Una oración de fe
DEVOCIONALES CORTOS DIARIOS BIBLICOS
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Nehemías 1:5-11
Deseo
de todo corazón que estés bien; bien lo que se dice: bien. Y quiero darles un
abrazo cariñoso a los que son escuchantes pero de la versión en YouTube y
decirles por favor suscríbase al canal. Porque entonces YouTube lo ofrece a más
personas. Pero gracias por los que se han suscripto ya.
Dice
que había un convento de clausura, donde tomaron a un curita nuevo. Y entonces
luego de su ingreso ya sabía él que tenía que esperar para decir solamente una
frase una vez al año. Así que cuando se cumplió el año, había expectativa para
este curita nuevo, a ver cómo le había ido en ese tiempo así de silencio, de no
poder hablar con nadie. Y entonces se presentó delante de su superior, y el
superior le dijo: “-Bueno, te autorizo para que digas tu frase, al fin de un
año que has estado con nosotros”. Y él dijo: “-Cama dura”. “-Bueno, podés
volver a tu celda y a tus actividades. Y pasó otro año más. Al fin del año
volvió otra vez a la presencia de su superior. Ya tenía más canas. Y le dice: “-Bueno,
este es el momento que digas tu frase en libertad”. Y él dijo: “-Comida fría”. Está
bien. Lo devolvieron a su celda a seguir haciendo sus oraciones. Al final del tercer
período, lo vuelven a llamar y le dice: “-Bueno, tenés la oportunidad de decir
tu frase de este año”. Y dijo: “Mire, padre; la verdad esto no es lo que yo
pensaba. Esto no es vida, no es nada; así que yo lo lamento mucho, pero yo
quiero que me permitan… yo me voy a retirar, me voy a volver a mi casa, de donde
salí. Porque, la verdad, estoy arrepentido de haber venido a este lugar”. Y el
padre superior, entonces le dijo: “-Me parecía que vos no estabas conforme acá,
porque lo único que has hecho, desde que viniste, es quejarte!”
Este
cuento, cuando lo escucho -porque es viejo, o sea que lo he escuchado varias
veces- me hace reír porque las personas que son como yo, y quizá vos, no sé, somos
personas que si nos tapan la boca, empezamos a hablar por los codos, por las orejas,
por algún lado vamos a hablar; no nos podemos quedar sin hablar.
Y
así, la verbalización es una descarga de las cosas que son como una carga en el
interior. Fijate ese concepto ¿no? Porque uno dice, bueno ¿por qué tiene que
decir? ¿Por qué tiene que hablar alguien? ¿Por qué decía mamá “no te podés
quedar callado”? Yo siempre pensaba ¿no? ¿Por qué uno no se puede quedar
callado? ¡Porque te viene de adentro! Yo te explico, para los que son más
tímidos y calladitos del grupo les digo: Miren, cuando a vos, que sos hablador,
te tapan la boca, empezás a mover la cabeza a un lado y al otro para tratar de
encontrar un hueco y ahí vas a decir, a gritar, vas a decir; porque si no, te
viene como un ahogo. Te da una cosa que sube desde la panza, por el pecho hacia
la garganta y a veces estalla en lágrimas, o en un nudo en la garganta que te
hace hablar con la voz de “pavito” (finita y entre sollozos-NdE). Eso es una forma
de visualizar las emociones ¿no?. Hay personas que cuando les pasa eso, parece
que van a reventar. Y de hecho, revientan en lágrimas, en gesticulación, sacudidas
y algunas personas tienen una compresión en su interior tan grande que directamente
se desmayan. Pum, al piso. así que para estas personas que tienen algo adentro,
en su interior, yo voy a leer un relato. Ya a veces cuando elijo estos textos
de la Biblia, digo, la gente que está preocupada por todo lo que está pasando y
todo, encima cargarles con algún problema. Lo que ellos están esperando
escuchar es que alguien les diga: “Bueno, está todo bien; está todo tranquilo…”
¿Vos sabés que la Biblia dice que está prohibido hacer eso? ¡En serio! ¡Está
prohibido! Dice que Dios desprecia a los profetas -que teóricamente hablan de
nombre de Él ¿no es cierto?- y que dicen: “Paz, paz”; cuando no hay paz.
