Qué debería hacer un cristiano cuando las convicciones atentan contra una sociedad tolerante?

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Respuesta: Muchas veces las convicciones cristianas chocan con lo que una determinada cultura considera como tolerante. ¿Qué deberían hacer los cristianos en estas situaciones? No hay un consejo que se aplique a todos los creyentes en todas las situaciones, sin embargo, hay algunos principios bíblicos que se pueden considerar.

Un principio a tener en cuenta, es que la única manera en que el mundo incrédulo escuchará el evangelio, es si los cristianos lo viven y lo proclaman (Romanos 10:14). El evitar totalmente a todas las personas que viven en pecado, nos obligaría a abandonar el mundo (1 Corintios 5:9-11). ¡Vivimos en un mundo caído, y no podemos evitar el contacto con los caídos a no ser que nos vayamos a Marte, y ¡después tener nosotros mismos que seguir lidiando con eso! No podemos ser sal y luz (Mateo 5:13-15) a menos que nos involucremos en el mundo. La luz tiene que brillar en la oscuridad para que sea útil; la luz que no brilla, realmente no es "luz"; y la sal tiene que estar en los alimentos a fin de cambiar el sabor; la sal no beneficia a nadie si queda en el salero.

Tolerar significa literalmente "aguantar" algo que no nos gusta; la tolerancia no requiere aprobación o apoyo. Por lo tanto, hay que plantear un buen argumento de que los cristianos debemos ser tolerantes (literalmente) en lo posible, a fin de que nuestro carácter amoroso sea lo más visible posible (Mateo 5:16). Tomemos como ejemplo las relaciones comerciales. Servirle café a alguien, venderle un auto, o incluso alquilarle una habitación de hotel, no requiere ninguna expresión de las convicciones personales. Es razonable afirmar que la mayoría de las transacciones comerciales no implican un acuerdo moral. Entonces en la mayoría de los casos, el mejor método, desde el punto de vista jurídico y moral, es probablemente interactuar, ser un testimonio, y tolerar cualquier cosa con la que no estemos de acuerdo.

Por otra parte, algunas actividades comerciales implican un cierto nivel de acuerdo social o moral, porque conllevan una forma directa de expresión. Una presentación musical, alimentos especializados, trabajos artísticos, la fotografía, etc., requieren una inversión directa de la creatividad y la emoción por parte de la persona. En el caso de un patrocinador que actúa en abierta rebelión contra la clara enseñanza bíblica, un cristiano dueño de un negocio tiene razones morales mucho más fuertes para rechazar el servicio, especialmente si dicho servicio requerirá una parte de su participación.

En algún momento, la interacción con el mundo tiende a verse como una aceptación, e incluso la tolerancia resulta inadecuada (1 Corintios 5:1-7; Juan 7:24). ¿Qué mensaje va a enviar la iglesia que realiza celebraciones "interactivas" con una asamblea de brujas? ¿Qué pasa si un juez decide "tolerar" el falso testimonio, es decir, permitirlo en la sala del tribunal, aunque a él personalmente "no le gusta"? ¿Qué pasa si un cirujano comienza a "tolerar" la falta de higiene en su sala de cirugía?

La biblia nos dice que no debemos violar nuestra conciencia dirigida por el Espíritu (Romanos 14:22-23), sin embargo, donde se traza esa línea, es algo que cada creyente tiene que determinar cuando la situación a sí misma se presenta (2 Tesalonicenses 3:16). A veces, los cristianos se ven obligados a elegir entre el éxito espiritual y el éxito secular. Nos guste o no, la persecución no sólo es una posibilidad para los cristianos; es algo que debemos esperar (Lucas 21:12-19).

Eso no significa que no debemos utilizar cada herramienta que está a nuestra disposición para defender aquello en lo que creemos. El apóstol Pablo no tenía miedo de ejercer sus derechos legales como ciudadano romano (Hechos 16:37-38; 21:39). Socialmente, necesitamos ser conscientes de nuestros derechos, participar en la elección de nuestros dirigentes en lo posible (1 Samuel 12:13-25; Proverbios 28:12; 29:2), y estar dispuestos a defender nuestra fe contra aquellos que la difaman (1 Pedro 3:15-17). Espiritualmente, necesitamos orar por sabiduría, escudriñar las escrituras, y luego seguir lo que nuestra conciencia nos dicte. Debemos demostrar el amor cristiano y la rectitud, dando ejemplo de cómo la verdad y el amor pueden coexistir. En cada situación, nuestra conducta debe ser tal que "…lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo" (1 Pedro 3:16).