ÁNGELES EN EL CAMINO

Alex López
La Catapulta
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Hablando sobre la superioridad absoluta de Jesús sobre los ángeles, el autor del libro de Hebreos escribió: “¿No son todos los ángeles espíritus dedicados al servicio divino, enviados para ayudar a los que han de heredar la salvación?” La Biblia en Hebreos 1:14

En el mundo espiritual, hay ángeles al servicio nuestro. Desconocemos qué ha pasado, qué pasa y qué pasará. En ese ambiente invisible a nuestros ojos.

Hoy no quiero hablarle de esos ángeles espirituales, sino de aquellos mensajeros terrenales que corren en ayuda de otros, ángeles de carne.

No tienen poderes superiores, pero creen en el Todopoderoso. Reconocen la grandeza de la santidad de Dios, su enemistad contra el pecado y a Jesús el salvador de nuestros pecados y de la ira santa de Dios.

Pero no sólo la reconocen, viven para amarlo y para amar a su prójimo como a ellos mismos. Ese amor, les convierte en ángeles de carne. Mensajeros terrenales, al servicio de Dios.

Tuvimos la oportunidad de viajar con mi esposa Aixa y mis cuatro hijos, al interior de la República de Guatemala. Viajamos a un lugar de descanso de unos amigos creyentes – ángeles de carne y mensajeros del amor de Dios para nosotros -. El tiempo fue espectacular.

Aixa publicó una foto en Instagram y un amigo de 24 años la vio. Mientras platicábamos con nuestros amigos después de la cena, le escribió a ella: ¿Dónde estás? Y ¿Puedo llegar a visitarlos? Mi esposa les contó a ellos la historia de este joven quien entre los 5 ó 6 años de edad – no lo sabe con certeza – lo llevó la Policía a un hogar. Y allí vivió hasta los 18 años. Nuestros amigos dijeron: ¡Que se venga!

Al día siguiente, manejó dos horas para llegar al muelle en donde una lancha le esperaba – ya que nosotros estábamos en plena caminata para llegar a la cima de una pequeña montaña, desde donde se vería el lago Izabal –.

Cuando íbamos de regreso, divisamos la lancha. Y con una llamada, se desvió de su curso para que se uniera a nuestra caminata de regreso ya estando a pocas cuadras de nuestra llegada. Su felicidad era notable. Platicamos, acostados él y nuestro anfitrión en dos hamacas. Y el resto en sillas.

Ángeles de carne. Edwin ha conocido varios a lo largo de su vida. Desconoce la razón de su llegada al hogar, pero no los ángeles que ha podido conocer a lo largo de su vida. Sin papá ni mamá, fue criado en ese hogar. Siempre, con la esperanza de un día ser adoptado y tener una familia. Los años pasaron y nunca eso nunca se dio.

El día que cumplió 18 años y a las 5 de la mañana, salió del hogar sin destino seguro. Llamó a una familia que visitaba el hogar y esta le dio posada alrededor de un mes. Al tiempo, llamó a un joven en sus veintes a quien no había podido contactar porque recién se había casado y andaba en su luna de miel.

Al contactarlo, este joven recién casado, se lo llevó a su casa. Este fue uno de sus muchos ángeles. Fue su mentor, su amigo y de quien por primera vez mientras le ponía una mano en el hombro le preguntaba ¿Cómo estás? Palabras que jamás había escuchado de manera singular.

En el hogar en el que estaba, todos los niños tenían parientes a quienes visitaban los meses de diciembre. El, siempre se quedaba solo todos los meses de diciembre. Su única compañía, era un guardia de seguridad, quien lo acompañó durante esos meses de diciembre, 8 años seguidos.

Los dos solos, celebraban la Noche Buena comiendo un tamal – en Guatemala la cena de Noche Buena el día 24 de diciembre, es más importante que la misma Navidad el 25 de diciembre –. Pero esa noche, no era tan buena, él estaba solo y con un guardia de seguridad. Pero para fortuna de él, este guardia era cristiano.

Lo animaba y cada año le ponía la canción “Tu Fidelidad” que cantaba Marcos Witt. Esa canción en medio de su dolor, no llegó a significar esperanza, sino un recordatorio de su abandono. Hasta que años más tarde comprendió la grandeza de su Salvador que siempre había sido fiel, comprendió el Evangelio.

Para un 24 de diciembre, recibió una llamada de un ángel en su pasado. Era el guardia de seguridad quien todavía trabaja en el hogar y a quien, alguien, le había dado el número de celular. Lo saludó con amor y lo felicitó por vivir en la fe y porque sabía en su corazón, que saldría adelante. Cuando terminó la llamada, en la radio comenzó a sonar la canción: “Tu Fidelidad” y las lágrimas brotaron de sus ojos.

Hoy es fotógrafo y videógrafo. Trabaja para la “Misión el Faro”. Entre sus hazañas, está el haberle escrito un comentario sobre una edición de un video a Gaby Moreno – una cantante famosa de Guatemala – y luego felicitarla cuando lo borró y subió otro mejor. Por dos años, en distintas ocasiones la acompañó a distintos eventos.

Hoy no sólo trabaja ayudando a llevar comida con la Misión, sino también registrando, con fotos y videos, el amor y la generosidad a los más necesitados. También es mentor de 8 niños más, en el mismo hogar en el que creció, que tienen entre 13 y 16 años.

Y no sólo eso, unos amigos norteamericanos que conoció cuando atendió a las necesidades de un joven que no llevaba calzoneta para nadar, son ahora sus papás. El ahora es hijo y con todos los derechos de un hijo.

Tiene su propio cuarto cuando regresa a Guatemala, su carro, el amor de dos hermanas mayores, pero, sobre todo, dos personas a quienes llama papá y mamá, de quienes recibe las llamadas de amor y atención que nunca recibió, como la figura que ellos son. Un día, en un futuro, será un chapín con apellido Smith.

Ángeles de carne. Aquellos que están al servicio de Dios, quienes tocan el corazón, extienden una mano, abren las puertas de su casa y gritan con acciones: ¡Dios es amor!

Edwin recibe al día de hoy a ángeles de carne y se ha convertido a su vez, en un ángel de carne para otros.

La pregunta es ¿Para quién y cómo puedo yo ser un ángel de carne? El mundo nos necesita. El mundo necesita experimentar el amor de Dios. Y este se manifestó en Jesús, cuando dio su vida por nosotros. Y él nos llama a entregar nuestras vidas de la misma manera, por los demás. Conviértase en un ángel en el camino, para los demás…

Escuche el testimonio de Edwin en dos podcasts de Religión Pura, de la Alianza Cristiana para los Huérfanos (ACH) en donde mi esposa Aixa y David McCormick compartieron con él.

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