ALEGRES FANFARRONES

Daniel Gaydou
DEVOCIONALES CORTOS DIARIOS BIBLICOS
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Sofonías 3:11-20

Muchas veces a lo largo de los años de pastor, alguien se acerca y te pregunta: -Pastor ¿y cómo hace usted para elegir de qué mensaje predicar? Y es interesante, porque eso es como preguntarle a un pastor de ovejas ¿y qué criterio usa usted para decirle a las ovejas vamos  para acá o vamos para allá? Básicamente es como una especie de intuición que uno ve, no sólo cree, sino ve que es guiada por el Espíritu Santo. Hay ahí una cuestión de que la palabra de Dios siempre produce algún resultado en la gente. Es muy interesante, no en todas ¿eh? Hay personas que escuchan como quien oye llover, y hay personas que sus vidas son cambiadas por otra. Entonces en esa confianza los predicadores siempre tenemos que elegir un texto, que generalmente es un texto que me llamó la atención por algo o que nos ha llamado la atención porque está hablando de una cosa que tiene actualidad. Que vos ves que la gente, como por ejemplo estos “Tips para pensar en cuarentena” tienen el nombre “cuarentena”  porque obviamente salieron en el contexto de esta pandemia . Entonces lo que yo predico no es la pandemia. Lo que yo predico es textos de la Biblia en el contexto de que estamos en una pandemia. Y que eso cambió todo, hasta la vida de la iglesia. Que después nos critican de que nosotros somos personas que no cambian más, que somos muy conservadoras. No! A todos nos toca cambiar. Y en un tiempo así como éste, tenemos desde personas que no les importa un rábano. Desde personas que se ponen en actitudes, así “apocalípticas” en el peor sentido de la palabra; y personas que están francamente asustados y preocupados. Entonces vos, si vos fueras pastor de esa gente, ¿qué dirías? Bueno predicaría un mensaje que los llene de paz y esperanza. En serio, que les dé esperanza. Eso es lo que hago yo.

¿Argumentos falsos? No. ¿Sabés cuál es el apuro ese? ¿El apriete ese? Que uno cuando elige los textos, muchas veces ve un texto y dice: -No, esto es demasiado duro. Y elige más blando. De la Biblia eso está prohibido. Y lo voy a leer hoy en Sofonías 3:11 al 20. El profeta Sofonías que es un profeta durísimo. Durísimo contra esa indiferencia que tiene la gente con Dios.

Decime: ¿qué más tiene que hacer Dios por nosotros? Mandó a su propio hijo al matadero. ¿Que más le podemos pedir a Dios? ¿Que se muera Él? ¿Vos te das cuenta que Él mismo ha muerto en la cruz? Porque si vos tenés un hijo y vos lo ves a tu hijo en el proceso del sufrimiento y rápidamente; no una enfermedad que dura diez años. Una encarnación que dura 33 años y una sucesión de hechos que en tres, cuatro días, lo ves sufrir todo lo peor, hacerse cargo de lo peor y morir. Y vos lo ves; vos padre, madre, ¿sufrís menos o más que tu hijo? Darías tu vida por él. Sí, claro. Ese sentir está en el núcleo de la fe cristiana. La cruz; la cruz.

Pero hablando de qué va a pasar cuando esto se termine, dice así Sofonías 3:11 en adelante :

Aquel día no tendrás que avergonzarte de los delitos cometidos contra mí;

De entrada, declaración magnífica. Vos y yo, vení juntémonos un poquito más, total, por el auricular o por los parlantitos no se contagia el virus. Te digo: dice Dios, y me dice a mí, (a mí me encanta esto)” aquel día no tendrás que avergonzarte de los delitos cometidos contra mí”

entonces arrancaré de tu seno a tus alegres fanfarrones,

Estoy leyendo la versión de Jerusalén, así llama “alegres fanfarrones” a los falsos profetas y pastores. A mí me causa mucha gracia esto, porque yo he sufrido eso. Y he visto a mi papá que fue un pastor muy íntegro, muy íntegro, y entonces yo pensé que como él era íntegro, quería ser como él y que eso te va a llevar al éxito, al triunfo, y vas a vivir rodeado de… ¡No, no no! Pero tenés honra que no te la quita nadie y entonces te distingue Dios de aquellos a quien en Su Palabra, aunque esto es una idea de Sofonías, les llama “alegres fanfarrones”. Y si mirás en Youtube, en Youtube vas a encontrar un montón de estos alegres fanfarrones, y andan por ahí alegre fanfarrón. Personas espectaculares, pero no tienen contenido. Dice:

y no volverás a engreírte en mi santo monte. Dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, se cobijará al amparo de Yahvé el Resto de Israel. Ya no cometerán injusticias ni dirán mentiras, ya no ocultará su boca una lengua embustera. Se apacentarán y reposarán, sin que nadie los turbe.

