Con más de 80 años enviudó y esto me recordó en esa llamada

Alex López
La Catapulta
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Esto no pasa seguido y es duro, fueron sus palabras…

Siempre que camino en el área verde del condominio en el que vivo, aprovecho para hacer llamadas o para escuchar algo. Hoy llamé a alguien que tiene más de 80 años. No me dijo exactamente su edad, pero que ya anda en los 80s.

Antes de la pandemia, tuvimos el gusto con a otro amigo de ir a almorzar juntos los tres. Hablar con gente mayor es una bendición, especialmente cuando de sus palabras emana sabiduría, esa destreza para vivir la vida y que viene de Dios. Se aprende tanto. De hecho, tengo 6 párrafos de notas con ideas de él en mi celular. Son tesoros e historias que se guardan.

Pero esta llamada era para expresarle mi sentir, por la partida de su esposa de muchos años. Cuando ella falleció, yo estaba comenzando con quebrantos de salud. Hoy tuve la oportunidad de hablar con este hombre, ahora viudo.

“Ay Alex”, me dijo. “Esto no pasa seguido y es duro. Yo a veces me pregunto, por qué no me llevó el Señor primero a mí. Pero me pongo a pensar, tal vez a ella le hubiera costado aún más de lo que me está costando a mí. Porque todos vamos a pasar por ese camino, para allá vamos todos. Yo nunca pensé llegar a esta edad, pero aquí estoy. Ojalá podamos tomarnos un café, los tres de nuevo y pronto.”

Aproveché para una sola cosa y fue, animarlo a ser como el perro. Se soltó la carcajada. Y es que al perro no le faltan caricias, no le falta quien se agache y le toque la cabeza o le hable con un tono de voz que no es el normal. Pero es que nadie busca al perro, el perro busca al humano. Y lo que quiere, lo pide. No le da vergüenza su aspecto, porque no lo conoce. Vive para otros y pide. Pida le dije, llame, incluso si sólo es para llorar. Pero pida. Hay amigos disponibles, pero muchas veces debemos buscarlos.

Me encantó su respuesta, “gracias por el consejo”. Y a lo que agregó: “Pero tenemos un papá en el cielo, que enviará a Jesús por su iglesia. Y ya verá cuando resucitemos, veremos a la familia. Usted sabe lo que significa no ver a su familia por tanto tiempo, yo veo aquí las fotos de mi esposa que están por la casa. Pero cuando la vea de nuevo, imagínese eso”.

La resurrección es la esperanza de todos nosotros que creemos que, así como Jesús, el hijo de Dios, murió y resucitó, un día resucitaremos con él y estaremos con un cuerpo celestial – no como este terrenal – en un cielo nuevo y en una tierra nueva, donde no habrá ni muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor. Nunca olvide, la resurrección de los muertos, es nuestra esperanza. Y esto me recordó este viudo lleno de dolor y a la vez, de esperanza.

A usted que ha perdido a un ser querido, Dios sea su consuelo y la resurrección su esperanza. Y que esto sea motivo, para que sigamos predicando el Evangelio de Jesucristo que da vida cuando estamos muertos en nuestros pecados y vida eterna.

“¿Acaso no creemos que Jesús murió y resucitó? Así también Dios resucitará con Jesús a los que han muerto en unión con él.” La Biblia en 1 de Tesalonicenses 4:14

Aproveché a animarlo a ser como el perro. Y es que al perro no le faltan caricias, no le falta quien se agache o le hable con un tono de voz que no es el normal. Pero es que nadie busca al perro, el perro busca al humano.


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