HONRA A TU PADRE

Andrés Estrada
Iglesia Evangélica Bautista "Jesucristo Rey de reyes"
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Staff



Mateo 6:8-13 

Padre tu palabra es mi delicia y mi solaz. Eso es lo que es nuestro Dios el Padre para cada uno de nosotros. Y que Dios nos ayude también a ser verdaderos padres para glorificar su Santo Nombre con nuestras vidas. 

[Salutaciones] 

Gracias a Dios tengo el honor en esta oportunidad de poder enseñar la palabra de Dios. En esta oportunidad vamos a tratar el tema sobre el Padre. Las características de nuestro Padre Celestial y que también deben de ser unas características innatas de nuestra vida como padres aquí terrenales, en este día, en este mundo en que Él nos ha puesto como sus hijos. Que Dios nos bendiga y que Dios les bendiga a ustedes amados hermanos y hermanas. Un saludo cordial a todos y especialmente a todos los padres que pasen y que sigan pasando un bonito día, un Feliz Día del Padre (*). 

Vamos a dar lectura a Mateo capítulo 6 versículo 8 hasta el versículo 13. La palabra de Dios dice: 

No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

(Mateo 6:8-13 RV 1960) 

En esta oportunidad quiero que puedan recordar el propósito de este tema, no solamente por ser el Día del Padre. Porque recuerden, todos los días hay que abrazar, agradecer al padre que nos ha traído a este mundo y que nos ayuda a vivir, a crecer y hacer pues, buenos ciudadanos y especialmente a ser buenos hijos de Dios, discípulos de Cristo aquí en la tierra. Por eso es importante honrar a los padres. Y eso significa que no hablemos mal; más bien hablemos siempre bien del papá y en especial de nuestro papá Dios.

Hay un padre muy especial, recordemos, y es el Padre Celestial. Cuando celebramos el Día del Padre, recordemos también a nuestro Padre Celestial. ¡Qué hermoso es poder reconocer a Dios, el Padre Celestial en todos los días de nuestra vida! Y especialmente saber y conocer bien las características que como Padre, Él ha dejado en su palabra. Y especialmente aquí, en estos textos que hemos leído en Mateo cap. 6 vers. del 8 al 13. Es por eso, el Señor expresa ¿no?, su deseo de que aún el padre terrenal, es algo especial aquí en la tierra para Él.

Por eso, si usted lee conmigo, por favor, en el libro de Éxodo cap. 20 vers. 12, la Palabra de Dios dice lo siguiente: 

Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.

(Exodo 20:12 RV 1960) 

“Honra a tu padre ya tu madre”. Y esa palabrita: “honra”, no solamente significa amar a los padres sino también significa obedecer, respetar, no hablar mal de ellos. Aún más, si de repente como padres te han fallado, y tienes problemas aún hasta perdonarlos y seguir adelante. Especialmente si eres cristiano. Entonces, aquí está y es el quinto Mandamiento en los Mandamientos que Dios nos ha dejado en su Palabra.

Entonces, si ustedes se dan cuenta. en los cinco primeros mandamientos, aquí en los diez mandamientos que Dios nos ha dado tanto en éxodo 20 y en Deuteronomio 5; los cinco primeros están relacionados con Dios. Tanto el padre y la madre representan a Dios aquí en la tierra. Por eso dice: “para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”.

Y el apóstol Pablo también nos insta, nos enseña y nos asegura de esa gran bendición de poder obedecer a los padres para que nuestros días sean largos aquí en la tierra. En esta oportunidad quiero recordarles en la palabra de Dios que el padre, como les decía, es algo especial para Dios. Entonces el padre representa a Dios aquí en la tierra y es por eso el Señor en su palabra nos insta a poder honrarlos a ellos. Y escuche lo que dice Salmo 103 vers. 13: 

Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen.

(Salmos 103:13 RV 1960) 

Espero que usted, yo también, como padres temamos a Dios y vivamos para Dios. Y reflejemos en cada uno de nosotros, las características de Dios. Especialmente, aquí hay algunas en estos textos que hemos leído aquí. 

