MIRÁ QUIÉN LO DICE!!

Daniel Gaydou
DEVOCIONALES CORTOS DIARIOS BIBLICOS
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Romanos 12:9-19

“¡Mirá quién habla!” es una expresión que quiere decir: “fijate el contexto personal de la persona que emite algún tipo de comentario o juicio”, porque es importante ver ese vínculo. No solamente qué se dice, sino quién lo dice.

En el caso del apóstol Pablo, imaginártelo al petiso -porque así dice que era, que era bajito de estatura- que el petiso, que era enérgico, que era hiperactivo, que era un hombre muy proactivo, y que siempre estaba pugnando para adelante, y que eso lo había llevado al fanatismo extremo anti-cristiano; y después lo convirtió en un misionero cristiano, que él hable de amor… Bueno, no sé qué ejemplo moderno ponerte para decir: este es un ejemplo de una persona que, la última persona que fueras a esperar que hablara con sabiduría sobre el tema del amor, sería el apóstol Pablo. Un hombre muy tajante en muchos de sus juicios. Muy parecido a Pedro. Curiosamente los dos de la misma orientación religiosa dentro del judaísmo. Pasaron los años y este apóstol Pablo, que fue este frenado en su campaña de exterminio hacia los cristianos por la obra directa del Señor Jesús, como él cuenta en su vida, llevándolo a una posición completamente diferente a la que tenía en cuanto a que él pasó de ser perseguidor, a ser perseguido por causa de Cristo. Que él diga estas palabras, es realmente sorprendente. Y también es sorprendente las palabras que usa y los conceptos que usa. Son tan sencillos que vas a ver enseguida, qué sencillos que son. En Romanos 12-9, leo 10 versículos:

 

Vuestra caridad sea sin fingimiento; detestando el mal, adhiriéndoos al bien; amándoos cordialmente los unos a los otros; estimando en más cada uno a los otros; 

Ahora te explico eso, porque suena raro esto.

con un celo sin negligencia; con espíritu fervoroso; sirviendo al Señor; con la alegría de la esperanza; constantes en la tribulación; perseverantes en la oración; compartiendo las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen, no maldigáis. Alegraos con los que se alegran; llorad con los que lloran. Tened un mismo sentir los unos para con los otros; sin complaceros en la altivez; atraídos más bien por lo humilde; no os complazcáis en vuestra propia sabiduría. Sin devolver a nadie mal por mal; procurando el bien ante todos los hombres; en lo posible, y en cuanto de vosotros dependa, en paz con todos los hombres; no tomando la justicia por cuenta vuestra, queridos míos, dejad lugar a la ira, pues dice la Escritura: Mía es la venganza; yo daré el pago merecido, dice el Señor.

(Romanos 12:9-19 Jer 2001)

Básicamente dice dos cosas acá. La primera es que hay que amar a todo el mundo. Conocen el dicho de Jesús que dijo: “ámense los unos a los otros” (Juan 13:34; 15:12 – NdE). El énfasis que había en el amor entre personas que decía el Señor Jesús. En este caso en boca del apóstol Pablo, es lo mismo. El espíritu ese amoroso de Cristo. ¡Ojo! ¿eh? ¡Ojo, que nosotros a veces no le reconocemos a Jesús ese carácter amoroso. No entendemos fácilmente que Él realmente es una persona amorosa que cumple esto que estoy leyendo ahora. Y que está cumpliendo el segundo detalle que menciona el apóstol Pablo en esta parte del versículo 10, que es un poquito más complicada de entender. Dice: “amándoos cordialmente los unos a los otros; estimando en más cada uno a los otros” Algunas versiones traducen “prefiriéndoos”. Y es una es una palabra que “hace ruido” porque nosotros decimos que el amor tiene que ser sin preferencia; no hay que preferir a nadie. Y entonces por ejemplo, vos preguntarle a tus padres: “¿a cuál de tus hijos querés más?” ¿Y qué te van a decir? “¡Yo los quiero a todos por igual!”

