Versículos para afrontar la muerte de un ser querido
https://www.bibliatodo.com/Reflexiones-Cristianas/
Todos los derechos reservados-Publicado con permiso
Cuando se pierde físicamente a un ser querido los sentimientos negativos invaden los corazones y como consecuencia traen pensamientos dañinos. La Palabra de Dios enseña que hay un tiempo para todo, así como para reír, también para llorar, Eclesiastés 3:4.
Tener tiempo para llorar la pérdida de alguien es importante, pero también es necesario aprender a tener esperanza en medio de la tristeza y el sufrimiento.
La Palabra de Dios enseña que todas aquellas personas que han creído en Cristo y que le han aceptado tienen por esperanza una vida eterna en el cielo al lado del Señor.
Esta maravillosa promesa cambia la forma en que los creyentes contemplan la muerte, ya que para ellos no representa el fin, sino el comienzo de una hermosa eternidad junto a Dios.
ARTÍCULO DE INTERÉS: ¡No sufras más en silencio! Saca el dolor emocional de tu vida
Mientras el cristiano siga en esta tierra, puede encontrar esperanza y refugio en la Palabra de Dios:
«No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia», Isaías 41:10.
«Dios siempre está cerca para salvar a los que no tienen ni ánimo ni esperanza», Salmos 34:18.
«El Señor no ha de abandonarnos para siempre. Aunque hace sufrir, también se compadece, porque su amor es inmenso. Realmente no le agrada afligir ni causar dolor a los hombres», Lamentaciones 3:31-33.
«Mi carne y mi corazón pueden desfallecer, pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre», Salmos 73:26.
«No se angustien ustedes. Crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar. Ustedes saben el camino que lleva a donde yo voy», Juan 14:1-4.
«Tus promesas me dan esperanza; ¡no te olvides de ellas. Tus promesas me dan vida; me consuelan en mi dolor», Salmos 119:49-50.
«Dios bendice a los que sufren, pues él los consolará», Mateo 5:4.
«De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros», Romanos 8:18.
«Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren», 2 Corintios 1:3-4.
«Él secará sus lágrimas, y no morirán jamás. Tampoco volverán a llorar, ni a lamentarse, ni sentirán ningún dolor, porque lo que antes existía ha dejado de existir», Apocalipsis 21:4.
La muerte física es inevitable, pero lo más importante es tener siempre presente las promesas de Dios mediante su Palabra, buscar refugio en Él, porque es el único que puede dar consuelo y aliviar el dolor ante una partida física.
Comentarios
Publicar un comentario
Tu comentario nos interesa