Mis ovejas oyen mi voz
DEVOCIONALES CORTOS DIARIOS BIBLICOS
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Buen
día! En Juan 10:22 dice: ya era invierno. ¡Y mirá vos qué cosa! Acá también es invierno.
“¡Un friasonón!!” dicen los cordobeses de antes, acá en Córdoba. Terrible el
frío que hace! Y en este texto que vamos a ver hoy hay algunas cosas
interesantes mirándolo desde el punto de vista del invierno. Es interesante,
porque por eso en Juan 10:22, que te dije, dice: “y ya era invierno”. Y muy interesante
el tema qué pasa con nosotros, y aún qué pasa con nosotros incluyendo el tema
de la fe. Muchas veces las referencias a la naturaleza, yo las hago; las he hecho
desde el púlpito un montón de veces, y la gente me mira con cara de qué tiene
que ver la Luna llena con la fe cristiana.
Bueno,
entonces con ese criterio leé Juan 10:22 y te vas a encontrar que el texto arranca
diciendo:“ya era invierno”, y que hay
otra referencia al invierno y es cuando Jesús en dos de los Evangelios dice: “rogad que vuestra huida no sea en invierno,
ni en sábado” (Mateo 24:20; Marcos 13:18 NdE). Es que las cosas
espirituales son así como atemporales ¿No importa el tiempo? ¡Sí importa el
tiempo! Y vos decís tu fe; yo tengo mi fe hace 50 años que tengo fe, soy un
cristiano de muchos años; o soy un creyente de hace poco, pero decís pero qué
tiene que ver la fe con el invierno, con el verano, con el fin de año, con la
jubilación, con el empate de Argentina, o lo que fuera… y todo, escuchá esto ¿eh?,
todo tiene que ver con todo. Y eso significa que todo tiene que ver con mi relación
con Dios. Todo, del “verbo” todo, del sustantivo todo, del adjetivo todo. Todo,
todo, todo, todo. La declaración que hacían judíos cientos de años antes de Cristo,
era: “Oye Israel, Jehová nuestro Dios, Jehová
uno es” (Deuteronomio 6:4-NdE). Hay un universo, que como mi hijo me señaló;
mi hijo más chico; no tiene que ver como yo dije la última vez que mencioné eso,
dije que universo quiere decir en latín “un rostro” y me equivoqué. Siempre me
equivoco, es la miastenia, pero también la tontería natural en él. Como cuando
dije los otros días que en la Facultad de Derecho, una de las primeras cosas
que se aprenden es Derecho Romano. Y una de mis primas que está en la agenda, fijate
en la letra “L” que significa: “La Susi”. Dice “La Susi”: “-Me parece que no se
enseña más”. Y busqué y efectivamente, ya no hay más Derecho Romano. Está en la
parte histórica y política, pero la carrera de Derecho hoy tiene una
inclinación más para el lado político ahora. Y entonces no tienen una
concentración así exclusiva en el Derecho Romano, como había antes.
Pero
eso no es el tema de hoy. El tema de hoy es: qué pasa con el invierno. Cómo nos
ponemos en invierno. Nos ponemos más meditativos, no nos gusta salir de la casa,
de la casa dije, no de la cama. Hay algunos que no les gusta salir de la cama y
no sacan ni la nariz de la cama. Están enchufados ahí adentro, y la ventaja del
teléfono celular es que podés estar metido adentro de la cama y podés estar ahí
haciendo tus contactos y contestando tus mensajitos de Whatsapp, si sos viejo,
y si sos joven, de Instagram. Y si sos un profesional, en Twitter, y así. Todo
eso lo podés hacer desde la cama, y desde el baño, desde el lugar donde estés.
Y en el invierno también nos ponemos más como intolerantes. Es el momento
cuando la gente empieza a preguntar: “bueno, pero ¿hasta cuándo vamos a tener
que aguantar esto?” Eso es una queja invernal. Eso, el 8 de octubre, calorcito,
andás en shortcito y hawaiana por toda la casa. Decís “vamos a hacer un asadito
hoy” Bueno, pero ahí ya no te importa tanto eso, querés una respuesta ya. Pero
en invierno, viejo, ya el sol se pone cuando son las 6 de la tarde, y es un
frío mortal, no dan ganas de nada. Y no dan ganas de esperar más promesas y esperanzas…
Y muchos creyentes en un tiempo como éste, donde hay como una especie de
invierno por el tema de la pandemia, un invierno emocional si vos querés;
también se ponen nerviosos.
