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Mostrando las entradas de junio, 2015

Del amor divino

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Por Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com “ ¿Cuántas veces ustedes los padres escucharon cosas como: Mamá, papá, quiero agradecerles por todos los sacrificios que hicieron por mí, estoy tan agradecido?” (Philip Yansey. “¿Para qué sirve Dios?”) Gracias hno. Philip, tus palabras han sido tan inspiradoras y de gran bendición desde mis primeros pasos en la vida cristiana, allá por principios de los ‘80 y hoy eso no ha cambiado en absoluto. ¡Bueno sería conocernos personalmente! Hoy ellos ya no están aquí, pero con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta al momento de escribir esto, dudo que mis padres hayan escuchado semejante cosa de mí mismo. Es más: tal vez –insisto: sólo “tal vez” – Dios lo haya escuchado alguna vez de mi propia boca. En unos pocos meses voy a cumplir treinta y cinco años de aquella noche en que decidí entregar mi vida en sus manos. ¡Gracias Dios, por el ministerio de mi hno. Miguel que hoy está en tu presencia! Hoy uno de sus hijo

Bienvenida, incredulidad de Tomás

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Por: Luis Caccia Guerra para www.mensajesdeanimo.com Alguna vez dije: “Creo, por eso a veces dudo” , toda vez que una fe sincera, genuina, no es ciega, pasiva, sumisa ni dogmática. Muy por el contrario, es dinámica, activa, motivadora, infunde esperanza, es motor de vida. Y a veces, por muy buenos creyentes que seamos, el incrédulo asoma en el escenario de la vida. No conozco persona sincera que niegue esta verdad. Todos en algún momento de la vida, afrontamos un mar de preguntas, cuando nuevas luces generan más sombras, cuando son más las dudas que las certezas. La culpa, el desánimo, la frustración y la desesperanza, amigos inseparables de la incredulidad acuden pronto al llamado. Una ovejita solitaria lejos del rebaño, es blanco fácil de las patrañas del Gran Mentiroso (Juan 8:44). Tomás, tuvo el elevado privilegio de conocer personalmente a Jesús, y aún así, afrontar un mar de dudas. Cuando Jesús le invita a tomar sus manos, tocar su costado, sentir las c

Hojas de higuera

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Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com “ Un día, Adán y Eva se sintieron culpables. Al mismo tiempo, sintieron que Dios les miraba y sintieron vergüenza. Y entonces, nos dice la Biblia, cosieron hojas de higuera para cubrirse. Nada ha cambiado en la actitud de los seres humanos desde entonces.” Pablo Sheetz. Quienes formamos parte de este ministerio, a través de la palabra escrita, tenemos al menos, un punto en común: el ocuparnos de otros. De la mano de Dios hacer que nuestras propias vidas, bendiciones y también ¿por qué no? penurias, sean de bendición y edificación para otros. El escritor secular, conocido y exitoso, muchas veces se encuentra “atado” a lo que su editorial le demanda y con frecuencia, si desea continuar parado sobre la cresta de la ola del éxito, debe escribir lo que sus lectores esperan leer de él. En cambio, lo que decimos, lo que expresamos, lo que muchos escritores cristianos MINISTRAMOS a través de la palabra esc

Religión y Fe. No son lo mismo, pero pueden hacerlo mismo: enfermar o sanar

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Por: Luis Caccia Guerra para www.destellodesugloria.org Religión Cuando en el ámbito secular me preguntan, prefiero responder que escribo sobre temas relacionados con la fe, no sobre asuntos religiosos. ¿Y cuál es la diferencia? Karl Marx escribió: “La religión es el opio de los pueblos”. Jesús dijo: “la fe puede mover montañas” . (Mateo 17:20) Herschel Marx, descendiente de sabios rabinos; se convirtió al protestantismo cuando su hijo Karl tenía apenas seis años de edad. El motivo de su conversión no fue justamente una cuestión de fe, sino un edicto de Prusia que prohibía a los abogados judíos ejercer su profesión. Difícilmente el padre de Karl Marx podría haberse anticipado a los efectos que esta decisión tendría en el largo plazo sobre su propia familia y aún sobre millones de personas en el mundo. El pequeño Karl fue testigo y víctima del trauma que el “conveniente” cambio de religión de su padre causó en el seno de su familia. Hasta tal punto, que

Cuando la confesión nos gobierna

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Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Muchas veces uno ruega y clama a Dios por “justicia”. Sobre todo cuando el damnificado es uno. Las burlas, la discriminación, el aparteid, el odio y el asedio sin descanso, las continuas provocaciones… unido a todo este triste panorama, las presiones propias del ámbito laboral, esta semana terminaron por agotarme. El viernes pasado, no más llegar a la oficina, muy temprano en la mañana, me desplomé en mi sillón y tras un profundo suspiro pensé: -¿Y ahora, Dios, qué sigue? La Gerente, desde su oficina contigua, escuchó mi descarga emocional, dejó su escritorio y se presentó inmediatamente. -Luis: ¿Qué pasa? ¿Así empezamos el día? -Sí. Estoy agotado. ¡No puedo más! Fue mi respuesta, sin importar las consecuencias de mi “sincericidio”. No vale la pena abundar en detalles de lo que siguió. Si llegué muy temprano en la mañana agotado, terminé el día después de doce horas sin parar en medio de