Mis ovejas oyen mi voz

Daniel Gaydou
DEVOCIONALES CORTOS DIARIOS BIBLICOS
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Buen día! En Juan 10:22 dice: ya era invierno. ¡Y mirá vos qué cosa! Acá también es invierno. “¡Un friasonón!!” dicen los cordobeses de antes, acá en Córdoba. Terrible el frío que hace! Y en este texto que vamos a ver hoy hay algunas cosas interesantes mirándolo desde el punto de vista del invierno. Es interesante, porque por eso en Juan 10:22, que te dije, dice: “y ya era invierno”. Y muy interesante el tema qué pasa con nosotros, y aún qué pasa con nosotros incluyendo el tema de la fe. Muchas veces las referencias a la naturaleza, yo las hago; las he hecho desde el púlpito un montón de veces, y la gente me mira con cara de qué tiene que ver la Luna llena con la fe cristiana.

Bueno, entonces con ese criterio leé Juan 10:22 y te vas a encontrar que el texto arranca diciendo:“ya era invierno”, y que hay otra referencia al invierno y es cuando Jesús en dos de los Evangelios dice: “rogad que vuestra huida no sea en invierno, ni en sábado” (Mateo 24:20; Marcos 13:18 NdE). Es que las cosas espirituales son así como atemporales ¿No importa el tiempo? ¡Sí importa el tiempo! Y vos decís tu fe; yo tengo mi fe hace 50 años que tengo fe, soy un cristiano de muchos años; o soy un creyente de hace poco, pero decís pero qué tiene que ver la fe con el invierno, con el verano, con el fin de año, con la jubilación, con el empate de Argentina, o lo que fuera… y todo, escuchá esto ¿eh?, todo tiene que ver con todo. Y eso significa que todo tiene que ver con mi relación con Dios. Todo, del “verbo” todo, del sustantivo todo, del adjetivo todo. Todo, todo, todo, todo. La declaración que hacían judíos cientos de años antes de Cristo, era: “Oye Israel, Jehová nuestro Dios, Jehová uno es” (Deuteronomio 6:4-NdE). Hay un universo, que como mi hijo me señaló; mi hijo más chico; no tiene que ver como yo dije la última vez que mencioné eso, dije que universo quiere decir en latín “un rostro” y me equivoqué. Siempre me equivoco, es la miastenia, pero también la tontería natural en él. Como cuando dije los otros días que en la Facultad de Derecho, una de las primeras cosas que se aprenden es Derecho Romano. Y una de mis primas que está en la agenda, fijate en la letra “L” que significa: “La Susi”. Dice “La Susi”: “-Me parece que no se enseña más”. Y busqué y efectivamente, ya no hay más Derecho Romano. Está en la parte histórica y política, pero la carrera de Derecho hoy tiene una inclinación más para el lado político ahora. Y entonces no tienen una concentración así exclusiva en el Derecho Romano, como había antes.

Pero eso no es el tema de hoy. El tema de hoy es: qué pasa con el invierno. Cómo nos ponemos en invierno. Nos ponemos más meditativos, no nos gusta salir de la casa, de la casa dije, no de la cama. Hay algunos que no les gusta salir de la cama y no sacan ni la nariz de la cama. Están enchufados ahí adentro, y la ventaja del teléfono celular es que podés estar metido adentro de la cama y podés estar ahí haciendo tus contactos y contestando tus mensajitos de Whatsapp, si sos viejo, y si sos joven, de Instagram. Y si sos un profesional, en Twitter, y así. Todo eso lo podés hacer desde la cama, y desde el baño, desde el lugar donde estés. Y en el invierno también nos ponemos más como intolerantes. Es el momento cuando la gente empieza a preguntar: “bueno, pero ¿hasta cuándo vamos a tener que aguantar esto?” Eso es una queja invernal. Eso, el 8 de octubre, calorcito, andás en shortcito y hawaiana por toda la casa. Decís “vamos a hacer un asadito hoy” Bueno, pero ahí ya no te importa tanto eso, querés una respuesta ya. Pero en invierno, viejo, ya el sol se pone cuando son las 6 de la tarde, y es un frío mortal, no dan ganas de nada. Y no dan ganas de esperar más promesas y esperanzas… Y muchos creyentes en un tiempo como éste, donde hay como una especie de invierno por el tema de la pandemia, un invierno emocional si vos querés; también se ponen nerviosos.

