LUMINARES EN EL MUNDO

Daniel Gaydou
DEVOCIONALES CORTOS DIARIOS BIBLICOS
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Mateo 5:14-16 

Hola mis queridos y mis queridas. Todos los días de alguna forma u otra se cuela una palabra de afecto, un mensajito lindo de ustedes, que son escuchantes de estos tips. Estamos en una forma de comunicación unilateral prácticamente, y sin embargo, como decía un sociólogo latinoamericano: “es imposible no comunicarse”. Y de una forma u otra me llegan expresiones cariñosas que quiero agradecer en forma especial, porque hoy voy a hablar de eso. Hoy voy a hablar de eso.

Hay entre San Luis y Mendoza (Argentina-NdE) una ruta muy larga que está iluminada durante toda la noche aunque pasen pocos vehículos. Efectivamente es muy sorprendente. Del lado de San Luis, por supuesto. Después entrás a Mendoza y ahí está oscuro. Nos hemos acostumbrado a vivir rodeados de luz. Vos fijate que cuando hay un corte de luz (energía eléctrica-NdE), que ahora son más raros que los que eran cuando nosotros éramos chicos. Era muy común antes, el corte de luz o la baja de la luz. En muchas casas tenían abajo del televisor el famoso “estabilizador de tensión” y había que tener el estabilizador en algunos lugares porque especialmente a ciertas horas pico, bajaba la tensión de la luminaria muy notable. El televisor se achicaba la pantalla, se agrisaba, quedaba todo medio borroneado… Igual veíamos esos televisores que tenían como una “canilla” para elegir los canales y había que ir hasta el televisor. Entonces era típico, estaba la familia reunida y el padre: “-Ché Carlitos; poné en el Trece”. “El Trece, ufa! otra vez me toca cambiar…” Poneme el 13 que quiero ver cómo va el partido! Entonces tenía que subir uno y hacía: “trac, trac, trac” hasta el 13 y ahí quedaba el canal. “¡No engancha, pegale!” Y uno le daba un golpecito. “¡Dejalo! No lo toques más, no lo toques más… ahí está! Y en esa época se cortaba la luz seguido. En cambio ahora estamos acostumbrados a que hay luz por todos lados. Incluyendo la luz de las pantallitas que tenemos por todos lados. No sé a dónde vamos a llegar con esto.

¿Cómo es esto? Si vos te fijás, ni siquiera conocemos la noche oscura. En ese himno que decía: “la noche oscura…” ¡No hay más noche oscura! ¿Eh? Hay que ir al medio del campo, y entonces cuando uno está en el medio del campo, de repente ves impresionante el firmamento porque no hay otras luces que le compitan. Porque las luces nuestras, lo que hacen es un fenómeno óptico que pega en las partículas que están flotando, por ejemplo, en la humedad. Y entonces genera una especie de nube de luz que nos rodea alrededor de las luces artificiales que nosotros tenemos y no nos dejan ver esa noche profunda que antes se veía. Y que la gente contemplaba con un gran signo de pregunta ¿no? En la época de Moisés probablemente alguien miraba el cielo y mirando el cielo se preguntaba que habrá más allá ¿no? ¿Qué cosas hay? ¿Que nos puede decir esto que estamos viendo? Y David mirando el cielo diciendo: “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que lo habitan” (Salmos 24:1 - NdE). Pero ahora hay luz por todos lados. Hay tanta luz, que por un lado, no servimos para cuando se corta la luz. Nos quedamos sin nada que hacer y es gracioso. Yo me río cada vez que pasa, porque me doy cuenta por mí mismo ¿no?; por “migo-sismo”, que sin luz quedás inutilizado; quedás inutilizado. Y no es solamente de donde sacamos una vela, buscamos una vela por allí que quedó de un cumpleaños, prendemos un par de velitas, las ponemos… ¿A dónde las ponemos? Bueno, ahora les voy a decir dónde hay que poner la velita. Porque la gente no sabe dónde hay que poner la velita. Por ejemplo, la ponés en un estante. Tenés que fijarte arriba de la velita, si no hay otro instante o algo. porque la velita larga un chorro de aire caliente para arriba y te puede prender fuego la casa ¿eh? Los chicos hacen eso. Los chicos hacen eso! Y prenden fuego a la casa jugando con las velitas, porque las velitas queman para arriba. Entonces, uno, además del problema que no tiene luz se queda sentado mirando en la penumbra y el problema es que no tiene qué hacer. ¿Qué, va a leer con esa luz? ¿Qué, vas a mirar televisión? Se te corta todo. Te quedás sin wi-fi!