Y había gente nerviosa en el tiempo de Jesús. Y vos fijate qué respuesta le da Jesús a esa gente que está pasando el invierno. Jesús también estaba en el templo por causa de la fiesta de Hanukka, la Fiesta de las Luces, que ellos celebraban la reconstrucción del Templo, o mejor dicho la construcción del segundo Templo de Jerusalén, que fue hecho sobre las ruinas del anterior, y que fue hecho un par de siglos antes de Cristo y que estaba muy bien desarrollado para el tiempo en que Jesús vivió, donde Él estaba caminando ahí en el templo. Y ellos celebraban hasta el día de hoy, con un candelabro que tenía ocho velas con una en el medio. Por eso va a ver esos candelabros judíos que tienen nueve velitas y boyas. (*) ¿Y por qué nueve, si la semana es de siete días, el número de la perfección? Es por que dice una leyenda que cuando se edificó el segundo templo, uno de los candelabros del templo estuvo ardiendo 8 días, es decir una semana y un día más, con el aceite suficiente para un solo día, porque se había terminado y milagrosamente duró ese tiempo. por eso recuerdan con 8 brazos o velitas, más una de piloto ¡el piloto! ¡la antigüedad el piloto! ¿no? Desde esa época recuerdan Hanukka. Y Jesús andaba ahí, pero se encontró dice, en el templo caminando por la parte conocida como el “Pórtico de Salomón” que también tiene su importancia, porque era una puerta preciosa, muy bonita.
Algunas personas lo rodearon y
le preguntaron: —¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si tú eres el Mesías,
dínoslo sin vueltas. Jesús les contestó: —Yo ya les dije, y ustedes no me
creen. La prueba es la obra que hago en nombre de mi Padre, pero ustedes no me
creen porque no son mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco, y
ellas me siguen.
(Juan 10:24-27 NTV)
Es
interesante porque estamos en un mundo de la publicidad. Y desde el punto de
vista de Jesús haciendo publicidad de su famoso Reino de los Cielos. Era bueno
haciendo publicidad Jesús. Y acá te vas a encontrar con que hay una diferencia
entre la publicidad de hoy día y la publicidad de esa época. No estaba Él con
ganas de generar una necesidad en la gente y después decirles: “yo te la
respondo”. Sino responder a las necesidades genuinas de la gente. De manera que
Él mostraba en su conducta signos inequívocos de que era el Mesías.
Fijate
vos que la lectura de los Evangelios te va a llevar a que todo el tiempo, dice
cosas como por ejemplo: “¿Quién es este que puede perdonar pecados?” “¿Quién es
este que da vista a los ciegos?” “¿Quién es este que levanta un muerto?” ¿Quién
es este? Porque la respuesta es: “el Mesías”. Y Jesús les dijo eso a esta gente
qué querían que Él les diga. Ahora, si Él les decía en forma extemporánea: “Yo soy
el Mesías” ¿qué pasaba? ¡Lo iban a querer matar!
En
cambio, el que tenía un corazón abierto hacia Jesús, veía hacer estas cosas y decía:
“este es el Mesías, este es el Mesías”. Creían en Él y lo seguían.
Y
yo quiero dejarte con ese mensaje de Jesús. No esperes que te vengan a golpear
la casa, a rogar, a suplicar. Si vos no escuchás lo que Jesús es, no te vas a
convencer de ninguna manera. Pero vos, si sos una oveja de Él, por decirlo de
una forma, si te identificás como hijo de Dios, dice: “mis ovejas escuchan mi voz yo las conozco y ellas me siguen”. Y yo
quiero que Danielito Gaydou escuche la voz de Dios, y ser conocido de Él, que Él
me conoce bien, me cala profundamente, y… quiero seguirlo a Él. No me interesa
mucho otra cosa.
(*):Algunas veces la menorá (siete brazos) es confundida con la januquiá, candelabro de nueve brazos empleado en la festividad de las luminarias (Hanukka); la cantidad de brazos, la función y el origen son muy diferentes (NdE).
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