Y había gente nerviosa en el tiempo de Jesús. Y vos fijate qué respuesta le da Jesús a esa gente que está pasando el invierno. Jesús también estaba en el templo por causa de la fiesta de Hanukka, la Fiesta de las Luces, que ellos celebraban la reconstrucción del Templo, o mejor dicho la construcción del segundo Templo de Jerusalén, que fue hecho sobre las ruinas del anterior, y que fue hecho un par de siglos antes de Cristo y que estaba muy bien desarrollado para el tiempo en que Jesús vivió, donde Él estaba caminando ahí en el templo. Y ellos celebraban hasta el día de hoy, con un candelabro que tenía ocho velas con una en el medio. Por eso va a ver esos candelabros judíos que tienen nueve velitas y boyas. (*) ¿Y por qué nueve, si la semana es de siete días, el número de la perfección? Es por que dice una leyenda que cuando se edificó el segundo templo, uno de los candelabros del templo estuvo ardiendo 8 días, es decir una semana y un día más, con el aceite suficiente para un solo día, porque se había terminado y milagrosamente duró ese tiempo. por eso recuerdan con 8 brazos o velitas, más una de piloto ¡el piloto! ¡la antigüedad el piloto! ¿no? Desde esa época recuerdan Hanukka. Y Jesús andaba ahí, pero se encontró dice, en el templo caminando por la parte conocida como el “Pórtico de Salomón” que también tiene su importancia, porque era una puerta preciosa, muy bonita. 

Algunas personas lo rodearon y le preguntaron: —¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo sin vueltas. Jesús les contestó: —Yo ya les dije, y ustedes no me creen. La prueba es la obra que hago en nombre de mi Padre, pero ustedes no me creen porque no son mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco, y ellas me siguen.

(Juan 10:24-27 NTV) 

Es interesante porque estamos en un mundo de la publicidad. Y desde el punto de vista de Jesús haciendo publicidad de su famoso Reino de los Cielos. Era bueno haciendo publicidad Jesús. Y acá te vas a encontrar con que hay una diferencia entre la publicidad de hoy día y la publicidad de esa época. No estaba Él con ganas de generar una necesidad en la gente y después decirles: “yo te la respondo”. Sino responder a las necesidades genuinas de la gente. De manera que Él mostraba en su conducta signos inequívocos de que era el Mesías.

Fijate vos que la lectura de los Evangelios te va a llevar a que todo el tiempo, dice cosas como por ejemplo: “¿Quién es este que puede perdonar pecados?” “¿Quién es este que da vista a los ciegos?” “¿Quién es este que levanta un muerto?” ¿Quién es este? Porque la respuesta es: “el Mesías”. Y Jesús les dijo eso a esta gente qué querían que Él les diga. Ahora, si Él les decía en forma extemporánea: “Yo soy el Mesías” ¿qué pasaba? ¡Lo iban a querer matar!

En cambio, el que tenía un corazón abierto hacia Jesús, veía hacer estas cosas y decía: “este es el Mesías, este es el Mesías”. Creían en Él y lo seguían.

Y yo quiero dejarte con ese mensaje de Jesús. No esperes que te vengan a golpear la casa, a rogar, a suplicar. Si vos no escuchás lo que Jesús es, no te vas a convencer de ninguna manera. Pero vos, si sos una oveja de Él, por decirlo de una forma, si te identificás como hijo de Dios, dice: “mis ovejas escuchan mi voz yo las conozco y ellas me siguen”. Y yo quiero que Danielito Gaydou escuche la voz de Dios, y ser conocido de Él, que Él me conoce bien, me cala profundamente, y… quiero seguirlo a Él. No me interesa mucho otra cosa.

 

(*):Algunas veces la menorá (siete brazos) es confundida con la januquiá, candelabro de nueve brazos empleado en la festividad de las luminarias (Hanukka); la cantidad de brazos, la función y el origen son muy diferentes (NdE).

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