PLAN "B"
Luis Caccia Guerra
La Roca Ministerio Internacional
Admin
Hace unos años me tocó
organizar la multimedia de una conferencia en la que participaron otras
iglesias y muchos hermanos de distintas denominaciones. Para ayudar con las
cargas instalé mi propia consola de sonido y dos equipos de computación que se
ocupaban de enviar todo ya “cocinado” a la isla principal de imagen y sonido.
“-¿Y por qué no conectamos las
PC’s en red?” Sugirió alguien con énfasis muy técnico. No vale la pena abundar aquí
en los detalles, pero en realidad era algo totalmente innecesario. Cada equipo se
ocupaba de cosas completamente distintas y tenía lo suficiente para trabajar sin
el apoyo del otro. Alguien dijo: “No hay peor cosa que hacer muy bien lo que no
es necesario hacer”, y éste era el caso.
Todo anduvo muy bien… al menos
en las pruebas preliminares y los ensayos. En el último chequeo previo, minutos
antes del inicio del evento, el equipo que se ocupaba del sonido no emitía
sonido. El mismo “genio” que quería poner los equipos en red, había estado poniendo
sus manitos esa misma tarde en el equipo.
Inexplicablemente había alterado una configuración de sonido… y ya no había
sonido. Sencillamente lo dejó así y se fue sin decir nada. Jamás recibí ni tan
sólo una explicación de por qué lo había hecho.
Han pasado los años y esto
hoy, sólo reviste carácter de anécdota en el recuerdo. El punto es que todo
había sido cuidadosamente revisado, todo estaba debidamente ajustado y en su
lugar; habíamos orado a Dios pidiendo su bendición y cuidado sobre equipos y personas;
pero aún con todo ello, no podía evitar el pánico de que algo saliera mal. Este
pequeño sabotaje, no sólo añadió un peso extra a la carga que ya tenía. También
dejó al desnudo mis más íntimos temores. Puedes tener todo muy cuidadosamente
calculado, puedes tener toda la experiencia del mundo, hasta que un imprevisto pone
en evidencia ese precario equilibrio. Pero esto no se circunscribe sólo a un
evento en particular. En verdad, esto ha sido siempre y en todos los órdenes de
mi vida. Siempre estuvo presente el temor, el fantasma de que algo podía salir
mal y no iba a saber qué hacer.
Entonces, desde siempre he
vivido anticipando las “soluciones alternativas”, el “Plan B” para afrontar la
contingencia. Sufriendo un futuro mal pronosticado sin permitirme disfrutar de la
oportunidad presente. Alimentando fantasmas.
A un centenar de metros de
casa, hay un auto estacionado en la calle, que ya hace poco más de un año que se
encuentra ahí. Tiene un sticker en la parte de atrás que dice: “Siempre tengo
un plan B”. De nada le sirvió el “Plan B”. Ese auto llegó hasta ahí
completamente incendiado, destruido por el fuego.
No digo que ya lo haya
alcanzado plenamente, pero muchos años me llevó aprender que Dios está en
control absolutamente de todo y que si algo no sale como estaba previsto en mis
cuidadosos planes, ES SIMPLEMENTE PORQUE DIOS TIENE OTROS PLANES, y que en
verdad; ESO ES LO ÚNICO QUE CUENTA.
A fin de que pongan en Dios su confianza, Y no se olviden de las obras de Dios…
Salmos 78:7
Comentarios
Publicar un comentario
Tu comentario nos interesa