Cristo EN mí. Yo EN Cristo.

Daniel Gaydou
DEVOCIONALES CORTOS DIARIOS BIBLICOS
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Esta mañana estaban comentando en la radio, una polémica o pequeña polémica que surgen; distintas polémicas que surgen, por el tema de la ventilación. Es muy interesante. A mí me interesa mucho ese tema, me ha gustado, y ahora te voy a contar algo que descubrí. Y mirá vos cómo es la historia, cómo se repite.

La polémica es porque está ahora, según la normativa que está vigente ahora, los colectivos, los taxis, las aulas y los templos, de paso también, deben tener ventilación. Es decir, ventilación cruzada se llama esa; es decir, en un extremo del ambiente tenés que tener algo abierto para que entre el aire y en el otro extremo del salón tenés que tener abierto para que haya una corriente de aire. Es decir, que el aire se renueve en el interior. Es decir el aire va saliendo por un lado y mientras va entrando por el otro, según sea la brisa dominante en ese momento. Porque salvo algún raro momento, el aire está siempre en movimiento. Y para probar esto, un día que esté tranquilo, abrí una ventana y poné una vela prendida. Ahí va a ver cómo la llama de la vela fluctúa en algún sentido. Hacia adentro, que quiere decir que el aire está entrando, o hacia afuera, que quiere decir que aire está saliendo.

Lo curioso, es que, vos sabrás observado, que en los edificios públicos antiguos; en los hospitales, en las clínicas, en las casas viejas, en las escuelas viejas, las puertas eran muy altas y tenían banderola arriba. Sabés para qué es la banderola? Es por esa idea que había a fines del siglo IXX, al principio del XX, del tema que venía de esa cultura inglesa de las miasmas, se llamaba.

Tenían la idea de que las enfermedades -y, ojo! que no estaban muy lejos!- pero que lo que contagiaba las enfermedades, eran los olores. Estaban cerca, porque los olores son partículas que están en el aire. Pero una partícula, para que uno lo sienta con la nariz, mirá vos para qué vale nuestra nariz! una  partícula que está disuelta en el aire en una proporción de 3 millones a 1, nosotros la podemos oler con la nariz. La podemos oler desde esos valores. Es ínfima la cantidad. Lo que pasa es que en el aire que respiramos y  especialmente el aire que estamos respirando adentro de la casa, hay una  infinidad de polvillo, que hay que trabajar en el servicio técnico de las estufas a gas, como me pasó a mí, para verlo. El piloto se ensucia y hay que limpiarlo, porque lo que hace es juntar eso que flota en el aire. Y, qué flota en el aire? Bueno, en el aire flota polvillo, es decir, una tierra que está tan tamizada, tan finita, que ya su peso es ínfimo y flota en el aire por las cargas eléctricas. Que eso, es otro tema que algún día podríamos hablar, pero también las células muertas de nuestra piel, lo que llamamos cuando abundan, “caspa” en la cabeza, pero también en todas las partes del cuerpo la piel va cayendo, eso en forma de pequeñas hojuelitas microscópicas, también por la falta de peso y por la carga eléctrica, flotan en el aire. Sobre todos los días secos o cuando tenemos un ambiente muy caliente y seco por la causa de la calefacción, también flota en el aire. Si tenemos animales, también las partículas que ellos largan incluso algunos pelos más chiquitos, también flotan en el aire. Y el hollín que se genera cuando algo se quema, que no hace falta que haya una gran quemazón, sino simplemente encender una hornalla o encender un artefacto a gas, genera un hollín, y a dónde va? Va también al aire. Todo eso flota y gira y da vueltas alrededor de la casa, por eso es tan importante ventilar. Si vos te das cuenta, yo me he dado cuenta en la evolución de cuando trabajaba en las casas, que las casas de ahora tienen problemas de humedad. Y las casas de nuestros abuelos no tenían problemas de humedad. Sabés por qué es? Por el cambio de los hábitos. Hace 60 años atrás, apenas sonaba el despertador, se levantaba todo el mundo y si el día estaba, que no estaba muy feo, se abrían las ventanas, se aireaban las camas. La técnica de airear las camas, te  acordás eso? Ventilar las camas, todo para sacar las miasmas de ahí. Es decir, esa cosa que está, que está pero que no la vemos. Y que hay que ventilarla, hay que sacarla para fuera, porque adentro, nosotros respiramos eso y esas partículas que flotan en el aire, además de quedar en la mucosa del sistema respiratorio, la parte biológicamente activa, como son cepas de distintas bacterias y los virus, etc.; una vez que toman contacto con nuestras mucosas húmedas y calentitas, comienzan a reproducirse. Porque dicen: “al fin encontré un lugar lindo para vivir”.

Y yo quisiera usar esa ilustración para enfatizar el tema de la ventilación del aire, aparte, de que te darás cuenta que hay que ventilar; es preferible tener frío. Y ahí está la paradoja, porque hay gente que cree que tomando frío, se enferma. Entonces, cierra todo y no se da cuenta que no es el frío lo que  enferma, sino el hecho de que cuando hace frío nos encerramos en el ambiente y lo recontra cargamos de partículas biológicamente activas. Y entonces se favorece el contagio y el contacto con estas pequeñas cosas que flotan en el ambiente.

Y eso es figura para mí. Es una figura muy importante. Podría ser del pecado, pero para mí, en el tema de que cómo la vida cristiana se diferencia de la autoayuda. Escuchaste, leer libros de autoayuda, vídeo de autoayuda, que te dicen: vos tenés que confiar en el futuro y tenés que tener una actitud positiva, y todo eso; tiene como base teórica la idea de que quizás, si yo me lo propongo, lo logro.

Ahora, en la Biblia, la fe, en la esencia misma de la fe, no es que si yo puedo lo logro, porque yo soy fuerte y me lo tengo que proponer y lo voy a conseguir. Sino, yo tengo alguien en mi vida que me va a ayudar a encontrar mis logros. El apóstol Pablo en Colosenses 1:27 que era un tipo muy de “autoayuda”, era un hombre muy proactivo, descubrió a Cristo y cuando lo descubrió, escribió a la iglesia que está en Colosas, en Asia Menor, en Turquía; Colosenses 1:27:

A éstos (hablando de los creyentes) Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria.

Yo te pido que te fijes en esa pequeña palabrita de dos letras que es: “en”.  Entre las naciones, en ustedes. Es Cristo en ustedes. No son ustedes, sino Cristo EN ustedes, la esperanza de gloria.  

A este Cristo proclamamos, aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos a todos perfectos en él.

Ahora no es Cristo en mí, sino yo en él.  

Con este fin trabajo y lucho fortalecido por el poder de Cristo que obra en mí.

(Colosenses 1:27-29 NVI)

Mirá vos! El “EN” qué importante que es. Cristo en mí, Él hace cosas en mi vida, que no me pregunta. De hecho, bueno es respetuoso y no va a hacer lo que yo no quiero. Pero Él hace cosas en mi vida, me pasan cosas en mi vida que yo no planee, que no sé quién planeó, pero que cuando la pienso un poco mejor, me doy cuenta que las ha planeado Él, por mí. Es decir, que me llevo una agenda preciosa.

Y, por otro lado, soy yo en él; y no yo, porque el ser humano, yo puedo y soy un dios. Yo tengo que creer eso, y que yo lo puedo, y yo… No, no, no, no! Aún, el famoso texto: “todo lo puedo en Cristo” tiene la palabrita de dos letras: es Cristo EN mí ó yo EN Cristo.

Lindo lugar… no es cierto?

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