Vamos a ir a la primera característica de Dios, donde dice: “No os hagáis pues semejantes a ellos porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que nosotros le pidáis” Dios el Padre sabe lo que necesitamos, como sus hijos, como sus discípulos que les seguimos cada día. Y especialmente no me refiero a la necesidad de la comida. Porque más adelante, eso es otra característica de Dios y eso lo podemos ver en el versículo 11, “el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”. Pero aquí cuando habla de necesidades, habla de necesidades emocionales, de necesidades sociales, de necesidades espirituales, y uno, como padre debe de saber estas necesidades. El hijo no solamente necesita cosas materiales, las hijas. Necesitan también cosas espirituales que tú puedas ayudarle en sus necesidades emocionales, en sus necesidades sociales. ¡Qué bonito sería! ¿No? El padre siempre les dé un tiempo para sus hijos, para conversar, que a veces eso nos falta. No solamente es el trabajo. Uno puede darle todo a sus hijos, pero muchas veces ¿qué sucede?. Hay padres que le dan todo a sus hijos, pero al final sus hijos le fallan. Sus hijos le quedan mal, sus hijos optan por vivir una vida en maldad. Y especialmente es porque nunca conversaste con ellos. Porque nunca viste la necesidad de que ellos necesitaban un abrazo, necesitaban que converses, que necesitaban que les instruyas, como la palabra de Dios dice: “Instruye al niño en su camino y aún cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6 Nde). Y ese “instruir” significa que tú debes de tener tiempo para conversar, para aconsejarles, para decirles lo que tienen que hacer cada día, y que no se aparten de Dios, y que lean la Biblia, de que oren. Esas cosas son importantes en la vida espiritual y espero que tú puedas tener el tiempo para eso, como un padre que Dios te ha dado ese privilegio.

(Segunda característica-Nde) Y después vamos a mirar, en el artículo 9 y el versículo 10: “vosotros pues oraréis así: Padre Nuestro que estás en los cielos santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad como en el cielo así también en la tierra.”

No nos olvidemos que la voluntad de Dios es agradable y perfecta. Y la voluntad de Dios, queridos hermanos y hermanas; la voluntad de nuestro Padre Celestial, Él desea siempre ayudarnos y ayudarnos con amor. Él no nos exige. Él no impone su voluntad como un cacique. Y espero que tú no seas uno de aquellos caciques, aquellos que les gusta mandar, que les gusta solamente hablar o gritar, sino aquellos que quieren hacer su voluntad con amor. Que a sus hijos les enseñan con amor, que a sus hijos les ayudan con amor; no imponiendo la fuerza, no imponiendo ahí la disciplina física; sino más bien que lo disciplina en instrucción con amor a cada uno de sus hijos. Y espero que puedas tú también tener esta característica de Dios. Si tú te das cuenta ¿no? ¡Qué amor el de Dios! Que a pesar que somos pecadores miserables, Jesús murió por nuestros pecados. Él envió a Jesús a morir por tus pecados, por mis pecados; a sufrir lo que teníamos que sufrir nosotros, lo sufrió Él. Por eso es que su voluntad es agradable y perfecta para cada uno. Y que esa característica también pueda brillar en tu vida como padre.

(Tercera característica-Nde) Y ahí viene el 11, el versículo 11: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”.El “pan nuestro”, recuerde, ya significa la parte material, del alimento. Y hay que tener cuidado, el padre siempre mira y ve la salud de sus hijos. No le da cualquier cosa, no nos llena de golosinas muchas veces. Hay padres que les gusta, sí, cuidar, ser de bendición para sus hijos, pero ¿qué ocurre? Los alimentan mal, con golosinas, con dulces; y no le dan lo que ellos de verdad necesitan. Puede que un niño, la familia, necesita no comida chatarra, sino comida buena saludable. Verduras, frutas, cosas que de verdad le alimenten y les ayuden a crecer sanamente. Y eso es lo que hace Dios también con nosotros. Él nos da el pan todos los días. Nos provee para alimentarnos y para estar sanos y también como padres que tengamos ese privilegio de poder hacer lo correcto.

