ESE DESIERTO, ESCONDE UN POZO

Brendaliz Avilés :

Me encanta el libro El Principito; es sencillo, pero a la vez profundo. Por ello  mi mensaje de hoy  está  basado en una frase que he tomado de dicha obra.

Atravesar un desierto no es tarea fácil. ¡Calor de día y  frío por la noche!  Pero para llegar a un destino determinado, a veces hay que hacerlo.   

Mas, si algo positivo  podemos sacar del proceso de cruzar el desierto, es que en el lugar que menos imaginamos, podríamos encontrar un pozo puesto por Dios, que nos ayude a mitigar la sed, que nos refresque.  

Querid@ amig@:

Quizá hoy es un día de esos en los que has mirado al cielo   exclamando: ¿Señor, cuándo me pasará algo bueno? Es posible que desde hace tiempo  estés esperando ver la luz al final del túnel, pero   el panorama es de total oscuridad, al punto que  sientes  tocar el fondo de la desesperación. No parece haber salida para el desierto de tu vida;  solo miras arena, e  imaginas espejismos. ¡Todo es  incierto y dudoso.

Sin embargo, debes saber que ese desierto  pasará; que volverás a ver las flores y a sentir el aire acariciando tu cara. Solo debes ser fuerte, muy fuerte, para que nada ni nadie puedan detener  tu avance hacia el sitio donde quieres llegar.

Dios te dará la fuerza; no temas. Él va acompañándote en todo el trayecto. Puede que no lo veas y no lo sientas, por estar puesta tu atención en  el camino, pero  Dios está cerca de ti.  

Porque yo soy el Señor, tu Dios,

que sostiene tu mano derecha;

Yo soy quien te dice:

 no temas, yo te ayudaré.

Isaías 41:13

 Que esta palabra ilumine tu camino. 

 

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