LA VENTANA DE LA VIDA

Daniel Gaydou
DEVOCIONALES CORTOS DIARIOS BIBLICOS
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Lucas 13:31-35

Venía bien con el tip de hoy hasta que me equivoqué respecto del lugar donde nací ¿vos podés creer? Bueno, ayer me equivoqué con el nombre del libro Eclesiastés, que dije que Eclesiastés y Eclesiástico son lo mismo, y no lo son. Son dos libros diferentes. Uno está en la Biblia y el otro es un libro antiguo muy respetable, pero que no está en la Biblia. Me lo hizo saber Daniel un amigo acá de la iglesia, que de paso, no me deja pasar una; entonces ahí nomás me llamó, me mandó mensajitos y es cierto, tiene razón. Me equivoqué se me escapó. Vos sabés que se me escapan cosas todo el tiempo. ¡Es terrible! ¿Será la edad? ¿Serán los 69 años? Bien, el punto es que me equivoqué y me vuelvo a equivocar y a veces me equivoco en unas formas que me da rabia porque yo antes no era así. Y eso es lo que voy a hablar hoy. No voy a hablar de mí. Voy a hablar de cómo nosotros tenemos una vida evolucionante, pero es lo único que tenemos ¿eh?. Es esta vida. Tenés que aceptarla. Que te vas a equivocar como pasa frecuentemente, y especialmente cuando se crece en la edad.

Y así como Daniel, y le agradezco, no estoy quejándome, le agradezco que me hizo notar ese error y otras veces otros me han hecho notar algún desliz, alguna cosa que se me escapó.

También es cierto que otros se dieron cuenta, como Vivi, que es profesora de lenguas antiguas, y se dio cuenta y me dijo: “bueno Daniel, esa confusión sobre el nombre de Eclesiastés, que está por el hecho de que “Eclesiastés”, quiere decir un libro “eclesiástico”, quiere decir un libro que se usa en la Iglesia, o sea que tiene que ver con la Iglesia. Y que como al principio hubo una confusión con ese nombre, y como es parecido, hubo confusión al principio con el nombre. Pero yo estoy teniendo esta confusión 2000 años después, y eso es inadmisible y menos de una persona que fue el seminario, estudió, rindió examen, todo; le dieron el título y el tipo va y se equivoca con eso. Pero me equivoco con cosas peores todo el tiempo. No muy seguido, pero todo el tiempo. Y son deterioros. Y yo quiero hablar de eso de hoy. Del deterioro y de la vida real como es.

Andá buscando Lucas 13:31, porque voy a leer un texto y te apuesto; te apuesto, que nunca lo escuchaste predicar. Yo, cada tanto hago estas apuestas y hasta ahora no gané un peso, pero por lo menos levanto la atención sobre una cosa que está en la Biblia. Porque nosotros a veces leemos la Biblia, el Salmo 23, Juan 3:16 y dos o tres 23 textitos más, y con eso nos arreglamos.

Y no conocemos al Jesús “picante”. Y eso nos quita el picante para la vida de hoy. Porque Jesús era “picante”. A mí me gusta el picante, me gusta el chili como le dicen en México. Me gusta, no sé si mucho me aguantaría un picante, lo que se dice, “picante”, de allá, pero me gusta el picante. ¿Y qué característica tiene el picante? Sí, claro, ¡que pica! Y entonces vos decís: ¿qué es la gracia? ¿Qué es la gracia?, bueno, si vos hacés esa pregunta es porque no te gusta el picante. Si te gusta el picante, no me podrías explicar qué es lo rico del picante pero que te gusta, es bárbaro. Vos le ponés a la comida, y la comida ya cambia. Un churrasquito, un choripán; vos le ponés picante, ya es dos choripanes, por lo menos. Una persona que no le gusta, dice: “esto no se puede comer”. ¡Dámelo a mí, va a ver cómo sí se puede!

Ahora, el picante no se come solo. Vos no agarrás picante, y te comés una cuchara de picante. El dulce de leche, ves, en cambio, sí. Podés comerlo en alfajores y podés comerlo a cucharadas también.

Me contaron, yo lo leí en un libro, creo; no sé quién puede hacer una cosa semejante.