Es para vos esto; para mí.

¡Grita alborozada, Sión, lanza clamores, Israel, celébralo alegre de todo corazón, ciudad de Jerusalén! Que Yahvé ha anulado tu sentencia, ha alejado a tu enemigo. ¡Yahvé, Rey de Israel, está en medio de ti, ya no temerás mal alguno! Aquel día se dirá a Jerusalén: ¡No tengas miedo, Sión, no desfallezcan tus manos! Yahvé tu Dios está en medio de ti, ¡un poderoso salvador! Exulta de gozo por ti, te renueva con su amor; danza por ti con gritos de júbilo, como en los días de fiesta. Apartaré de tu lado la desgracia, el oprobio que pesa sobre ti. Voy a condenar al exterminio a todos tus opresores; salvaré a la coja, reuniré a la descarriada, les daré fama y renombre en la tierra donde fueron humilladas. En aquel tiempo os traeré, en aquel tiempo os congregaré. Entonces os daré renombre y fama entre todos los pueblos de la tierra, cuando cambie vuestra suerte ante vuestros propios ojos, dice Yahvé.

(Sofonías 3:11-20 Jer 2001)

¿Y cómo son estos estos falsos profetas, que son llamados aquí en Sofonías 3:11 “sus alegres fanfarrones”?. Hacer una página de internet que se llame: “Sus alegres fanfarrones” y publicar allí las fanfarronadas que uno escucha por ahí en la calle. ¡Sí, sí! Y vos decís: -¡Pero está en contra de la libertad religiosa! ¿Qué es “libertad religiosa”? ¿A los chantas? No, libertad religiosa. Que tengan libertad, sí y que sigan haciendo sus cosas.

Pero que no les pase como a un hombre que era borracho, me contaron en Entre Ríos, y puede haber sido medio cierto. Que dice que se alcoholizaba y a veces faltaba, no volvía en toda la noche cuando había fiesta ahí en el pueblo, en el medio del campo. Pero un día vino el Gobernador a una fiesta política de campaña y ahí en el pueblo estaban haciendo un asado. Y éste ya se había “picado” y entonces comenzó a gritar cuando le dieron la palabra al Gobernador, y decía: -¡Callate! ¡Mirá que vos sos una baratija! ¡Yo a vos te compro, con 500 pesos me sobra! Y que la gente lo miraba seria. Algunos se reían de las locuras que decía el otro. Entonces decía: -Y el Intendente de acá, ¡sí a vos! ¡escuchame! ¡A vos con 100 pesos me sobra! Dice, -¡Para comprarte a vos! ¡Y te llevo pa’ la casa! ¡No valés nada vos! -¿Y el Comisario? ¡El Comisario es otro chanta! ¡Ese con 20 pesos! Se toma un vino en cajita, y ya está! Entonces la Policía, vinieron dos “canas” (*) y lo metieron preso. Así que estaba preso y pasó todo el fin de semana preso. Y la señora entonces se preocupó, porque nunca había faltado más de una noche, ponele unas cuantas horas. Entonces fue la a la Comisaría. Y va el Comisario y le dice: Su marido, ¿sabe lo que hizo? Está ahí. Está preso en la celda. -Ya se le pasó, dice. -Con la curda (**) que tenía el otro día, ¿sabe lo que dijo del Gobernador? A éste, “a éste”, yo me lo compro con 500 pesos. Y al Intendente de acá, me lo compro con 100 pesos. Y al Comisario, con 20 pesos. Eso dijo de mí, señora. Yo no puedo dejar pasar eso, así que está preso acá. Y dice la señora: -Pero si ustedes ya saben que él es así, que cuando se emborracha ¡se gasta la plata en cada porquería!

¡Decime si no te sonreíste!

De esos alegres fanfarrones, de los cuales, vos y yo hemos sido liberados.

 

(*): Canas: Lunfardo. Uniformados, policías.

(**): Curda: mamúa, borrachera.

 

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