POR QUÉ TE ENSAÑAS CONMIGO

William Brayanes
Haz de Sabiduría
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Leí un relato acerca de un náufrago que  llegó a una isla deshabitada, y luego de descansar y asumir que estaba solo en ese sitio, logró con mucho esfuerzo construir una cabaña a manera de refugio.

Desfavorablemente un día, al regreso de  su  recorrido por la isla en busca de alimento, vio su recién construida cabaña, envuelta en llamas, con una espesa nube de humo ascendiendo hasta el cielo.  

El hombre, fuera de sí y lleno de indignación, imprecaba al cielo:  "Dios, ¿cómo pudiste hacerme esto?"… Es que no te ha bastado tenerme aquí abandonado, en peligro, sin esperanza de regreso?...  ¿Por qué te ensañas conmigo?”

Al día siguiente ¡qué gran sorpresa!... el náufrago fue despertado por la sirena de un barco que se acercaba a la isla, con la misión de  rescatarlo.

No bien estuvo a salvo, la pregunta de rigor que hizo el hombre a sus salvadores, fue: 

"¿Pero como supieron que yo estaba aquí?"... 

Uno de ellos respondió: “Realmente no sabíamos que estaba aquí; viajábamos con rumbo distinto, pero motivó nuestra  curiosidad, el ver una columna de humo que subía hasta el cielo...”

Querid@ visitante:

Algo parecido sucede en nuestras vidas. Generalmente cuando llegan las pruebas, dificultades o adversidad, nos dejamos poseer por la angustia, nos desalentamos,  y nos rebelamos al dolor considerando  que no es “justo” que nos suceda tal o cual cosa, y hasta le reclamamos a Dios, creyendo que su prolongado silencio es producto del olvido.

Sin embargo, toda angustia, temor o desesperanza debemos ponerlas a Sus pies, confiando en que todo lo que procede de Él, ayuda para bien. 

Por lo tanto, aunque el panorama se vea gris, la  ayuda y gracia de Dios,  viene  ya en camino. (WB)


¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar?
En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré.
Él es mi Salvador y mi Dios!
(Salmo 42:5

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