Te cuento cómo es nuestra vida. Nuestra vida arranca un día. Nosotros no somos eternos. Nacemos un día concreto. ¿Qué día? El día de la concepción. Y guarda con este tema ¿eh?. El día de la concepción, el papá y la mamá, generalmente; el papá y la mamá generalmente; porque ahora con el argumento del aborto, parece que todos somos hijos de violaciones y secuestro y cosas tremendas. La mayoría de la gente nace porque un hombre y una mujer se miran a los ojos, se empiezan a acariciar, empiezan a respirar más lento y más profundo… y cuando te querés acordar… ¡se produjo la concepción!

Muchos papás y mamás no se enteran de que ocurrió la concepción. Yo no sé si mis padres eran conscientes aquella fría noche en Bahía Blanca, cuando ellos se abrazaron y se besaron y después bueno, ya sabes cómo es. Si no, ponelo en la televisión que en todos lados está, se durmieron abrazados y no sabían ellos que el papá le dio una semillita que tenía, a mi mamá y que la semillita comenzó a germinar esa misma noche, mientras ellos dormían, ¡empezaba yo! ¡Ay, qué alegría! Si no, no estaría teniendo estos tips, si no fuera porque ellos tuvieron la alegría, y al rato ya tenía vida yo, que no sabía nada de nada, como me está pasando ahora, pero casi 70 años atrás, allá en Puerto Belgrano, el puerto militar que está ahí pegadito a Bahía Blanca.

Esa semillita que germinó aquella noche, que ahora se llama Danielito, esa semillita, ya tenía en la semillita ¡escuchá esto! ¿eh? Porque después dicen que el aborto, ustedes son unos racistas, religiosos… No, el tema es, porque en esa semillita que hay desde la concepción, está en la Biblia y está en la Constitución, y está en la ley ilegal del aborto que hemos votado. Es una ley inconstitucional, pero como hay que ser moderno, hay que ser “queer”, ahora hay que reconocer que el sexo no tiene nada que ver con la biología. Entonces, me da rabia esto. Porque, ¿qué se estudia en la biología? La vida, la bios. Bueno, la bios es así. En los perros, en los canarios y en los seres humanos. Y desde aquel día en la que la semillita empezó a crecer, ahí ya estaba, ahí ya estaba de mí, color de ojos, color y tipo de pelo, como se va a orientar el pelo. El mío se orienta hacia el centro. Me peino y siempre me queda un pelo parado. Forma de las orejas, perfil del mentón, tamaño de la nariz, altura del cuerpo, todo eso ya estaba anotado. ¡Huy, ya me enojé, yo!

Ahora te muestro cómo se enojaba Jesús. Y vas a ver que era picante. Jesús estaba yendo hacia Jerusalén y en aquel mismo momento, acordate Lucas 13:31. ¡Ah! ¿Aposté? ¿Ya aposté? Qué te apuesto a que nunca, si sos pastor, nunca has predicado este texto. Y si sos creyente, nunca lo has escuchado predicar. Probablemente pierda, pero la mayoría de los casos, gano esta apuesta.

En aquel mismo momento se acercaron algunos fariseos y le dijeron: "Sal y vete de aquí, porque Herodes quiere matarte (¡Vaya novedad! ¡Chocolate por la noticia!)." Él les contestó: "Id a decir a ese zorro: Yo expulso demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana, y al tercer día soy consumado (Tomá nota de este one, two, three; uno, dos, tres; hoy, mañana, y pasado). Pero conviene que hoy y mañana y pasado siga adelante, porque no cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén. "¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo las alas, y no habéis querido! Pues bien, se os va a dejar desierta vuestra casa. Os digo que no me volveréis a ver hasta que llegue el día en que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!"

(Lucas 13:31-35 Jer 2001)

Y el punto que quería establecer, que está ya establecido, pero quiero subrayar, es éste. Desde aquel día de la semillita, el día de mi vida ha sido hoy, mañana y pasado. Y van 1, 2, 3; 1 2 3; un día, otro día, otro día, otro día. Pero esos días van a terminar.

Hay una lumbrera, hay una ventana que llamamos “la vida” que es la ventana de la oportunidad para hacer lo que Dios quiere que hagamos en esta vida. Y que básicamente es conocerle y entregarle esta ventana, entregarla a Él.

Si no la entregamos, esa semillita está perdida. Si se la entregamos, recibimos el perdón de los pecados y la promesa de que nuestra vida va a seguir en el futuro después de la muerte, en un lugar muchísimo mejor.

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