Si tu hijo te pide pan...
DEVOCIONALES CORTOS DIARIOS BIBLICOS
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Bien,
mis queridos alumnos, hoy vamos a trabajar en clase un tema de Ciencias Sociales,
así que les pido por favor que anoten las consignas en sus carpetas y luego lo
vamos a trabajar en conjunto.
Problema:
(dos puntos)
Si
vos fueras el padre de un chico de 10 años que todavía se sigue haciendo “pis” en
la cama, qué harías: (2 puntos)
Propuesta
a): lo castigaría cada vez que se hace pis en la cama para que entonces asocie
el sufrimiento del castigo con esa conducta y entonces así eso lo haría refrenar
su deseo de orinar mientras todavía está dormido en la etapa crepuscular del
sueño y resolvería el asunto.
Propuesta
b): sería avergonzarlo delante de todos, delante de la familia delante de los
parientes, de los amigos, diciendo “-Sí, éste se hace “pis” encima”, o algo así,
para que él al tener esa presión de que cada vez que se orine va a tener
vergüenza, entonces ahí va a tener más control, se va a preocupar un poco más
de no orinarse encima.
Propuesta
c): hablaríamos con él, veríamos si hay algún problema haciéndolo revisar con
el pediatra.
Muy
bien! Ahí está planteado el tema y yo ya sé que vos en tu mente tenés una respuesta
ya clara.
La pregunta o el tema que quiero plantear hoy, es qué pasa cuando una persona piensa que Dios es malo, o que Dios no está siendo lo suficientemente bueno. Por supuesto, no se anima a culparlo a Dios. Por otro lado, yo estoy pasando un mal momento y Dios ¿dónde está? Esa problemática es el problema de hoy. El ejemplo que puse de como si estuviéramos discutiendo en una clase qué hacer con un chiquito que se orina encima que es un problema más o menos recurrente, es que el propio señor Jesús dijo así. Mateo 7:9 es el texto. Simplemente una idea, está tan sintético que es tan fácil de entender. Jesús les dijo a la gente así:
“Ustedes, los que son padres, si sus hijos les piden un pedazo de pan, ¿acaso les dan una piedra en su lugar?”
Una
piedra parecida a un pan, pan caserito, aquí hay una piedra. “-Tomá nene, acá
tenés!” Ustedes lo harían? En serio, realmente, pero hablando en serio: ¿lo
harían? La respuesta es NO. Claro que no, por supuesto que no!
Entonces
el “quiero retruco” (*) de Jesús fue: si ustedes que son gente común, no lo
hace, por qué piensan que Dios sí lo hace? Y esa es la pregunta. Es una espina
clavada en nuestra forma de pensar, que la tenemos que enfrentar con valentía,
ahora. Que hace Dios cuando quiere que yo me deje de hacer “pis” encima, en la
cama? Qué hace Dios si yo soy así?
Y
muchos, yo he escuchado, por eso, y a veces con horror, de creyentes que dicen por
ejemplo; yo escuché uno, estoy citando un caso concreto ¿eh?; una señora que dijo:
“-Nosotros orábamos para que nazca mi nieto, y Dios como nosotros insistíamos
tanto en pedirle que mi nieto nazca bien, porque venía con problemas, permitió
que nazca con una discapacidad mental muy grave para enseñarnos que no debemos
ser tan insistentes con Él en la oración”.
Cuando
yo escuché ese relato horroroso que estoy contando, y pido perdón de paso, porque
todas las imágenes del mensaje de hoy, están hablando, volviendo del horror del
error. Yo pensé: ¿esa es la idea que ella tiene de que Dios es así? ¿Es Dios
así? ¿Es un Dios que castiga a los hijos por el pecado de los padres? ¿Dios es
así de malo, que en un momento si se cansa con nosotros y se enoja, directamente
nos castiga?
¿No
hay en la opinión popular un dicho que dice: “menos pregunta Dios, y perdona”?
¿Dónde está la idea del Dios bueno, perdonador; del Evangelio, de ese mensaje que
salimos a predicar diciendo: “acérquense confiados a Dios, que Dios nos les va a
pegar. Dios no te va a pegar! No te va a poner en vergüenza! Dios te va a resolver.
¿Has
experimentado vos en tu vida o seguís con esa idea que la inculcaron a veces
sin querer, nuestros padres. Nosotros decimos “nuestros padres”. Nuestros
abuelos eran medio brutos, la verdad. Castigaban físicamente, avergonzaban en
público. A mi papá le pasó una vez! Él ya iba a la escuela, pero jugueteando,
haciendo líos en la casa, mi abuela Margarita estaba cocinando milanesas y éste
se subió a la mesada. No sé para qué “miércoles” se subió a la mesada! Nunca hay
respuesta a esa pregunta! Se resbaló y se cayó sentado en el aceite de la
fritura. Por supuesto, se recontra quemó la cola, tuvieron que salir corriendo,
etc., etc., y por supuesto, no pudo ir a la escuela varios días. Entonces cuando
volvió a la escuela, contaba papá, que pasó la vergüenza muy grande! Porque la
maestra dijo: “-Que pasó que Danielito no vino a la escuela estos días?” Y le dice la abuela: “-Mire cómo quedó, se
quemó con el aceite de las milanesas”, le bajó el pantalón ahí y les mostró la
cola toda quemada delante de todo el grado. Papá después quedó más rojo que la
cola. El mono cola colorada parecía, por la vergüenza!
El
castigo físico. Nosotros hemos sido brutos, yo he sido un padre bruto, confieso
eso. Y lo hacíamos a veces, nosotros queríamos que nuestros hijos salgan derechos,
lo mejor posible. Y como nosotros fuimos “enderezados” así nosotros también los
quisimos enderezar con la mejor intención, pero haciéndoles cosas que les han
hecho daño. Y eso es un pecado del cual solamente el perdón de Dios nos puede
sacar, porque ya no podemos volver la historia para atrás. Pero de todas
maneras, a coscorrones, yo no digo de mis hijos lo que ellos tienen para decir
de nuestra crianza, probablemente tienen razón y yo se las doy la razón si me
lo dijeran. No me dicen nunca nada porque tienen miedo que les pegue! Y yo me
doy cuenta de eso. Pero yo me doy cuenta de la creación nuestra. Papá y mamá
como fueron con nosotros y como eran con ese tema del castigo, de la vergüenza.
Y sin embargo, mis dos hermanos y yo salimos derechitos, derechitos! Nosotros,
como dijo uno que estaba escuchando noticiero y que veía crímenes por todos
lados decía: “-y pensar que yo toda la vida creí que nosotros de chicos éramos
traviesos!”
Bueno,
nosotros nos criamos así. Pensando siempre que nunca dábamos en la talla, que
siempre éramos traviesos, que siempre estábamos desubicados, y ahora en el contexto
de ahora, decimos: “-Bueno, después de todo, tuvimos un hogar que nos expresó su
amor a cachetazos y lo bien que nos hicieron”. Con eso no estoy justificando la
violencia. Estoy diciendo aún de esas cosas nos saca Dios. Porque a Dios si le pedimos
PAN, ¿sabés que nos da? PAN, querido! PAN!
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