No te dejaré ni te desampararé

Daniel Gaydou
DEVOCIONALES CORTOS DIARIOS BIBLICOS
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Deuteronomio 31:6-8

Cuando yo iba el colegio secundario tenía una compañera que cuando teníamos un examen o prueba como le decían en aquel entonces, le decíamos “prueba” a los exámenes parciales, así de corto tiempo y “examen” a los que eran finales de alguna materia. Y ella tomaba un pañuelo, muy seria, pero le hacía un nudo y le decía así en voz baja, pero se lo decía con voz audible al pañuelo: “el Santo Pilatos si no me sacás de ésta, no te desato”. Ese era el rezo que les decía al presunto “Santo Pilato”. Yo me acuerdo que pensaba: ¿“Santo Pilatos”? Yo no veo los milagros portentosos que haya hecho el Pilatos que yo conozco. El Pilatos que yo conozco, lo conozco porque se lavó las manos. Y aparte al hacer este “acto profético” de atar el pañuelo… Así que a mí me causaba gracia y decía: ¡Pobre! Va al examen confiada en un santo que no tiene idea de quién es, por una acción que no tiene sentido, la va a ayudar. Pero a ella le ayudaba como una especie de “muleta”. Es como una especie de chupete ¿no? ¿Viste, los chiquitos se ponen ansiosos y echan mano del chupete. Y se siente: “chupi, chupi, chupi, chupi chupi”… Es porque están ansiosos y entonces chupan, y eso les da como una calma de la ansiedad. Y dicen, dicen; no digo yo, dicen que algunos que una de las acciones adictivas del cigarrillo justamente es esa, la del chupete. Reemplaza el chupete. Te podés llevar algo a la boca y lo manipulás en tu boca y que eso calma los nervios en alguna forma.

Y algunos le llaman a la televisión, le llamaban a la televisión; la televisión ahora no es tan mala, ¡lo que era antes! Y le llamaban a la televisión el “chupete electrónico”, porque entonces estabas ahí mirando la televisión y eso calmaba tu ansiedad. Y ahora, todo el universo de pantallitas que tenemos por todos lados. Sí, las pantallitas son para muchas personas, este chupete que le hace enfrentar, por ejemplo un examen, o enfrentar una situación en la vida, una dificultad o algo, con una cosa que para mí sí es cierta, en estos mecanismos, cualquiera sea el mecanismo de calmar la ansiedad. Que es la idea -no sé cómo decir esto- pero es como un sentimiento que uno tiene, de que uno está frente a algo que no puede, que teme, que se le viene como un desafío muy grande; y tiene la noción, la sensación de que está haciendo algo; es el tema de estar haciendo algo.

Y vos fijate que mi tesis se prueba en que cuando pasa un accidente así a veces un accidente doméstico, como que alguno vuelca algo, por ejemplo agua caliente, entonces inmediatamente la gente responde disparando y haciendo cosas. “-¡Paren, paren, no lo lleven! ¡Pónganle agua fría! ¡No, no; dentífrico, que así le refresca! ¡Que se le va a hacer ampolla! ¡No, vengan para acá! ¡Todos córranse!”. Y todos se corren, todo es un papelón, un desastre. Y uno de los adolescentes del grupo prende el teléfono y filma… se está firmando un “Tik-Tok” excelente.

Y la idea es que yo frente a esta situación, estoy haciendo algo. Es decir, esa creencia de que si yo estoy haciendo algo, las cosas van a ir mejor, tiene un pie puesto en la verdad, que es que frente a las situaciones TENEMOS que hacer algo. Pero que tenemos que hacer algo correcto, porque ese es el otro pie que está apoyado en el plátano, en la banana que nos va a hacer resbalar. Y es la idea de que “hagamos cualquier cosa antes de no hacer nada”. Y es una tontería eso, porque a veces cuando uno hace algo, arruina peor las cosas. Por ejemplo en un accidente cuando hay una persona que la chocan, o se cae de algún lado; automáticamente la gente se acerca y trata de levantarlo. Conocimos en La Paz una chiquita que venía a la iglesia, que estaba jugando en una pared del frente de la casa, que estaba toda carcomida. Y la pared se desplomó y cayó sobre ella y le aplastó las piernas. Y entonces la madre vino y en la desesperación la sacó tirando. Y la ponía de pie y decía: ¡Ay parate, por favor parate, nena! Con las fantasías, que después en el examen se notó que no servían para nada. Sino que, al contrario, las fracturas que tenía se movieron, se astillaron los huesos y fue un desastre eso; por querer ayudar en una situación donde lo mejor hubiera sido simplemente sacar los ladrillos y llamar una ambulancia.