Y en realidad esa es una pregunta tonta, que por eso la respuesta también es tonta. Porque, primero nosotros no dominamos nuestros sentimientos, eso está claro ¿no es cierto? No sé a vos, pero a mí me va bastante mal con eso. Es decir, uno no domina sus sentimientos. No dice: “en este momento voy a sentir tal cosa”, sino “siento tal cosa”. Y digo: “-Pero ¿será posible? ¡Quisiera sentir de otra manera!” Y cuando uno siente algo que le gusta, sí piensa que es lo lógico, y no piensa que es algo que sí quisiera decir: “-Bueno, hoy me siento bien, así que voy a agarrar y me voy a sentir mal a propósito, porque sí, porque quiero controlar mis emociones”. Y tampoco lo vas a lograr. Vas a estar cantando, diciéndote cosas detestables y te vas a seguir haciendo daño a vos mismo… cantando. Porque si estás contento, estás contento; si estás triste, estás triste. Debés aceptarlo así como es y no preocuparte mucho. Porque si querés tratar de controlar tus emociones, te vas a volver loco. Salvo cuando llega a límites patológicos. Es normal que los seres humanos tenemos como dijo ese viejo psicólogo griego (Platón-NdE), es como que tenemos una cuadriga donde los cuatro caballos que tiran nuestro carro, tiran desparejo. Y así son las emociones.

Pero lindo lo que dice acá el apóstol Pablo. En el sentimiento, que de paso, la palabra para el amor que dice aquí, es “filadelphos”, que quiere decir: “amar al hermano”. No como un enamoramiento de un matrimonio, pero tampoco como una mera cosa que uno hace y me gusta. Sino querer, amar a la persona. Y lo que dice aquí de “preferir” los unos a los otros, en realidad la idea aquí es: “disfrutar” de esas personas que amás. Disfrutar de las personas que amás. Y si vos lográs amar a todo el mundo y disfrutar de todo el mundo, te digo que estás haciendo un avance muy grande en el orden espiritual, y en el orden psicológico, y en el orden social y en el orden digestivo, y así.

En 1.682, William Penn (*) recibió una autorización para ir a lo que ahora es Estados Unidos y ahí fundar una ciudad o hacer lo que quiera con unas tierras. Venía de la persecución en Inglaterra y él era cuáquero. ¿Vos has comido los productos “Quaker”®? ¿Tenés idea del logo de la empresa “Quaker”®? Bueno, es un gordito con los cachetes rozagantes, con un sombrero negro. Esa es la imagen que tenían los cuáqueros que fueron a Estados Unidos huyendo de la persecución contra las iglesias libres protestantes, pero libres. No eran, digamos luteranos. Eran de todo tipo de colores que se fueron a EE.UU. a poder vivir en libertad porque en Inglaterra la estaban pasando recontra mal. Y entonces él fue y fundó esa ciudad, que le habían dado la tierra. Sin embargo, William Penn, en honor a él se llama Pennsylvania; es decir: “la tierra llena de bosques de Penn”. Es el estado donde está Filadelfia, que en algún momento llegó a ser una de las ciudades más importantes de EE.UU. E incluso creo que ahí firmaron la Constitución, la primera Constitución de Estados Unidos, de la cual, casualmente, la nuestra es una copia bastante fiel.

Y el tema de filadelfia es que la idea de él era “filadelfia”, que quiere decir esto que está acá: “amando cordialmente los unos a los otros”. Justamente usa el verbo “filadelfear” ¡no sé cómo decirlo en castellano! Que es la idea de amar a los demás con un amor bueno y que se practica para todas las personas que me rodean. Esa idea de que en esa ciudad, iban a coexistir distintas iglesias, distintas personas con distintos credos y se los iba a tolerar a todos en un pie de igualdad como ciudadanos.

Esa idea fue maravillosa, sigue siendo maravillosa; y sería lindo que nosotros mismos la practicáramos. Incluso, como aclara Pablo acá, que no nos venguemos nosotros mismos; no tratemos de hacer justicia por mano propia. Más bien dejemos a Dios que lo haga, que lo hace bien y le sale perfecto. En cambio a nosotros siempre se nos va la mano en algún sentido.

De manera que te animo a que pienses en personas a las que vos podés amar. Hacé tu lista mental, las personas a las que amás; disfrutá de ellas, disfrutá de verlas; consideradas como si fueran más importantes que vos mismo, y eso es cumplir el espíritu de la palabra de Dios que hemos leído hoy.

 

(*): William Penn (14/Oct/1644-30/Jul/1718). Cuáquero filósofo y empresario de bienes raíces. Fundó la Provincia de Pensilvania, colonia inglesa norteamericana y futura Pensilvania. Allí inició un proyecto social conocido como el "Santo Experimento", en el que se promovieron las igualdades sociales, los derechos individuales y el pacifismo. Sus principios democráticos sirvieron como fuente importante de inspiración de la Constitución de EE.UU. y de la tradición norteamericana en general.

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