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Mostrando las entradas de julio, 2013

Burbujas

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Burbujas Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Hace un tiempo, para llamar la atención y a modo de publicidad, una tienda de ropa y accesorios para niños había instalado en la vereda del local un curioso equipo que emitía abundante cantidad de burbujas de jabón. Era delicia de grandes y chicos pasar por ese lugar entre la nube de burbujitas. Mi hija, sin ir más lejos, cuando chiquita, le gustaba jugar con esos juguetes que producen burbujas de jabón. Al rayo del sol muchas de ellas parece que tuvieran distintos y tornasolados colores. El perro –nuestro fox terrier, del que hace mucho que no digo nada, pero aún vive, goza de buena salud y sigue haciendo de las suyas– también obtenía su generosa porción de diversión saltando y reventando burbujas. Un tan bello como efímero espectáculo de colores y movimiento.   Las burbujas tienen un aspecto curioso, colorido, gracioso. Entretienen y divierten la vista. Resulta una delicia verlas flotar en el ai

Culpa buena vs. culpa mala

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Culpa buena vs. culpa mala Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Una de las numerosas acepciones de la definición de la palabra “culpa” del Diccionario de la Real Academia Española es: “Pecado o transgresión voluntaria de la ley de Dios”. En cambio el diccionario de psicología va algo más allá, respecto de los sentimientos relacionándola con “una situación emotiva-conflictual, autocastigo, autoacusación, fenómeno típico de las neurosis y finalmente con autopunición” , o lo que es lo mismo para este último término: “ autocastigo ” (paráfrasis, Diccionario de psicología. Ed. Orbis S.A. Barcelona. 1985). “por cuanto todos pecaron,   y están destituidos de la gloria de Dios,” (Romanos 3:23 RV60) dice la Escritura. Durante mis primeros años en la vida cristiana pasé por una pequeña iglesia en la que su ministro predicaba con vehemencia la culpa, el castigo y el infierno. Muchos años después, descubrí que en realidad no era celo por las cosas del Seño

Arrebatando bendiciones

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Arrebatando bendiciones Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com En el lugar donde vivo, llueve muy pocas veces al año. Pero cada vez que lo hace, la lluvia tiene una muy particular forma de anunciarse, y es con una característica brisa que huele a ozono. Cuando esta fina y fresca brisa llega, ya no queda duda alguna de que la lluvia no se va hacer esperar. Con frecuencia, comparamos las lluvias con las bendiciones que provienen del cielo de Dios. De hecho en las Escrituras hallamos unos cuantos ejemplos de la lluvia como una bendición de parte de Dios. Sin embargo también hallamos en la Palabra que así como sale el sol para el bueno y para el malo, también llueve tanto para uno como para otro. Que ser creyentes y justificados en su infinita gracia no implica una póliza de garantía de que la adversidad nunca se hará presente en nuestras vidas (Eclesiastés 7:13 y 14; 8:14; 9:2 y 3). Sí de que nada de lo que nos acontece lo hará sin antes haber pasa