GIGANTE TESTIMONIO DE UN "PEQUEÑO"

William Brayanes
Haz de Sabiduría
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La voz del laureado cantante brasileño Nelson Ned, se apagó para siempre el  5 de enero de 2014, a sus 66 años de edad. 

Recordemos que “El pequeño gigante de la canción”, como se lo conocía,  debido a su  escaso 1 metro con 12  centímetros de estatura, se consagró en los años sesentas como una de las voces románticas más famosas de Brasil, y su éxito internacional llegó con la grabación de varios discos en español, lo que le permitió  entre otras cosas, ser el primer latinoamericano en colocar un millón de discos en el mercado estadounidense.

Sin embargo el éxito de su carrera profesional no era similar al de su vida privada; pues según su propio testimonio, siempre estuvo  dedicado a toda clase de placeres mundanos, que en el fondo le provocaban frustración y vacío espiritual. Esa insatisfacción lo llevó  en 1993  a dar un giro en su vida, a buscar el evangelio y a aceptar a Jesús como su Salvador, en unión de su esposa: María.

Lamentablemente más adelante la enfermedad  tomó por asalto  su cuerpo, alcanzando en  2003  un  derrame cerebral que le ocasionó  pérdida de la visión en su ojo derecho y algo de su habla, acompañado de alzhéimer en fase inicial. No obstante nada de ello impidió que el “pequeño gigante” continúe dedicando al Señor sus talentos de autor, compositor y cantante, y que comparta por algunos escenarios, lo aprendido de las Sagradas Escrituras.

Querid@ vistante:

Definitivamente la fama, el poder, las riquezas materiales, no son suficientes para llenar los vacíos existencialistas del ser humano. Podríamos llegar a acumular todo en el plano material, pero eso por sí solo no nos garantiza la tan ansiada felicidad, mucho menos si ese tipo de prosperidad tiene como característica el desenfreno moral, el hedonismo, la vanagloria y por lo tanto la ausencia de Dios en nuestra vida.   

Nelson Ned, entendió esto a tiempo, consiguiendo el perdón por sus faltas, y por ende, permitiendo que el Señor empiece a restaurar su corazón endurecido, antes de ir a Su presencia.  (WBC)

Por tanto, para que sean borrados sus pecados,

arrepiéntanse y vuélvanse a Dios,

a fin de que vengan tiempos de descanso

de parte del Señor.

(Hechos 3:19)

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