COLUMNAS CAÍDAS

Daniel Gaydou
DEVOCIONALES CORTOS DIARIOS BIBLICOS
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Una persona puede tener todo y ser pobre, y puede no tener nada y ser rica. Mirá vos qué interesante. Aunque no automáticamente. El tema de la pobreza es un tema que merece ser conocido más en profundidad. Fijate vos que la pobreza en sí misma, el concepto de pobre, quiere decir eso de no tener nada. Es decir, es un concepto hueco, es un concepto vacío. Y justamente, en este tiempo de gran materialismo y consumismo, una persona que no tiene nada, no es nada. Es muy interesante esto porque la pobreza se define justamente por la falta de algo, por la ausencia de algo; y no por la presencia de algo. Entonces, es normal que los sociólogos van a decirte que los pobres son invisibles. Uno armas las cosas para que no se vean los pobres. Por ejemplo la sociedad los empuja a vivir en un lugar lejos del centro de la ciudad, o en lugares que no se vean tanto en el centro de las ciudades; en los lugares paquetes de la ciudad, los lugares bonitos, ricos; los saca de ahí. Ellos pugnan por ir y las sociedades intentan rechazarlos y devolverlos a un ambiente afuera. Incluso mucha gente ingenua han hecho propuestas de por ejemplo, hacer una especie de ciudad para pobres en algún lugar, y entonces mandarlos a todos los pobres para allá, para que los ricos tengan el gusto de estar en un lugar de exclusividad. Y vos fijate que así funciona el tema de las villas, por ejemplo. Que es la forma no planeada directamente, o tácitamente, de sacar a los pobres del centro de las ciudades donde están las galerías más pitucas, y sacarlos para algún lugar donde no molesten; porque siempre van a estar pidiendo y necesitando.

Y el concepto “pobre” en la Biblia, implica todo tipo de carencia. Por lo que decíamos, ¿no?, que una persona puede ser rica y sin embargo, ser pobre. Puede tenerlo todo y a la vez puede no tener nada. O puede no tener lo que más desea, que también es una forma terrible de pobreza. Es decir, lo que quería decir con toda esta vuelta, es; en primer lugar, fijate que una característica de la experiencia humana, de nosotros, los seres humanos, es que podemos estar llenos en algún área de nuestra vida y vacíos en otra. Es muy importante eso. Que no es que automáticamente el rico tiene todo y el pobre no tiene nada. No es así, de ninguna manera. Ahora, una de las cosas que se producen cuando el pobre es pobre, y está todo el tiempo chocando con “no tengo”, “no puedo”, “no llego”, “no” esto, “no” lo otro, es justamente que sus sueños, es decir, sus expectativas de todo orden, caen. Se caen; se caen. En la palabra que voy a leer ahora en el salmo 10 17 tiene la idea de una columna que se ha caído.  Entonces, tenés la columna, pero la columna está tumbada. Entonces ¿qué hacés con la columna tumbada? Y… la dejás tumbada. Y qué se yo. Se cayó. ¿Cómo la vas a enderezar ahora y volverla a poner, que no se vuelva a caer? Y el pobre es una persona que está rodeado en su vida de columnas tumbadas, de paredes derruidas. Y si vos te fijás, la característica visual de un ambiente pobre, justamente ropa tirada por todos lados, juguetes rotos, paredes semiderruidas, techos que se llueven, la precariedad. Y entonces, mucha gente ignorante dice: “-¿Ves? Es que los pobres son descuidados, los pobres no quieren trabajar”. Es que aún eso, por ejemplo lo de ir a trabajar, desgraciadamente muchas veces las políticas de nuestros pueblos impiden que mucha gente tenga esa columna levantada, esa esperanza, esa posesión preciosa que es: "yo voy, hago mi trabajo y cobro mi plata y me la gasto en lo que yo quiero". Que se le roban eso. Incluso dándoles plata. Muchos de los planes MIP -yo tengo una opinión personal de esto, no es cierto- de este problema de que esta sociedad está inundada de planes (*) y todos los gobiernos populistas lo hacen. Justamente lo que hacen es, les pagan a los pobres, pero les tumban las columnas. Le tumban la columna esa que es la que le da orgullo a esa persona que viene a su casa de trabajar en un lugar, algo; viene y con algo de lo que él ganó le trae unos caramelos a sus hijos y no hay felicidad más grande para él cuando ve que los chiquitos suyos vienen y comen esas golosinas que él les trajo, que él se las ganó. En cambio, ese dinero que viene en una tarjeta de plástico, ni siquiera vienen billetes físicos, simplemente no tiene valor. No tiene un valor cultural, espiritual, moral, nada. Simplemente es un intercambio, como una propina. Como a los aborígenes cuando les cambiaban oro por espejitos. Eso es lo mismo, el mismo mecanismo perverso que tiene el pecado en las sociedades.

