LOS MÁS PEQUEÑOS

Daniel Gaydou
DEVOCIONALES CORTOS DIARIOS BIBLICOS
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Mateo 18:10

En EE.UU. tienen una grieta que es parecida a la nuestra pero es diferente. Y en la grieta que hay en EE.UU. con estar a favor o en contra de Donald Trump que fue el último presidente antes del actual, la gente que lo sigue a él, que cree en él, y que cree que debería haber seguido siendo presidente y reelegido y siguiendo sus consejos, como consideraban como una debilidad vacunarse, o por las teorías conspirativas que hay de que con la vacuna te hacen un ser transgénico, que después ellos te van a dominar y van a dominar al mundo, esas fuerzas ocultas y que esto, que el otro; ¿vos sabés qué es lo que pasó? Bueno, primero que Donald Trump que fue el que animaba o se reía del tema de la vacuna, incluso recuerden la foto con la Biblia en la mano, que nos toca de cerca a nosotros los evangélicos, porque era una figura que él trajo del ala digamos más de la derecha, del evangelismo norteamericano, que abiertamente desafían el tema de la vacuna porque dicen que tiene sustento bíblico para no vacunarse. Es curioso, porque con las otras vacunas no tenían problemas.

Ahora, ¿vos sabés qué es lo que pasa en EE.UU hoy? Hoy en EE.UU de Norteamérica el 95% de los internados en terapia intensiva por COVID, y muertos, son personas que no fueron vacunadas.

Hoy, HOY, en Indonesia, un país hermoso con una gente preciosa, que hemos conocido, tienen una ola de muertos por esta nueva cepa que le llaman Delta, en niños de 0 a 2 años, porque tienen muy bajo el nivel de vacunación. Porque es un país también con graves problemas económicos por cuestiones culturales que hacen que consideren a los niños en una forma que no les han prestado atención. Entonces, por ejemplo los niños pequeños, no se cuidan con ningún tipo de protección. Bastante parecido a lo que hacemos nosotros acá en Argentina. O hago un “mea culpa”, lo que hago yo personalmente con mi nietita más pequeñita, que no tomamos; y por supuesto, no podemos; no tomamos distancia social con ella, y es el vector más importante que podría transferir hacia ella o desde ella, todos estos virus. Y nosotros nos estamos durmiendo con eso. Yo creo un poco.

Y es parte de una enseñanza que Jesús dejó. Viste, yo estoy con el tema de los niños. ¿Viste que ayer mencioné el tema de los niños? Que Jesús puso a un niño pequeño entremedio de la gente. Es un caso que nosotros en la predicación, en la doctrina, no le prestamos atención.

Que, de paso, mencioné el tema de la Luna y se me enganchó un amigo que Daniel, tocayo, que quiere ahora que hable, que qué es lo que quise decir con el tema de la Luna, porque el otro día era Luna Llena. Estoy preparando algo para hacer un tip sobre eso y vas a ver qué interesante. Cómo hay un mundo entero, un océano que nosotros no conocemos. Y para muchos cristianos, la doctrina cristiana se expresa en uno o dos textos de la Biblia y todo lo demás se descarta. Y entre todas las personas que conocemos, se descarta a los más pequeños.

El concepto “más pequeño”, que voy a hablar ahora, cuando se refiere Jesús a los más pequeños, no se refiere solamente a los niños, sino a todas las personas que son “menores” (entre comillas) estoy el gesto ¿viste? “entre comillas”; porque son más pobres, o más enfermos, o su capacidad mental está disminuida, o porque vienen de una cultura que consideramos más primitiva. Por “hache o por be”, mirá, es tan fácil: Si vos que te encontrás con una persona de uniforme, ¿cómo lo tratás? De “Usted”. Y si te encontrás con un hombre borracho, todo mal vestido, le decís “Che”. Automáticamente. Nuestro cerebro automáticamente clasifica a las personas por un cierto rango que a veces es un rango completamente falso, porque algunas de las personas más importantes que pasan por nuestra vida son simplemente, un hijo de un carpintero.

