TRES MONITOS...
DEVOCIONALES CORTOS DIARIOS BIBLICOS
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Me
acuerdo cuando era chico y descubrimos el maravilloso mundo de la escuela
primaria. Toda esa mística del guardapolvito blanco, blancas palomitas, la “segunda
madre” que te espera, y el olor a gasoil con el que trapeaban los pisos de
madera de esa escuela de techo alto. Un día, en uno de los recreos, nos fuimos
con toda la escuela en Cipoletti, Río Negro, hace muchos años atrás, una
escuela que estaba en el medio de una hectárea más o menos, habrá sido una
manzana de baldío digamos, que tenía un cerco de alambre todo alrededor y en el
medio de todo eso estaba la escuela. Y salíamos en tropel al recreo y un día en
el fondo del patio en el fondo de ese baldío, había un perro y me acuerdo que
fuimos todos a ver el perro. El perro estaba duro, mirando al piso fijamente, con
la boca abierta y con una mirada extraña. No se movía, estaba duro como de madera
y algunos de los chicos dijeron:
-No
se acerquen que ese perro tiene rabia.
Tiene
rabia, mirá vos! El perro tiene rabia! Y las maestras vinieron corriendo atrás nuestro
y
nos hicieron irnos a todos y entonces nos dio más interés de saber cómo era el tema
de que ese perro tenía rabia.
Efectivamente,
la palabra rabia que nosotros decimos “rabia” cuando nos enojamos decimos: “ay qué
rabia que tengo!!” Así con la erre con los dientes apretados. Estamos
reproduciendo lo que pasa en un animal que tiene rabia, como por ejemplo, de
paso, vos escuchaste alguna vez que haya una campaña anti-vacunación contra la
rabia? O que haya una campaña de decir que la rabia es un medio de exterminación
del ser humano, de especialmente de los mayores? Bueno te lo digo nomás, te lo dejo
como para pensar nomás.
Y
entonces ahí estaba el animal con rabia. La rabia es una enfermedad que produce
la tetanización de la musculatura, de distintas partes de la musculatura, de
tanto de los músculos del movimiento como de las piernas, la espalda, la cabeza,
los ojos; sino también la de la boca y el aparato respiratorio, que es lo que termina llevando
al animal a la muerte. Pero entonces el animal queda
babeando
y queda muy enojoso en el último tiempo, que se enoja por todo y muerde y si muerde,
te muerde, te contagia la rabia y así se contagia rápidamente y lo triste es
que también los murciélagos contagian la rabia y cuando chupan sangre de otros
animales, le pasan la rabia y así sucesivamente. Pero la tetanización es el
mismo efecto que produce cuando una persona queda pegado en la electricidad. Entonces
los músculos quedan contraídos y al quedar contraídos
y
al no tener relajamiento, el músculo poco a poco se va a intoxicando con el
ácido láctico que lo debería renovar con circulación de la sangre, pero que al
no poder reabastecer lo suficiente, el músculo queda contraído en una especie
de tic, en una especie de paralización que termina haciendo que el músculo vaya
muriendo y así mueren los animales con rabia. Y eso de la irritabilidad y la cara
de odio y la boca llena de espuma y eso, es lo que ha hecho que desde la
antigüedad
en el latín le decían rabia a esta enfermedad y por lo tanto se empezó a
aplicar a la gente que se ha puesto loca de bronca por algo. Hay otras metáforas
más vulgares también donde se expresa cómo reflejos musculares intestinales
reaccionan a la rabia extrema, a la rabia en el sentido del enojo extremo.
Hay
un texto que está en Santiago 1:19 que te va a hacer acordar, a mí siempre me
hizo acordar y desde chico yo me quedé con esa intriga en la escuela. Yo
aprendí mucho en la escuela, no tanto por lo que enseñaban, bueno, sí
básicamente por lo que enseñaban en la escuela. Yo he ido y
estoy
contento de eso, toda la vida a escuelas públicas y me han enseñado mucho y
bien, creo que no tanto como ellos querían, pero bastante bien les fue. Pero
también me han levantado intrigas como por ejemplo, qué tiene que ver que un
animal tenga rabia con que una persona tenga rabia? Y ahora cuando te lea esto,
esto te va a hacer acordar. Hay una imagen, hay unas esculturitas que venden,
de los tres monitos. Hay tres monitos; uno se tapa los ojos, uno se tapa la
boca, y otro se tapa los oídos. Te va a hacer acordar, pero no es lo mismo
exactamente, a ver si notás las diferencias. Hoy tenemos el juego de los tres
monitos, el juego de los tres errores. Cuántos de estos errores tú descubrirás
y el premio es el mismo del otro día. Qué? No es un premio aprender algo? Sí,
cómo que no? Dice Santiago 1:19:
Mis amados hermanos, quiero que entiendan lo siguiente: todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarse. El enojo humano no produce la rectitud que Dios desea. (Santiago 1:19-20 NTV)
Mis amados hermanos quiero que entiendan lo siguiente: tomar nota, presten atención, no se distraigan por favor. Arévalo: nos puede contar de que se está riendo así nos reímos todos? Bueno, que no se repita por favor. Todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, rápidos para escuchar! Lentos para hablar y lentos para enojarse. Lentos para hablar, no dice “lentos para pensar”; lentos para hablar, y lentos para enojarse. Rápido para escuchar es rápido para pensar porque escuchar y pensar acá es lo mismo. Es rápido para escuchar y pensar, lento para hablar y lento para enojarse.
El
enojo humano no produce la rectitud que Dios desea. Mirá vos qué bien! Que acá en
la Biblia, Santiago 1:20. Esto ha sido escrito a mediados, a fines del primer siglo,
hace veinte siglos, que este Santiago-San Jacobo, hermano de Jesús lo escribió.
Por qué? Porque era observador y porque el hermano de Jesús alguna ventaja
tenía que tener, haber vivido toda la vida con Jesús y habiéndolo visto y
descubierto que ese Jesús que es nuestro hermano mayor habría sido nada menos
que el Mesías Prometido. Y Jacobo creyó en Él como Mesías siendo hermano. Te
digo que si ha habido una conversión muy importante, ha sido esa, no es cierto?
Considerar a un hermano el Mesías. Tenía que ser el Mesías en serio, para que
eso sea así.
Nosotros
debemos aprender lo siguiente: nosotros damos por sentado que nuestras reacciones
naturales son la verdad y que la reacción natural está bien, pero vos fijate
que esta reacción que es la famosa reacción que produce rabia, aunque acá dice
enojarse, pero la idea es la misma. Esa idea de que se tetanizan los músculos
de la cara, quedás con una cara de loco, los ojos desorbitados, la voz chillona,
los gritos, rompés cosas, das portazos, patadas a la pared; que esa reacción
vos desde adentro de tu computadora la tenés que poner en pausa y pensarla un
poco. Ser más lento para hablar, a veces en esos momentos de ira se revelan
pensamientos que no deberían ser revelados, se rompe en relaciones que podrían haberse
mantenido, y la pregunta es cuando vos estás peleando así: qué es preferible? Ganar
la discusión o ganar en el afecto, en las relaciones, en las personas que te
conozcan como a Jesús, como una persona mansa? Dice una imagen de Jesús, que
Jesús era manso como una oveja que la agarra el trasquilador. Si aprendemos a
ser mansos en la peluquería, vamos a aprender a triunfar en la vida.
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