De lo que hemos visto y oído

Daniel Gaydou
DEVOCIONALES CORTOS DIARIOS BIBLICOS
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Hola, buen día mi querido, mi querida! Hace como dos o tres años atrás, estábamos de vacaciones en Merlo, San Luis. Un lugar muy lindo, muy sencillo, también… muy bonito! Y estábamos llegando de noche a cenar a un lugar. Entonces mi señora y la mamá, mi suegra Chiche, se bajaron del auto y empezaron a caminar despacito, para ir ahí, a un lugar de una pizzería que íbamos a comer o algo así. Yo vi que atrás mío, donde había dejado el auto, había se había liberado un espacio mejor para estacionar. Y entonces, me volví al auto, di marcha atrás y lo estacioné en el hueco. Cuando me iba a bajar del auto, a la sombra de un árbol, o sea, me daba sombra de la luz de la calle, un lugar oscuro. Al lado del auto, pasó algo raro, que tenía un andar raro, como un perro. Lo miré bien y era un zorro. Un zorrito de tamaño mediano. Pasó por atrás del auto, cruzó la calle. Pasó por al lado de una chica de unos 30 años que estaba escribiendo algo en el teléfono, en la vereda de enfrente. Pasó decididamente al lado de ella y se metió en la casa de al lado, por la reja. Ahí estaban los perros de la casa de al lado, había por lo menos, dos. Pasó por entre los perros y se fue hasta el fondo de la casa sin que los perros ladren ni nada. Entonces, yo sorprendido y sin medir las consecuencias -cosa que hago bastante frecuentemente- le dije la chica: “-Viste eso?” Y la chica se asustó y me dijo: “-No, qué? Digo: “-Pasó un zorrito al lado tuyo!” “-No, no pasó nada!”, me dijo. Se ve que tenía miedo del loco este, que salió de la oscuridad y que venía con una historia increíble!

Ese zorrito, como seguramente lo estaba haciendo permanentemente, entraba a la ciudad, esquivaba a las personas, pasaba al lado de los perros que ya lo conocían, evidentemente eran amigos; iba hasta el fondo seguramente, porque al fondo no iba para ver televisión ni para cargar el celular. Iba para comer, probablemente la misma comida que comían los perros. Es decir, que ese zorrito había encontrado una forma de engatusar a todo el mundo, que en parte no cree, como a la chica esta le pasó, que podría ser cierto que un zorrito estuviera ahí en el centro, pero era el centro! de Merlo, y entonces por eso no lo vio.

A dónde voy con esto: a que muchas cosas de la vida espiritual nosotros no las vemos porque no las esperamos. Nosotros, que es una forma de decir: “no creemos”, pero no es decir simplemente nos negamos. Simplemente, no las vemos.

Vos escuchaste de esos experimentos sociales, donde ponen a un grupo de personas en una mesa, en una calle céntrica y hay un mago que les hace prestidigitaciones y cuando termina, les dice: “-Vieron el elefante?” o “-Vieron a los gorilas o a los conejos…" hay varios ejemplos de eso en YouTube, hay un montón! Son muy divertidos porque mientras la gente está concentrada en el mago que los está engañando con un truco, con tal de descubrir el truco, no ven que al lado de ellos, atrás de ellos, pasa un elefante, por ejemplo. En uno, es un elefante pintado de color rosa. Cómo no lo vas a ver! Simplemente, porque estás concentrado en otra cosa.

Ese es el punto de hoy. Que la vida espiritual y que mucha gente que dice: “Es que yo no veo a Dios, no me doy cuenta, no lo siento”… es simplemente porque no cree que Dios pueda intervenir en su vida.

Es eso, nada más. Hay mucha gente que cree que uno piensa: “Qué humilde, que es, no? Porque se siente tan pequeño que Dios no se va a fijar en él”. Y no se da cuenta que Dios está al lado de él porque ciertamente dijo Jesús, Él no está lejos de ninguno de nosotros. Está al lado nuestro ahora. Pero yo no lo veo! No, claro, es invisible. Bueno, pero no lo veo tampoco que haga nada.

