ESAS AGUAS BAJARÁN

Brendaliz Avilés
Escritos del Silencio
https://escritosdelsilencio.blogspot.com/
Staff

Puede que sobre tu vida esté cayendo un diluvio que amenaza con ahogarte y socavar los cimientos de tu fe. Puede que haya llovido tanto sobre tu vida que sientas que estás nadando contracorriente, hacia un lugar donde no quieres llegar. Puede que sientas este proceso demasiado lento y doloroso y estés clamando a Dios, para que esto pase ya.

Pues no importa cuál sea la situación que estés atravesando; solo debes entender que hay pruebas que todos tenemos que pasar y que aunque son duras, serán ellas las que nos permitirán conquistar más bendiciones en el Señor.

Así como cuando aquel diluvio cayó sobre la tierra y Noé y su familia aguardaban en la barca a que las aguas bajen. Así Dios va a permitir que pronto las aguas de tu aflicción desciendan para que puedas entender que su gloria y su poder están sobre tu vida; que EL nunca te ha abandonado, pero que parte del proceso de maduración, involucra tener que tomar la cruz, negarte a ti mismo y caminar convencido que el Señor hará cosas grandes, y que su poder se perfeccionará en medio de tus debilidades.

Recuerda:

En tu caminar no vas solo… Te acompaña el dulce Maestro, quien hizo caminar a Pedro sobre las aguas; el que convirtió a Pablo camino a Damasco; el que se detuvo para entrar a casa de Zaqueo; el que hizo milagros antes, y los sigue haciendo ahora.

Ya lo verás: En algún momento las aguas de tu problema, decrecerán; soplará el viento de Dios y se llevará los temores, el dolor, la enfermedad, la depresión, la confusión y la ansiedad.

Te lo dice una persona que también ha estado pasando por una serie de pruebas que me parecían no tener sentido.

Por lo tanto: no te desanimes, algo bueno está por llegar para ti! Sé que ahora no lo ves, pero el Sol de Justicia nuevamente posará sus rayos sobre ti, y sabrás que EL Señor es quien siempre hace cosas grandes y maravillosas.

Solo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi esperanza.
Solo él es mi roca y mi salvación;
él es mi protector y no habré de caer”
(Salmo 62:5,6)