Así nosotros vamos haciendo más líos del que debemos, en nuestra vida. Cada vez que enfrentamos una situación difícil nos da miedo, nos da temor. Yo también tengo temor. No estoy queriendo decir que nosotros los hijos de Dios, estamos libres de tener temor. Sino, estamos con la oportunidad de cuando nosotros tenemos temor de algo, ponerlo en las manos de Dios, y decirle: “tengo temor de esto Padre, pero sé que vos no me vas a abandonar”. Eso es lo que dice Deuteronomio 31: 6 al 8.

Deuteronomio es uno de los primeros libros de la Biblia. A mi suegro, cuando empezó a venir a la iglesia, le pidieron que leyera de este libro, una referencia, un texto, un día en la Escuela Dominical. Y él leyó mal y dijo: “-Hoy vamos a leer en el libro de “Autor anónimo”…

Deuteronomio 31:6 dice:

¡Así que sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni sientas pánico frente a ellos, porque el SEÑOR tu Dios, él mismo irá delante de ti. No te fallará ni te abandonará». Luego Moisés mandó llamar a Josué y, en presencia de todo Israel, le dijo: «¡Sé fuerte y valiente! Pues tú guiarás a este pueblo a la tierra que el SEÑOR juró a sus antepasados que les daría. Tú serás quien la repartirá entre ellos y se las dará como sus porciones de tierra. No temas ni te desalientes, porque el propio SEÑOR irá delante de ti. Él estará contigo; no te fallará ni te abandonará».

(Deuteronomio 31:6-8 NTV)

Fijate esta secuencia de tiempo. El Señor irá delante de ti, a futuro. Él estará contigo al lado tuyo, dentro tuyo, en el presente. Y no te fallará ni te abandonará en el pasado. No quedará eso, “esta vez el Señor no me acompañó”. De manera que la conclusión esta mañana, de esto, es tan sencilla que si Dios va a delante de nosotros en los problemas, pensemos de esta manera: que es un poco desafiante para tu fe, como lo es para la mía, de pensar que Dios ya está haciendo algo respecto de eso que nosotros tememos.

Por ejemplo, sobre la pandemia. ¿Vos creés que Dios está haciendo algo adelantándose a la pandemia? ¿Y qué es? Bueno, yo la verdad, no sé qué es. Pero si pienso para adelante, un año y pico atrás, cuando empezamos con esta historieta, veo que hay cosas buenas que han pasado. Veo, por ejemplo de que ha habido un desarrollo extraordinariamente rápido de un montón de vacunas. Y que hay una evolución de los temas políticos y sociales que hay alrededor de este tema de la pandemia. Que están evolucionando para bien. Es como que alguien se está adelantando y está aliviando el desastre que realmente es esta pandemia. Y eso es tener confianza en que Dios efectivamente está en medio de esta situación y está luchando y no nos va a dejar. No es que estamos librados al azar, al garete, sino que estamos en las manos de un Dios que no nos falló nunca, tampoco nos va a fallar ahora y nunca nos va a fallar a futuro.

Así que, pensá. Quizás en tu problema, si tienés algo personal, algo particular, pensá en eso y tomá para vos esta promesa que le dice Moisés a Josué. Es muy interesante. Dice: Josué, no tengas miedo, porque Dios es el que va a ir adelante. El propio Señor irá delante de ti en ese problema que tenés.

Pensá: el Señor está yendo delante de ti. No te fallará ni te abandonará.


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