ANIMATE A DECIRLO

Daniel Gaydou
DEVOCIONALES CORTOS DIARIOS BIBLICOS
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Mateo 10:26-27

He conocido muchas personas que han sido sumamente pobres y después gracias a Dios han logrado mejorar su condición financiera, económica y han conocido ciertas comodidades en la vida. Y he descubierto que esas personas, las que conocieron en carne propia la pobreza extrema y así, tienen terror de volver. Hacen cosas como que siguieran siendo pobres, nada más que ahora tienen plata y les cuesta trabajo dejar -y confiar, ¿no?- dejar de pensar que van a volver otra vez a la miseria. Es muy interesante eso. Porque en lo espiritual, todos nosotros que conocemos a Cristo, le hemos entregado nuestra vida, todos nosotros venimos de la miseria y de la pobreza espiritual. Sino de la material y no de las dos juntas. Y así, deberíamos tener miedo de volver a esa época cuando estábamos lejos de Dios y andábamos a la bartola, que es una expresión que alguna vez la vamos a tener que examinar porque es del lunfardo. Que ayer mencioné una palabra del lunfardo y me quedó la duda ¿qué quiere decir la palabra “lunfardo”? Es un lunfardo argentino que se está usando desde principios del siglo XIX. Y la palabra era una deformación de los franceses que llamaban así a los que eran medio “chorros” (*). Ya entonces hablaban en un idioma a media lengua para no decir, decir “la yuta”, por ejemplo, en vez de decir “policía”. Para no hablar abiertamente, para que no se descubra lo que ellos estaban haciendo a escondidas, que tiene mucho que ver con lo que estoy hablando hoy. Y entonces, muchos de ellos eran identificados como que venían de la parte de Italia que se llama Lombardía y acá les decían “lumbardo” y “lunfardo”, que es un despectivo por lombardo. Y así, nosotros que nos criamos con la historia del valiente tamborcito Lombardo, descubrimos que acá en Argentina, muchos de los seguidores del tamborcito Lombardo, fueron ladrones y eran conocidos como chorros y delincuentes.

Ahora, eso del miedo a volver, ¿no?; el miedo a volverse a caer. Hay chiquitos que demoran en aprender a caminar porque se dan un golpe fuerte un día y entonces el miedo al golpe se hace que sean más cautos y entonces demoran el momento en que se sueltan a caminar porque tienen miedo de darse un golpe otra vez. Ahora, el problema con los miedos, que, de paso, es la gran herramienta satánica. La gran herramienta satánica es el miedo. Por eso te digo yo me animo a decir esto, yo me estoy animando a cosas que hasta hace un año o dos no me animaba. Gracias a ustedes y a los que escuchan los Tips y a las cosas que me devuelven.

Y es: si vos vas a una iglesia donde te trabajan el miedo, dejá de ir esa iglesia, buscate otra. Porque bueno vos decís, no es como pegarse un tiro en los pies. No, no porque en mi iglesia, por ejemplo, cuando yo era pastor no se hacía. Y ahora que hay otro pastor, no se hace. No estamos asustando a la gente “guarda que Dios los va a castigar”. La palabra “castigo” aparece muy de vez en cuando, como está en la Biblia, para las personas que son insistentes en no abrir su vida a Dios. Y para ellos, para ellos sí hay castigo. Pero no es que estamos todo el tiempo: “Guarda ¿eh?. porque si vos te levantaste cinco minutos más tarde, Dios te va a castigar. Fijate, porque si no ponés tu ofrenda, Dios te va a castigar”.

Es interesantísimo el tema de la ofrenda. Tengo que dedicarle otro día, un poco de tiempo también a eso, porque tampoco hay castigo, pero sí hay premio. Es interesante.

Pero digo: en el tiempo de Jesús, los discípulos vieron un día que a Jesús lo perseguían; lo querían matar, directamente, por las cosas que decía. Entonces, Jesús viendo que los discípulos decían “Y ahora, nosotros. Jesús habla, y si la gente se le levanta y lo quieren matar a Él, nos van a matar a nosotros también”. Y entonces Jesús les dijo a esos “miren, que los van a perseguir, los van a perseguir. Hagan lo que hagan. Ahora, yo les digo…” Y dijo en Mateo 10:26 y 27 así:

"No les tengáis miedo. Pues no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse. Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde los terrados.

