CADA VEZ QUE LO PIENSO !ESTOY PENSANDO!

Daniel Gaydou
DEVOCIONALES CORTOS DIARIOS BIBLICOS
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Mateo 10:40-42

Estaba pensando ¿no? ¡Qué recepción a Messi, en Francia! ¡Mirá que los franceses son medio fríos! La gente siempre cree que en Europa, el país “frío” es Inglaterra y no se han dado cuenta que Inglaterra se ha convertido en un país musulmán del norte. Y que los franceses son difíciles ¿eh? Y no hablo del prejuicio, sino que socialmente son más complicados, digamos, que otros pueblos. No es una cuestión de prejuicio. Es una cuestión de cómo son en su forma los galos, los descendientes de los viejos galos. Y ahora están todos como enloquecidos, con la mudanza. ¡Se vino nomás, Messi a Francia! Al Paris Saint Germain. ¡Qué maravilla! ¡Qué maravilla! 

Y yo estaba pensando ¿viste? Que uno no piensa, porque dice: “ahora voy a pensar”. Ese era mi problema cuando en la escuela, la señorita decía: “-A ver, Gaydou” (de paso, es un apellido francés!) dice: “-Sentate ahí en el rincón, lejos de tus compañeritos y vas a pensar un rato!” Y yo decía: “¿Me está castigando?” porque “pensar” es un premio! Pero eso de que “sentate ahí y vas a pensar un rato” así como pensar por obligación, ¿pensar qué? Pensar porque me están mandando ¿y qué? ¿El resto del tiempo no estoy pensando? Ahora mismo estoy pensando. Y todo el tiempo, cada vez que lo pienso, estoy pensando! ¡Qué frase! ¡Qué frase! ¡Mirá la frase que te tiro, perlita de sabiduría! Estas son frases, mirá! “Cuando pienso, estoy pensando” ¡Ahh! ¡Excelente!

Bien. Me hace acordar, porque yo pienso de todas cosas a la vez, en la estatua “El pensador” de (Auguste) Rodin; ese escultor magnífico. Sí; la del hombre ese que está sentado y tiene el puño cerrado y la cara apoyada en el puño. Esa es una actitud de pensamiento, sin duda. Y también de los chiquitos refunfuñando, esos que los mandaron al rincón. También cierra el puño y pone el cachete así ¡JUM! hace. Y eso es protesta como para decir: “me están obligando a pensar algo diferente a lo que yo estaba pensando”, porque yo, todo el tiempo que estoy pensando; ¡estoy pensando!

“El pensador”, de Rodin ¿no? Lo importante es eso, de que uno PIENSE. No, que haga cosas porque piensa y hace enseguida. No, no, no! A veces el cambio ¿sabés dónde está? En pensar. No en qué voy a hacer después de pensar. Eso es una persona que es atropellada. Es de una persona que dice: bla bla bla y hace. Esa es una persona atropellada. En cambio hay personas que son reflexivas. El pensador de Rodin está sentado, con un cuerpo trabajado, así como el mío, pero está pensando. El tipo está pensando. Y todo ese tiempo que él usa para pensar, se va a traducir en cambios profundos en su vida. Aún en los chiquitos de quinto grado que la maestra lo puso en un rincón a pensar y probablemente esté generando en él una especie de resistencia al sistema, a la escuela, a la señorita, y a la mar en coche.

Yo estaba pensando esto. Que si Jesús viniera, si Cristo volviera hoy a Francia, ¿cómo sería recibido? Si Cristo viniera a la Argentina ¿cómo sería recibido? ¿Viste lo que pasó con las “Leonas”? (Selección argentina de Hockey femenino, Medalla de Plata JJ.OO de Tokyo-NdE) La vez pasada tuvieron que cortar la autopista y qué sé yo, pero este año como no ganaron la medalla de oro estaban nada más que los parientes.

