Delicias a tu diestra para siempre

Daniel Gaydou
DEVOCIONALES CORTOS DIARIOS BIBLICOS
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Salmo 16:11

En esta película en blanco y negro ella lo mira a los ojos a él y le dice con los ojos llenos de lágrimas: “-Jamás te perdonaré”. ¡Qué escena! ¿eh? ¡Impresionante! Humphrey Bogart es un poroto hervido al lado de este cine.

Quiero preguntarte algo. De lo que conocés de la Biblia: ¿vos escuchaste, o se te ocurre que hay en alguna parte, un versículo, una declaración donde Dios le dice a alguien: “jamás podré perdonarte”? Y se abre un abanico de posibilidades ¿no? Yo me imagino, una es “no” porque Dios es muy bueno y puede perdonar a cualquiera de cualquier cosa. No es del todo cierto. Dice, bueno a todos los que pecan Dios los va a condenar. No es del todo cierto. Y entonces, una solución al medio, ¿cómo podría ser?

Lo cierto es que sí hay un versículo donde Jesús dijo que hay un pecado que a las personas no se les va a perdonar, o que no se les puede perdonar. No hay posibilidad de recibir perdón por ese pecado. Y ese pecado Él lo llamó el pecado contra el Espíritu Santo. Muy interesante. Y bueno ¿cuál es? No hay uno en particular. No es maldecir al Espíritu Santo. Es “ningunear” al Espíritu Santo. Sería la palabra que se me ocurre más parecida. La idea es que hay una persona a quien el Espíritu Santo de Dios le muestra un camino, lo trata de orientar, le muestra esperanza; como a Judas. Ese sería el ejemplo claro de alguien que le pasó esto. Que no pudo ser, habiendo vivido con Jesús y todo, no pudo ser perdonado. “Jamás podré perdonarte”.

Me imagino que el Espíritu Santo estuvo en la vida de Judas diciéndole:”mirá lo que hizo Jesús; mirá cómo habla Jesús; mirá qué actitud tiene Jesús” ¿Y qué hizo Judas? Todo el tiempo él estaba en otro canal. Todo el tiempo estaba en otra. Y eso lo llevó a la muerte más horrible que hay relatada en la Biblia. Lo opuesto a la palabra, jamás, jamás podría perdonarte, ¿cuál es? Ya hemos visto que la palabra “jamás podré perdonarte” es solamente para aquellas personas que se resisten; que se resisten a creer, le resisten a Dios, le resisten su guía, le resisten su presencia. Lo mantienen a raya, lo mantienen a la distancia y se embroman porque lo único que logran es perder el único recurso donde está la verdadera vida.

Pero, lo opuesto cuál es? Es la palabra “siempre”. Entonces “siempre”, quiere decir: “siempre”. Siempre, de siempre. Siempre, siempre. Algo que es para siempre, como el Salmo 16:11 dice que David dijo ahí:

Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.

(Salmos 16:11 RV 1960)

Ese lugar que él pone ahí. Lugar al lado de la presencia de Dios. Más modernamente, en el Nuevo Testamento la presencia de Dios EN mi vida. Ya no “al lado” o “en tu presencia”, sino adentro. Con más razón, con más profundidad, con más significado. Por eso es que el Evangelio es tan importante. Por eso es que Jesús hablaba todo el tiempo de este Evangelio que viene a cambiar las vidas, como nunca en la historia. La primera vez en la historia, que las personas podrían estar, no “en la presencia de Dios”, sino que podrían tener a Dios en su corazón.

¿Lo tenés vos en tu corazón? No me refiero a si tenés intuiciones acerca de Dios. No me refiero a eso. ¿Vos lo has invitado a Dios a entrar a tu vida? ¿Le has pedido perdón por los pecados? Por las dudas, no seas maleducado ¿eh? No seas maleducado, no te abuses de que Dios no te dice: “jamás podré perdonarte”. Entonces ya que Él puede perdonarnos, pedí perdón. ¿O no estás arrepentido de las cosas que has hecho que sabés que a Dios no le agradan? Entonces si Él te perdona, la presencia de Dios en tu corazón ¿no es una cosa para siempre? ¿O es “por ahora”, hasta el domingo que vuelva a ir otra vez a la iglesia; hasta mañana que vuelva a cerrar mis ojos otra vez para orar; hasta la próxima vez que encuentre algún pensamiento inspirador en Facebook y entonces me sienta otra vez lleno de la presencia de Dios?

“Delicias en tu diestra para siempre” El mensaje esta mañana es ese: Mirá, hoy, ayer, nos encontramos con el tema este de Kabul, en Afganistán. Vos fijate que en el mundo hay señales de que el mundo se está terminando. Y no estoy diciendo esto en un sentido catalítico, de decir: ¡Oh! ¡Se viene todo abajo! ¡Se viene la hecatombe! Sino en el sentido de: “este mundo tiene fecha de vencimiento”. Y más vale que nosotros nos demos cuenta de que es así, porque si no, estaremos pensando que vivimos en un mundo ideal hecho por Walt Disney, que ya murió. Y no, en un mundo real donde hay muchos tipos de problemas, pero que va a ser reemplazado con un nuevo mundo. Un nuevo cielo, una nueva tierra, una nueva realidad, un nuevo Danielito Gaydou. ¿Cómo será el nuevo? Bueno, yo ya sé varias cosas que no va a ser. Pero ¿cómo será en realidad? No lo sé.




¿Agobiado por las culpas?


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