(Mateo 10:26-27 Jer 2001)

Ves que nos invita el Señor a una vida más valiente, a una vida donde no tenemos que andar escondiendo, por ejemplo, nuestros sentimientos. Nosotros venimos de esa educación, esa forma de “amor a la gallega”, como estaba en Mafalda (**). ¿Se acuerdan un día el almacenero, don Manolo; lo abraza el hijo y le da un coscorrón y le dice: “¡Tonto, me has hecho emocionar!” ¿Por qué “tonto”, si le está expresando afecto? Bueno, yo tengo esa escuela marcada a fuego, y me sale sangre de los oídos antes de decirle a una persona que la amo con todo el corazón, “te amo”. ¿Por qué? Y porque creo que en casa, la idea era que si te elogian demasiado te vas a convertir en un ser “acaramelado” y “afrancesado”. ¿Se entiende lo que digo? Bueno, no sé si esa era la idea o la idea de que siempre que traemos una buena nota y nuestro padre en vez de decirnos “¡Ché, qué lindo! ¡Te felicito! ¡Sos parecido a mí! ¡Oohh, si es inteligente, mi hijo!

Decía un paisano en el campo… (advierto: no todos van a entender este chiste). Decía: Ahhh, mi hijo el más grande, es re-inteligente. Él te arma y desarme una máquina de estirar alambre, ¡él solo! La “máquina de estirar alambre” es el tensor de alambre de los alambrados. Hasta ahí da el conocimiento mecánico…

Nosotros tenemos miedo que si elogiamos mucho vamos a expoliar. De hecho, en EE.UU. está la palabra “malcriar” que quiere decir literalmente “arruinar”. La idea es que cuando vos malcriás a un chico, lo arruinás. Y entonces, “malcriar”, quiere decir eso. Expresarle mucho afecto, al hacerlo vivir confiado en el afecto, porque entonces se descuida y deja de estudiar, o deja de trabajar o algo así, y se convierte en un vago. Y entonces es preferible tenerlo cortito en cuanto a los afectos.

Ahora, Dios no es así. No, no; para nada. Bueno, vos ya lo sabés por lo que has experimentado de Dios, te ha mostrado que Dios no es así. Dios no anda mezclando su afecto. Ni nos anda trabajando con el tema de la culpa.

Lo que hace Jesús, es decir: “No le tengan miedo, no vivan el miedo. No puede ser que estén todo el tiempo teniendo temor, que si me van a pegar, que si vamos a ir allá, que si me van a discutir. Y que si vamos a pasar un mal momento; que si nos vamos a tener que comer un disgusto”. No se puede ir por el mundo así. Especialmente en un mundo donde si vos te fijás, los malos no tienen problema en vomitar las porquerías más terribles en cualquier lugar. Y en esto, en Argentina hemos tenido este último tiempo un “festival” de personas inmorales diciendo cosas groseras… Iba a decir “whatsapp”, que es otro término muy lindo, y así es lindo por semánticamente, no la palabra en sí. Pero digo, todo el mundo tiene derecho a ser grosero, maleducado y todo. Y nosotros nos reservamos el privilegio de decir las cosas espirituales y de compartir más, porque no sé, para no parecer que somos unos “santulones”… Vamos a perder el miedo, a compartir.

¿Vos me querés? Decímelo. ¿Yo te quiero a vos? Te lo digo. Te lo digo en los Tips. Te quiero. Por eso hago los Tips todos los días. No estoy quejándome de hacer los Tips todos los días. Ya va a ser un año y medio, una cosa así que los estoy haciendo todos los días y Dios me ha dado un regalo, que es una muestra de cariño, de que todos los días he podido hasta el día de hoy. Y para mí es una bendición de Dios que me dice: “Dale! ¡Seguí, tontito! Dios también debe tener una parte gallega, digo porque si no me se me desconectan a todos mis afectos familiares con mis afectos espirituales!

Y así nosotros debemos aprender a confiar, a saltar en los brazos del Señor. A zapatear en la falda de Dios. A disfrutar, a cobijarnos bajo las alas de Él.

A hacer una vida libre de temor. Te animo a que hoy mismo, te animes. ¡Te animes, che! Animate a compartir, a decir lo que realmente pensás. Sé sincero, sé valiente. ¡Sé valiente y cuéntale!

 

(*) “Chorros”: Ladrones.

(**) “Mafalda”: Personaje de comic creado por el humorista gráfico argentino Quino (Joaquín Salvador Lavado. Mendoza, Argentina; 17 de julio de 1932 - 30 de septiembre de 2020) Mafalda se publicó entre 1964 y 1973. Representaba a una niñita que tenía una muy particular forma de decir grandes verdades –hoy, a pesar de los años, de increíble vigencia- quien se consideraba a sí misma «espejo de la clase media argentina y de la juventud progresista». Preocupada por la humanidad y la paz mundial y rebelada contra el mundo legado por sus mayores.

¿Agobiado por las culpas?

 

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