(Cuarta característica-Nde) Y miremos el versículo 12, leamos de nuevo, 12 y 13. Escuche lo que dice: “y perdónanos nuestras deudas como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. No nos metas en tentación, más líbranos del mal, porque tuyo es el reino y el poder y la gloria, por todos los siglos, amén”. El Padre, como le dije también antes, perdona y te ayuda a ser cada día fuerte en tu vida espiritual, en tus decisiones. El Padre es aquel que perdona nuestros pecados. No es aquel que siempre está para castigarnos o para disciplinarnos. Recuerde: el padre que ama, corrige a sus hijos. Pero esa corrección no es siempre con golpes. Esa corrección es con su amorosa palabra que nos instruye para no caer siempre en los mismos errores, en la tentación, en el pecado. Más bien Él nos instruye para caminar en el camino que Él nos ha puesto, en el camino que nos ha trazado, para no salirnos. Más bien para seguir adelante y poder triunfar juntamente con Él y llegar a los cielos y así darle la honra y la gloria por la eternidad. Entonces como padres, aprendamos a perdonar a nuestros hijos cuando fallan. Más bien a instruirlos, a darle las debidas instrucciones, para que puedan triunfar en la vida, en su vida espiritual, en su vida social, en su vida también emocional. En su vida intelectual, en la escuela, ayudarles a que sigan estudiando, porque hay muchos padres que no incentivan, no les ayudan, los dejan hacer lo que ellos quieren. Y claro, un niño cuando el padre lo deja hacer lo que quiere, ellos van a hacer lo que les da la gana. Pero recuerda: el padre que ama, dice el libro de Hebreos, corrige o disciplina a su hijo (Hebreos 12:6-Nde). Y recuerde: la disciplina no es el castigo físico. La disciplina y la instrucción es a través de su palabra, con la Biblia, enseñarle lo que tiene que hacer el niño cada día, cada momento.

Y también recordemos ayudarles a vivir una vida correcta. Enseñarles los peligros del mundo, los peligros de la música, de los bailes, los peligros del alcohol, del cigarro. Los peligros de la delincuencia en este tiempo, de la pornografía. Enseñarles el mundo cómo está viviendo. Cuántas cosas hay, y aquellos jóvenes que viven en la calle, que comen de la basura. Decirle: “Mira hijo, eso es el producto del pecado, es el producto de la maldad, es el producto de no seguir las instrucciones correctas”. Que Dios nos ayude a tener padres que de verdad aman a sus hijos y toman el tiempo para hacer las cosas en una manera correcta. Y también, madre, no te olvides de ayudar al padre. Si él está mal, pues ayúdale, dile con amor, no con gritos, no con pleitos, sino con amor, exprésale tu sentir. Preséntales también el sentir de tus hijos. Hijos también recuerden, obedezcan a los padres. Ayúdenlos, ámenlos; agradézcanles cada día. Hoy día, no es solamente por el “Día del padre”, sino cada día, un abrazo, un beso, y decir: “padre te amo, y gracias por ayudarme; gracias por darme cada día lo que necesito. Y voy a seguir siempre orando, voy a seguir siempre tus consejos, y voy a seguir la palabra de Dios”. 

Que Dios nos ayude a ser buenos padres, a ser buenos hijos; a vivir como hijos de Dios. Como Dios el Padre quiere, siempre imitando sus características, que nos ha dejado en su palabra.

En esta oportunidad, si hay un padre que desea entregar su vida a Jesús; porque no vas a ser nunca un buen padre, si no entregas tu vida Jesús. Es importante hacerlo. Ahora puedes hacerlo. Ora. Pídele perdón. Arrepiéntete de tus pecados y acepta a Cristo en tu vida como el Señor y el Salvador de tu vida. 

Oremos. 

(*): Mensaje con motivo del Día del padre, 20/06/2021.- De profunda actualidad y de aplicación para hoy, y para cada uno de los días de nuestras vidas.

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