DERRIBADO, PERO NO DESTRUIDO
Derribado significa además que puede que ahora estemos
en el suelo, porque el combate ha sido
fuerte y nos hemos agotado; pero que inclusive allí, no hemos perdido la
batalla. Aún tenemos la opción de sorprendentemente triunfar, pues en medio de nuestras
debilidades e insuficiencias, el Señor se
glorificará y nos mostrará Su poder.
Yo
soy derivada porque provengo de Dios. Él es mi creador y mi padre. Su corazón
late en el mío, por tanto seguiré adelante.
Tú eres derivado cuando te encaminas a hacerle la
guerra a la tristeza, con esa seguridad esperanzadora que te lleva de la mano a
confiar que vienen días mejores para
ti, para tu causa.
Amig@ que me lees :
Aunque hayas recibido fuertes impactos en tus
luchas, sigue con tu armadura puesta; eres un guerrer@, y como tal tienes que
batallar, sin permitirle al temor
imponerse sobre tu vida y tus sueños.
No te rindas ante ningún fracaso, porque Dios tiene planificado algo mejor para
ti. Tu presente, futuro y lo por venir está en Sus soberanas manos. Tu tiempo
está sujeto al suyo. Él tiene el control de todo.
Que esta palabra de aliento ilumine tu camino.
Ya que has puesto al Señor por tu refugio,
al Altísimo por tu
protección,
ningún mal habrá de sobrevenirte,
ninguna calamidad
llegará a tu hogar.
Salmo 91:9,10
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