Y SI ME ARREPIENTO EN EL ÚLTIMO MOMENTO?

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¿Podemos arrepentirnos en los últimos momentos de nuestra vida?, ¿Es posible salvarnos a último momento luego de haber vivido una vida de pecado?

Constantemente podremos toparnos con personas que asistían a la iglesia, pero sus vidas demostraban lo contrario, pues la inconstancia los limitó haciendo de su relación con Dios olas que van y vienen, o tal vez vivimos nosotros mismos esta situación en la que pensamos buscar a Dios a última instancia.

Tenemos como ejemplo en la palabra de Dios al ladrón que estuvo al lado de Jesús cuando estaban a punto de morir en la cruz, él se humilló y fue perdonado (Lucas 23:32-46), Dios tuvo misericordia de este hombre por haber reconocido sus faltas.

Ciertamente todos estamos invitados a recibir perdón y ser limpiados de nuestros pecados, pero es un error que nos apoyemos en esto para acudir a Dios justo antes de morir; dejándolo como última alternativa.

La mayoría de las personas que tuvieron de cerca a Jesús lo vieron hacer diversos milagros, levantar muertos y sanar enfermos, es decir, fue visto en toda su plenitud; sin embargo negaron su poder al punto de llevarlo a la muerte.

Por otro lado, está en ejemplo de este ladrón que lo vio en una cruz clavado, golpeado, humillado, hasta derrotado según la vista de los humanos y sin importar las acusaciones éste reconoció que Cristo es el Señor, incluso en su peor momento, a esto se le llama arrepentimiento.

Ahora bien, si hay algo que debemos tomar en cuenta es que existe una gran diferencia entre el remordimiento y arrepentimiento.

Cuando actúa en nosotros el remordimiento entendemos que hicimos mal y vivimos mal, es entonces cuando somos impulsados a pedir perdón pero es solo por miedo.

Más cuando se trata de arrepentimiento cambiamos nuestra manera de pensar, cambiamos de rumbo, vivimos y actuamos diferente a como lo estábamos haciendo.

Cabe destacar que el Señor está presto a oírnos en medio del dolor. No se trata de que Dios no va a tener misericordia o que su perdón es condicional, ya que Él tiene misericordia de quien quiere tenerla, pero decidamos hoy vivir de acuerdo a su voluntad, pasemos de escuchar la verdad a vivir en la verdad.

Todos los días Jesús se ofrece a sí mismo para transformarnos y cambiar nuestra vida, no huyamos más a su llamado porque grandes cosas tiene preparadas para quienes le aman (1 Corintios 2:9).

Seamos diligentes y responsables con respecto a nuestra salvación, no acudamos a Dios por miedo a morir, o por temor de ir al infierno.

Sabemos que Jesús es el Señor y lo reconocemos con nuestra boca, pero se trata de arrepentirnos, pues todos somos pecadores, es darle el lugar correcto en nuestra vida rindiendo voluntad, deseos, y pensamientos entendiendo que sus planes son mejores que una vida diseñada por nosotros mismos.

«No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna», Gálatas 6:7-8.