4 rasgos que debes buscar en una pareja

David Qaoud
Coalición por el Evangelio
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Recientemente mi esposa y yo celebramos otro aniversario de bodas. Intercambiamos regalos, vimos el video de nuestra boda y disfrutamos juntos de una cena romántica. Pasamos tiempo en oración, agradeciendo a Dios por nuestro matrimonio y pidiendo muchas décadas más juntos.

Reflexionamos sobre lo bueno y lo malo del día de nuestra boda, así como lo gracioso, como por ejemplo la forma en que el pastor se burló de mí por citar a Charles Spurgeon en mis votos matrimoniales. Nuestro aniversario es un día para regocijarnos en la bondad de Dios.

Me gustaría poder decir que esto es lo que cada pareja cristiana experimenta.

Como pastor, he visto y escuchado mucho sobre la dura realidad de lo que muchos cristianos soportan en el matrimonio. Me rompe el corazón. Pero parte del dolor probablemente se puede evitar si los solteros que desean casarse tuvieran una mejor comprensión de qué buscar en un cónyuge.

Lo que alguna vez pensé

Solía ​​dar consejos matrimoniales como este:

  1. Cásate con alguien que sea cristiano.
  2. Ten en mente la atracción mutua a la hora de casarte.
  3. Si hay fe y atracción mutua, entonces considera el matrimonio.

Mi objetivo al dar este tipo de consejo era evitar la “hiperespiritualización” que a menudo caracteriza al cortejo cristiano. Quería animar a los hombres a ser hombres y pedirle una cita a una de las muchas mujeres valiosas entre ellos.

Pero ahora veo cuán simplista era ese consejo.

Aunque algunos no estén de acuerdo, todavía no creo que debas casarte con alguien que no te parezca atractivo. Eso hará que la intimidad en el matrimonio sea muy decepcionante. Pero si bien la fe mutua y la atracción romántica (en ese orden) son requisitos previos para el matrimonio cristiano, ahora veo que hay más rasgos que buscar en un cónyuge si no quieres sentirte miserable después de decir: “Sí, acepto”.

¿Cuáles son?

1. Mira hacia el futuro, no hacia el pasado

Él era miembro activo de una pandilla en Los Ángeles por varios años. Robó, agredió y ocasionó muchas injusticias. Sin embargo, ahora es un pastor presbiteriano, un maravilloso esposo y padre y abuelo nuevo. Mi amigo es un buen recordatorio de que Jesús puede cambiar la vida de cualquier persona y que el pasado de alguien no es tan importante como su futuro.

La vida de alguien antes de caminar con Dios no es tan importante como hacia dónde se dirige ahora que está caminando con Dios.

La vida de alguien antes de caminar con Dios no es tan importante como hacia dónde se dirige ahora que está caminando con Dios

Esto puede significar que tu futuro cónyuge tendrá antecedentes sexuales o hasta un hijo. Hay muchos hombres solteros en la iglesia que descartan parejas increíbles porque ella tuvo una relación sexual no cristiana en el pasado.

Muchos cristianos se guardan para el matrimonio (lo que es correcto), pero son presumidos y tibios (lo que está mal). Por el contrario, muchos para quienes el sexo prematrimonial forma parte de su historia, son personas increíblemente piadosas. La segunda persona será un mejor cónyuge, siempre.

Cuando la mujer pecadora demostró su fe en Jesús besando y ungiendo sus pies después de llorar en su presencia, un fariseo cuestionó el conocimiento de Jesús de la mujer (Lc 7: 36–50). Pero Jesús sabía todo sobre su pasado pecaminoso y eligió, gustosamente, perdonarla.

A menudo, aquellos que tienen el “peor” pasado son los mejores cristianos y cónyuges.

2. Busca autocontrol

El autocontrol, con el propósito de glorificar a Dios y servir a los demás, es uno de los indicadores más fuertes del carácter cristiano.

Todo el mundo comete un error y dice algo malo (me declaro culpable) o come demasiadas bolas de helado después de la cena (culpable de nuevo). Sin embargo, en el espectro de áreas de carácter, un patrón de falta de autocontrol debería ser una señal de alerta. Piénsalo dos veces antes de casarte con alguien que no pueda controlar su lengua, su apetito o sus deseos sexuales.