Yo quiero que vos te fijes en este enfoque, que ya te habrás dado cuenta a dónde vamos. Donde Jesús, en Mateo 5:14 dice: 

»Ustedes son la luz del mundo, como una ciudad en lo alto de una colina que no puede esconderse. Nadie enciende una lámpara y luego la pone debajo de una canasta. En cambio, la coloca en un lugar alto donde ilumina a todos los que están en la casa. De la misma manera, dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos, para que todos alaben a su Padre celestial.

(Mateo 5:14-16 NTV) 

La luz. Rebobino, rebobino. Me enganché con mis propios pensamientos que no son muy lúcidos últimamente. ¿Qué es lo que está dicho en este texto? Está dicho que los hijos de Dios están puestos en el mundo como una luz y entonces la luz puede estar como la luz de la ruta entre San Luis y Mendoza, para que no sirva para nada más que para tener un cartel que dice: “Este proyecto fue hecho por el gobierno tal”… pero cuando alguien de repente pincha una goma, entonces se baja a cambiar la goma a la noche y entonces sí encuentra la utilidad de esa luz. ¿Tantos kilómetros… no podría haber una iluminación inteligente; como hay en algunos edificios, que cuando vos llegás a un piso ahí recién se prende y cuando vos te vas, se apaga, para no estar prendida todo el tiempo? Bueno, la luz que somos los hijos de Dios, es una luz que no es de una iluminación muy inteligente, que digamos, porque estamos para simplemente funcionar en eso; de que nuestras acciones muestren una forma luminosa de vida. Y no esa forma escondida que anda por las tinieblas, que anda en lo oscuro, que andan las cosas así medio de trampa, ¿viste?; que no se dice del todo claro, que se mira con los ojos entrecerrados…

Y esa era una pregunta que te iba a hacer. ¿Qué es lo que pide Dios? Fijate que no dice que nos pide que seamos luz. Porque en ese caso, uno diría: “Pero luz, ¿de qué? ¿Cómo se hace esto?” Sino una declaración que dice: “Ustedes son la luz del mundo”. Entonces ahí vos te das cuenta que no tenés que hacer nada. Fijate lo que estoy diciendo: que uno siempre busca en los textos bíblicos que diga qué es lo que hay que hacer. Acá no dice que hagas nada. Dice sí: DEJEN. Dice en el vers. 16: “de la misma manera DEJEN que sus buenas acciones brillen”. DEJEN que las buenas acciones brillen. ¿Por qué? Porque a veces nosotros, nuestra conducta, lo que hacemos, es opacar, ocultar las buenas acciones, para que las personas LAS NOTEN. Por una falsa humildad de cristiano.

Hay la idea de que ser cristiano, es ser humilde en el sentido de ser un ser zaparrastroso, que anda por ahí escondiéndose, vistiéndose malamente, comiendo lo menos posible; ni siquiera riéndose.

Ese no es un ideal que está en la Biblia. Porque según Jesús, “hay que dejar”. ¿Dejar qué? Dejar que nuestra forma de vivir la vida guiado por Dios sea algo que los demás puedan ver, que no se lo impidamos ver. Porque está para iluminar la vida, no la nuestra, sino la vida de ellos.



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