Ah! No ves que Dios esté haciendo nada! Claro, con el lío que hay… fijate vos, sin embargo, cómo nosotros creemos firmemente que algunas de las cosas que hace gente hoy día, y no quiero meterme en política porque después me viene la carta documento; pero vos fijate que mucha gente da por cierto que algo que vio en la televisión varias veces, es así como lo ha escuchado.

Sin embargo, no cree en la obra de Dios, “no sé, porque yo no veo nada. No sé, yo no veo nada, a mí no me consta”.

En 1ª Juan; vos sabés que Juan era el apóstol más jovencito que había en el grupo apostólico de Jesús. Él vivió con Jesús, lo acompañó y murió tarde. De hecho, es el autor de Apocalipsis, que es el libro más viejo del Nuevo Testamento, probablemente escrito alrededor del año 97, por ahí, antes de finalizado el primer siglo.

Él dice así, y yo adhiero perfectamente a estas palabras, y te voy a animar a que vos también las adhieras. En 1ª Juan 1:1 dice así: 

Les anunciamos al que existe desde el principio, a quien hemos visto y oído. Lo vimos con nuestros propios ojos y lo tocamos con nuestras propias manos. Él es la Palabra de vida.

Vos pensá por un instante lo que ha sido, y lo que ha cambiado la vida de Juan. Haber estado con Jesús, haberlo escuchado, haberlo tocado. Quizás un día lo abrazó o le dio la mano, o Jesús le tendió la mano para subir un pequeño risco… andá a saber! Ha comido con Jesús, sabía qué le gustaba, qué no… A esa persona vos le vas a decir que Dios no existe y que Jesús no era Dios?

Sigue Juan:

Él, quien es la vida misma, nos fue revelado, y nosotros lo vimos; y ahora testificamos y anunciamos a ustedes que él es la vida eterna. Estaba con el Padre, y luego nos fue revelado. Les anunciamos lo que nosotros mismos hemos visto y oído, para que ustedes tengan comunión con nosotros; y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo, Jesucristo. Escribimos estas cosas, para que ustedes puedan participar plenamente de nuestra alegría.

Es decir -entre paréntesis- está escribiéndonos a nosotros, que no hemos visto eso, pero él nos escribe estas cosas para que nosotros también  estemos contentos de lo que pasó con la vida terrenal de Jesús, aunque no lo hayamos visto en directo nosotros, pero por un testigo directo, uno que lo vio. Si vos no creés que el zorro entró en Merlo, es porque no me creés a mí. Y si vos no podés aceptar lo que dice la Biblia de Dios, es porque no has experimentado a Jesucristo como Juan lo experimentó. Pero si nos  acercamos, Él se va a mostrar a nosotros. Cierro paréntesis.

Éste es el mensaje que oímos de Jesús y que ahora les declaramos a ustedes: Dios es luz y en él no hay nada de oscuridad. (1 Juan 1:1-5 NTV)

Conclusión: Visto que la gente de este tiempo no lee la Biblia, yo te digo esta mañana: leé la Biblia. Leé alguna parte. Acercate a los lugares donde vas a escuchar a personas que atestiguan tener una experiencia con Dios.  A una iglesia, donde el culto esté compuesto por personas que experimentan la presencia de Dios en sus vidas. De un pastor que habla de la Biblia y de la Palabra, que es la Palabra de Dios. Leé la Biblia. Buscá algún pasaje del Nuevo Testamento, algo…

De paso, voy a poner hoy en el grupo de YouTube, una pequeña guía para leer la Biblia, para no perderse.

Pero hacé esto de acercarte a alguien que ha experimentado a Dios en su vida, en directo. Aunque ya tengas experiencias directas tuyas, que tengas la confirmación, como dijo Juan: “de cosas que nosotros vemos, pero de  cosas que también oímos”.

Te mando un beso. Aunque es un frío de morirse, esta mañana acá en Carlos Paz pero el calor sigue estando en el corazón.

Te mando un beso!

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