Cuando Jesús murió en la cruz estaba lleno de gente, pero que iban a ver un sacrificio humano. Pero cuando fue enterrado eran tres, cuatro, cinco personas. ¿Te das cuenta? Esta lógica perversa, de que probablemente si Cristo viniera hoy, la gente que lo saldría a recibir y contento, así; “No me importa nada. No voy a laburar bebé! Y grito: ¡Messi! ¡Messi!” La gente que haría eso por Cristo, ¿no sería quizás -es contrafáctico lo que estoy diciendo- pero probablemente la gente no sería menos? ¿Te das cuenta de eso?

Y yo quiero pensar en eso. Porque dijo Jesús así, en Mateo 10:40:

»El que los recibe a ustedes

y yo me siento parte de ese “ustedes” de ahí, ¿no?

me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe al Padre, quien me envió. Si reciben a un profeta como a alguien que habla de parte de Dios, recibirán la misma recompensa que un profeta. Y, si reciben a un justo debido a su justicia, recibirán una recompensa similar a la de él. Y, si le dan siquiera un vaso de agua fresca a uno de mis seguidores más insignificantes,

Acá también me siento identificado

les aseguro que recibirán una recompensa».

(Mateo 10:40-42 NTV)

Hay recompensa en recibir a Cristo. El problema es ¿qué significa recibir a Cristo? Para mucha gente en el mundo cristiano, que yo he descubierto eso por ser cristiano desde siempre, es que piensan que con decir que sí a declaraciones, que eso es recibir a Cristo. Y seguramente que si uno recibe a Cristo, hace declaraciones, declara, dice cosas. Pero no hay que confundirse, porque nosotros declaramos muchas cosas que después no cumplimos. Y el problema es cumplir algo y no declararlo simplemente. Sino declarar y cumplir, o pensar y cumplir. Pensar, declarar, y cumplir. ¿Te das cuenta?

Y yo quiero ejemplificar eso con este ejemplo, valga la “rebuznancia”. Suponete que vos estás en este momento en una Escribanía. Estás en el lujoso Estudio de una Escribanía. Hay un escritorio con una tapa de vidrio y está el escribano con su saquito y su corbatita del otro lado. Tiene unos papeles en la mano, unas biromes. No son biromes, son micro fibras; porque todo es un ambiente ahí. Y el escribano te empuja así, una pila de papeles delante tuyo, y te dice: “antes de firmar léalo por favor, y si está de acuerdo firma al pie”.

Entonces vos agarrás el papel pensando: “Pensar que el escribano ahora mismo está pensando que se decida, lea rápido, porque la verdad, quiero que firme, me pague y se vaya”. Y mientras yo estoy ahí, leo:

“Yo, Daniel (vos poné tu nombre si querés) en pleno uso de mis facultades mentales, en la ciudad de Villa Carlos Paz, a los 11 días del mes de agosto de 2021, siendo aproximadamente las 9 am, me presento delante del escribano (iba a mencionar el nombre, pero no, porque va a ser publicidad gratuita) para declarar en forma fehaciente, suscribiendo el documento que tengo a mi vista, que a partir del día de hoy, le doy el control completo de mi vida al Señor Jesucristo. Y que eso implica que Él me perdonará mis pecados y me pondrá en línea con el Padre Celestial. Y que me asegurará un lugar en su presencia después que muera y que me asegurará la presencia de su Espíritu Santo en mí, desde ahora mismo y para siempre.

Reconozco que me he equivocado muchas veces y estoy arrepentido. Por lo demás, firmo al pie en completo acuerdo.”

Hay un lugar que tiene ya tu nombre, tu DNI (Documento Nacional de Identidad-NdE) y todo; y abajo una nota que dice: “Se firman dos copias del mismo tenor”.

Y vos le decís al escribano: “-Sí, sí. Está bien.”

“-Firme aquí entonces, por favor".

Y vos pasás a firmar.

¿Lo has hecho ya?

En este mismo momento: ¿no quisieras firmar?


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