¿DE VERDAD POSEES ESA PLANTA?

William Brayanes :

Según la trama de un antiguo cuento, un emperador convocó a todos los varones solteros del reino,  para proponerles el siguiente acuerdo : 

-Yo les daré  una semilla diferente a cada uno de ustedes; y al cabo de seis meses deberán traerme en un macetero, la planta que haya nacido de dicha semilla. Aquél que traiga la planta más hermosa, tendrá como premio, la mano de mi hija.

Llegado el día, todos  los concursantes arribaron al castillo, portando  cada quien una planta mejor que otra. Todos, menos un joven,  cuyo macetero se hallaba vacío. Como era obvio, esto provocó la burla del   resto de concursantes. 

No obstante, finalizada la inspección, el rey declaró como vencedor  precisamente al joven que se había presentado sin ninguna planta. La sorpresa y los reclamos del resto no se hicieron esperar. Anhelaban saber cuál era la razón para haber declarado ganador a alguien que ni siquiera se había tomado la molestia de llevar una insignificante planta. 

El rey respondió:  

-“¿Saben por qué ganó?...  pues por ser honesto.  La semilla que yo les di, era infértil y todos ustedes trataron de engañarme,  menos este joven que  al presentarse con su  macetero vacío, demostró  tener  integridad y coraje, cualidades que un futuro rey y esposo de mi hija debe ostentar”. 

Amig@ :

Muchas veces intentamos cubrirnos con las apariencias, haciendo gala  de frutos o cualidades que en el fondo no poseemos. Ésa era una característica de algunos fariseos en tiempos bíblicos: presumían en público de cumplir con ritos, ordenanzas y comportamientos, que ellos mismos no efectuaban en su vida privada, lo que hizo ganarse adjetivos como: “hipócritas”, o “sepulcros blanqueados”, de parte del propio Jesús.

Nuestro testimonio de vida, dentro o fuera, debe ser auténtico. Que no resulte que puertas afuera aparezcamos como amorosos corderos, en permanente campaña política, mientras que puertas adentro, escondamos el verdadero lobo que somos.   

Así también ustedes,

por fuera dan la impresión de ser justos,

pero por dentro están llenos

de hipocresía y de maldad.

(Mateo 23:28)

 

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