Considera estas dos áreas.

Pornografía: los hombres o mujeres cristianos adictos a la pornografía necesitan saber que son amados por el Dios trino, que hay decenas de consejeros, pastores y recursos listos para ayudarlos y que pueden matar este pecado autodestructivo a través del esfuerzo impulsado por la gracia y el poder del Espíritu Santo.

Pero por ahora, no están listos para casarse.

No te cases con alguien que sea adicto a la pornografía y no le creas si prometen dejar de verla una vez que se casen.

Ira injusta: el cortejo y el compromiso traen un nivel ridículo de incomodidad y tensión, por lo que es normal mostrar molestia o irritación de vez en cuando. No lo tomes en cuenta y sigue adelante. ¿Pero si te alza la voz repetidamente? Eso es una historia diferente. Considera terminar la relación. Por lo general, nos comportamos de la mejor manera cuando estamos en la etapa del noviazgo y luego empiezan las peleas en el matrimonio. Cualquier preocupación con la elección de palabras que escuchas ahora solo se magnificará cuando estén casado.

Una persona que lucha perpetuamente con el autocontrol en múltiples áreas no está lista para el matrimonio.

3. Busca a alguien que camine con Dios

Los sitios web de citas cristianas son una forma viable de conocer a un cónyuge. Palabras claves en su biografía como “cristiana” o “amo a Jesús” pueden iniciar un diálogo sobre el cortejo, pero no entres en una relación con alguien solo porque esa persona dice que es cristiana. Asegúrate de ver evidencia de fruto espiritual antes de una segunda cita.

La santidad personal parece obvia, pero una razón menos obvia para casarte con una persona piadosa es que, para bien o para mal, las personas casadas se contagian entre sí.

Piénsalo dos veces antes de casarte con alguien que no pueda controlar su lengua, su apetito o sus deseos sexuales

Si eres activo en la oración, la iglesia y la lectura de la Biblia cuando estás soltero, pero te casas con alguien que no lo es, tu vida espiritual se verá afectada. Las personas en nuestros hogares moldean lo que hacemos.

Por otro lado, si te casas con alguien que obviamente ama a Jesús y quiere crecer en santificación, entonces la devoción de tu cónyuge hará crecer la tuya.

4. Busca una persona gozosa

La autocompasión es una enfermedad. Todos conocemos a personas que juegan el papel de víctimas, que están convencidas de que merecen una vida mejor. Tal autodesprecio le quita el gozo a la vida y le quitará el gozo a la tuya.

Una vez, un pastor le dio un consejo a su hija el día de su boda: “No dejes que las tristezas de la vida te impidan tener gozo”. Este consejo vale oro.

El pecado personal, el drama familiar, la crianza de los hijos, las luchas financieras y todos los demás efectos de vivir en un mundo caído significan que hay cientos de enemigos diferentes que intentan acabar con tu gozo. La depresión es real. El lamento y el dolor no son solo normales; son sanos. Hay momentos para clamar a Dios y ayudarnos unos a otros a sufrir bien. Pero aun en el dolor más profundo, los cristianos tienen miles de razones para regocijarse en Dios.

El pueblo de Dios no debería caracterizarse por la tristeza durante todo el año. Cásate con una persona que tenga algo de resiliencia, que sepa celebrar. Cásate con una persona que te dé energía y con quien sea divertido estar cerca. Tu cónyuge debe tomar a Jesús en serio, pero no tomarse a sí mismo de esa forma.

Siempre te casas con la persona equivocada

¿Te preocupa que vayas a tomar la decisión equivocada? Anímate: lo harás.

Todo el mundo se casa con la persona equivocada. Todos están equivocados producto del pecado. Sin embargo, una visión sólida de la depravación total y una comprensión firme de la providencia no significa que debas bajar tus estándares sobre con quién te casas. Busca el consejo de personas casadas, piadosas y de confianza. No permitas que un buen deseo de casarte te impida pensar racionalmente sobre las debilidades (y sus posibles consecuencias) en un posible cónyuge.


Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Equipo Coalición.

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