Y entonces ese es el problema. También un tema socio-perceptivo. Es que nosotros nos dejamos llevar por esa… Es por no cuestionarlo. Cuando uno lo cuestiona, lo descubre y se transforma con eso ¿no?

¿Quiénes son los “pequeños”? Quizá el patrón de mi fábrica, que para mí es un capo el tipo, porque es el que me da de comer, me paga todos los meses, quizás ese hombre está necesitando que yo me acerque a él y le diga: “-Discúlpeme, Don González. Voy a estar orando por esto que le está pasando.” Como aquella sirvienta que le dijo a Naman, el sirio: “-Pero si hay un profeta, ¿por qué no va a hablar con él?” ¡Tan sencillo como eso! No hay que hacer cursos para eso! ¡Tan sencillo como ver la necesidad en los demás! 

Cuidado con despreciar a cualquiera de estos pequeños. Les digo que, en el cielo, sus ángeles siempre están en la presencia de mi Padre celestial.

(Mateo 18:10 NTV)


Yo he descubierto, porque soy muy “desgraciao”, que muchas veces las personas que trabajan con niños, por ejemplo; en la iglesia y fuera de la iglesia; entre esas personas están las que aman a los niños. Los miran y ven una cosa que si no la has visto, empezá a mirar. Y hay otras personas que trabajan entre los niños, porque ellos mismos encuentran en los niños una oportunidad para ubicarse en un nivel de superioridad sobre alguien.

Y esto es algo durísimo lo que estoy diciendo. Yo me doy cuenta de eso y cada uno de nosotros que trabaja con niños, que aman a los niños debe estar todo el tiempo planteándose: ¿Por qué me gustan los niños? ¿Por qué amo a los niños? Y, Padre, ayudame a ver a los niños como Jesús los vio.

Pero también a los alcohólicos, a los enfermos mentales… Mirá, podés hacer un ejercicio con los niños. Yo ya lo he hecho. Ya lo he hecho, tenemos casi diez nietos, así que tenemos una cantidad de niños por los cuales hemos pasado, más nuestros propios hijos cuando eran niños, más los niños de la iglesia, a los cuales siempre voy a hacer un chiste. Voy a hacer un chiste. ¿Sabés que hice yo este domingo? Me pinté en el dedo meñique dos ojitos y una boquita. Y entonces, cuando saludaba, les muestro el dedito, así ¿viste que no se puede andar toqueteando uno con el barbijo? En el encuentro social, en el templo; les muestro y vos ves a los grandes que se ríen como diciendo “éste no ha tomado la medicación”, pero los niños les brillan los ojitos. Hacé esta prueba: cuando estés con niños ponete en una posición inferior a ellos. Si el niñito es petisito, agachado no, de rodillas o sentado; o preferiblemente acostado en el piso. Vos acostate en el piso y ve como el niñito cambia en su actitud hacia vos. Automáticamente. Simplemente porque ahora estás a su nivel, o estás más abajo de su nivel.

¿Sos lo suficientemente valiente para animarte a ponerte debajo del nivel de un niño, que considerás que está a un nivel más bajo?

¿Pensabas que iba a ser fácil? Pues, no. No lo es. Y si no lo podés hacer, pues bueno, diría el Señor: “Tené cuidado. Porque no vas a conocer el Reino de los Cielos”. Es groso, esto. Porque dice Jesús que todos estos más chiquitos; los niños, los enfermos, los alcohólicos, los pobres, los qué se yo, cualquiera; el que está atrás de vos en la fila… son iguales pero el que está atrás de vos en la fila, ya está en inferioridad, está para atrás. Esas personas, Jesús les dijo, que en el cielo los ángeles de ellos están siempre en la presencia de Dios. Es decir: Dios no es como nosotros. ¡Ufff! ¡Qué alivio!


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