Entonces,
en un momento como éste donde no hay paz, uno tiene que ser como la famoso definición
de un psicólogo de la televisión, que dijo: “Hay que tener un optimismo
positivo, inteligente”. ¡Un optimismo inteligente! Y me encantó esa frase. Es
importante esto de tener un optimismo inteligente, porque hay un optimismo estúpido.
Tipo: “sí, vamos a ganar”, “todo va a ir bien”, “no te preocupes”… No es eso. Porque
eso, en realidad, es como reírse del sufrimiento ajeno. Hay 90 mil casas en
nuestro país, donde la gente piensa en alguien que ya no está, que murió hace
un año, o en este año; y están tristes por esa pérdida. Y entonces uno no puede
venir a esa persona y livianamente frotarle la espalda y decirle: “Bueno, ya va
a pasar y va a ser todo mejor, en adelante”. Porque eso no es inteligente. No
es tampoco amoroso, porque vos a una persona que tiene una herida, frotarle la herida,
la única razón por la que le podés frotar la herida es por algún tratamiento
para curársela; por ejemplo ponerle una crema; pero no frotársela como una
caricia, cuando en realidad estás frotando una herida abierta.
Entonces,
en ese sentido está en la Biblia. Que la Biblia es un libro que a mí me gusta porque
es realista. La Biblia no es un libro de autoayuda ¿te fijaste? Es un libro de fe,
pero ayuda. Ahora te lo voy a explicar.
En Nehemías, 1:5 en adelante, Nehemías, que tenía una buena posición donde estaba, estaba preocupado por lo que estaba pasando en la tierra propia de ellos, en Palestina, más específicamente, en Jerusalén. Cómo había estado todo descuidado, tirado después del cautiverio. Cómo estaba todo roto, cómo la ciudad entera era cueva de bichos; había bichos, plantas que crecían en los lugares que eran preciosos para ellos. Todo tirado, cosas rotas, tiradas, polvillo, arena del desierto, yuyos, plantas que crecen entre los restos… ¡un desastre!
y dije: «Oh SEÑOR, Dios del
cielo, Dios grande y temible que cumples tu pacto de amor inagotable con los
que te aman y obedecen tus mandatos, ¡escucha mi oración! Mírame y verás que
oro día y noche por tu pueblo Israel. Confieso que hemos pecado contra ti. ¡Es
cierto, incluso mi propia familia y yo hemos pecado! Hemos pecado terriblemente
al no haber obedecido los mandatos, los decretos y las ordenanzas que nos diste
por medio de tu siervo Moisés. »Te suplico que recuerdes lo que le dijiste a tu
siervo Moisés: “Si me son infieles los dispersaré entre las naciones; pero si
vuelven a mí y obedecen mis mandatos y viven conforme a ellos, entonces aunque
se encuentren desterrados en los extremos más lejanos de la tierra, yo los
volveré a traer al lugar que elegí para que mi nombre sea honrado”. »El pueblo
que rescataste con tu gran poder y mano fuerte es tu siervo. ¡Oh Señor, te
suplico que oigas mi oración! Escucha las oraciones de aquellos quienes nos
deleitamos en darte honra. Te suplico que hoy me concedas éxito y hagas que el
rey me dé su favor. Pon en su corazón el deseo de ser bondadoso conmigo». En
esos días yo era el copero del rey.
(Nehemias 1:5-11 NTV)
Me
encanta esta oración por la profundidad espiritual y psicológica que tiene. Están
cerca. Psicológico y espiritual están pegados ¿eh? En el sentido de que lo que
pide, es algo bien puntual. Incluso yo te diría algo bien azaroso y difícil. Porque
era lograr que el rey, del cual él era copero; es decir, probaba sus bebidas y
sus comidas antes que le den al rey por si estaban envenenadas; que el rey
tuviera una buena actitud hacia él cuando él le iba a plantear derecho viejo, “de
frente-march”, la necesidad que tenía.
Te
animo a orar en esa forma este mismo día de hoy.
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