Sin embargo, en la palabra de Dios hay una nota de esperanza siempre. y la nota de esperanza que te voy a leer está en el Salmo 10:17, donde dice qué es lo que pasa con esas columnas caídas que a veces uno tiene aún teniendo las otras cosas ¿no?. Teniendo el dinero, teniendo la comida asegurada, teniendo un techo, o una cama, lo que fuera. 

Tú, Señor, escuchas la petición de los indefensos, les infundes aliento y atiendes a su clamor. Tú defiendes al huérfano y al oprimido, para que el *hombre, hecho de tierra, no siga ya sembrando el terror.

(Salmos 10:17-18 NVI) 

Esa expresión “atiendes a su clamor” para la actitud de Dios de ATENDER, y que dice “atiendes a su clamor” significa literalmente “volver a parar algo que está caído”. ¡Qué interesante!

“Tú defiendes al huérfano y al oprimido para que el hombre hecho de tierra no siga ya sembrando el terror”. Dios siempre aspira, con su plan original, cuando creó la humanidad; donde todas las personas podrían tener una vida digna. Digna en este sentido: de que tengan columnas levantadas en su vida, como por ejemplo, la posibilidad de decir esta es mi casa, este es mi lugar, y no que anden de un lado para el otro corriendo su carpa como una persona perseguida que va de un lado al otro. Que tenga su trabajo, que tenga su dignidad en el alimento que comen. Que tengan su educación para que puedan prosperar en la vida y tengan esa columna, la columna de “puedo prosperar”, “puedo cambiar”, “puedo ganar más”, “puedo estudiar más”, “puedo ayudar más”, “ puedo algo más”.

Que esas columnas puedan ser mantenidas, las que están erectas, y levantadas las que están caídas. ¿Qué te parece? ¿Vos creés que Dios es así? Es muy interesante pensar cómo Dios dice a los pobres en espíritu, que Él les va a dar el Reino de los Cielos. Porque al reconocer nosotros que aún moralmente el pecado, por ejemplo, nos acosa, nos acecha todo el tiempo; nosotros podemos decir: “-Bueno, pero hay cosas en el pecado, que son como columnas, pero que están caídas”. Pero el Señor te ayuda a levantarlas, a volverlas a poner en pie, a levantar cosas de tu vida. De paso, esto de la columna, ¿no es físicamente lo que pasa con las personas deprimidas? Que ellas, su cuerpo está caído y hay que levantarlo, erguirlo, ponerlo parado y hacerlo caminar y andar. Pero no por la fuerza, sino porque alguien viene y lo levanta con un poder superior. 

 

(*): Planes sociales en Argentina. Los planes sociales en Argentina son beneficios económicos del Gobierno destinados a apoyar a las familias más vulnerables. Estos planes de ayuda social pueden ir desde un beneficio de pago único hasta una ayuda económica mensual, entrega de medicamentos, atención médica, etc. El espíritu de esto es saludable, lo que no es saludable es que mucha gente vive de planes sociales y sin trabajar.

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