la actual pandemia
del Coronavirus, u otras catalogadas como desgracias. Pero aun así, nuestro paso no debe ni puede suspenderse; debemos
avanzar hasta el final. No importa el lugar en el que lleguemos; lo
sustancial será siempre llegar.
Podríamos entonces tomar la frase de dicho atleta, señalando
también que Dios no nos ha enviado a este mundo a iniciar su carrera y a
abandonarla, sino a continuarla a cualquier costo, y a concluirla, convencidos que en todo el trayecto Él nos
acompañará; y cuando caigamos, nos extenderá su diestra para levantarnos.
Por
lo tanto, también nosotros, que tenemos tan grande nube de testigos a nuestro
alrededor, liberémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con
paciencia la carrera que tenemos por delante.
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