Mónica era una mujer pagana que se convirtió al cristianismo. Fue la madre de San Agustín. Y el nombre pagano de esta Mónica, era porque era reconocida como una de las diosas de la guerra. Y mirá cómo una mujer que tiene el nombre de una antigua diosa de la guerra, se viene a casar con un Daniel, que es un nombre bíblico que significa: “Dios es juez” o “Dios es mi juez”.
Yo llevo ese nombre con mucha alegría, porque quiere decir un significado muy lindo, porque está en la Biblia. Que fue lo que mis padres pensaron seguramente. Cuando me pusieron nombre, dijeron: éste como lo vamos a llamar? Y dijeron, bueno a mí me gustaría que se llame como el papá, que mi papá se llamaba Daniel y es un nombre Bíblico muy lindo. Entonces me lo pusieron con esa esperanza. Y seguramente que estoy contento de que hayan elegido ese nombre para mí: “Dios es juez”, “Dios es mi juez”. Dios es el que determina la posición moral de las personas, la posición espiritual, la posición vivencial de las personas. El que te conoce en profundidad. Es básicamente eso. Dios es el que sabe todas las cosas y entonces es el que dice la Biblia: un juez justo. Porque Él es el que sabe todas las circunstancias y no solamente algunas circunstancias, como juzgan los jueces comunes. Que le traen lo que se llama: “prueba” y entonces le traen la prueba y él la evalúa. Pero él evalúa la prueba que le traen. Él no sabe todas las cosas, no sabe las intenciones del corazón, por ejemplo del reo. Simplemente, las pruebas que le traen.
Dios, no. Dios sabe todo. Dios sabe tu historia, tus antecedentes, tus pensamientos, tus actitudes; todo. Por eso el juicio de Dios es justo.
Por eso este profeta que está entre los “Profetas Mayores”, que se llaman así a los profetas que escribieron los libros más largos de la profecía. Están estos profetas enlistados en la Biblia, en el Antiguo Testamento, no necesariamente cronológicamente, sino por el tamaño de los libros que escribieron. Y Daniel es uno de esos libros “raros” de profecía en las versiones católicas es un poco más largo, porque tiene algunos escritos que se llaman “Deuterocanónicos” que tienen alguna historia sobre una supuesta esposa de Daniel, Susana; y algunos otros relatos entre poéticos y místicos, etc. que habría que discutir algún día de que
las versiones protestantes de la Biblia en general, no están esos libros Deuterocanónicos. Te va a llamar la atención, si abrís una Biblia católica, que lo vas a encontrar ahí. Y muchas Biblias “protestantes” también los tienen. Solamente que el “main-stream” de las iglesias cristianas no los reconocieron en el mismo pie de igualdad que el resto de los escritos que fueron considerados “Palabra de Dios”, digamos. La revelación trascendente para las personas y no relatos históricos de los cuales hay muchos otros.
YouTube ® está plagado de: “Por qué no está el Evangelio de San Bernabé la biblia?”
Bueno, la respuesta a esa pregunta es la misma que estoy planteando ahora. Pero quería concentrarme un poquito en una cosa que dice un relato de Daniel, después de que le hicieron una trampa política… por supuesto, ya los antiguos sirios, persas, sabían cómo hacer trampas políticas. Vivían, de hecho, la vida en sociedad, cuanto más se complejiza; más se complejiza el tema político también. Es inherente a los desarrollos sociales. la política se “sofistica” y no se “simplifica” como la gente espera que fuera.
Dice que a Daniel, entonces, le hicieron una trampa; le hicieron firmar al rey Darío, le hicieron firmar un Decreto de que por 30 días no hubiera nadie en todo el imperio, que llegaba hasta el norte de India (para que te des una idea de lo grande que era) que cualquiera que durante ese mes se postrara o adorara cualquier cosa que no sea el Emperador, fuera condenado a muerte. Estos desgraciados sabían que Daniel, todos los días se arrodillaba, oraba no menos de tres veces por día, mirando hacia Jerusalén. Oraba a Dios de rodillas, que quiere decir que lo ADORABA. Entonces, éstos lo esperaron, en el próximo turno de oración de Daniel, le cayeron y le dijeron al rey Darío:
-Mirá, encontramos, lamentablemente, hoy con el dolor que nos causa, de que este Daniel, que le está yendo tan bien, lamentablemente se adoró.
Así que, como tus decretos son de ese tipo de decreto que no se puede quebrantar, lamentablemente, va a haber que matarlo.
Entonces lo tiraron a un foso, a una especie de zoológico que tenían estos reyes orientales.
Lo tiraron ahí al lugar donde estaban los leones para que se los coman. De paso, era un muy buen espectáculo entretenido. Vamos a ver cómo los leones comen carne cruda, se alimentan de alimento vivo. Como una pequeña fiesta, sólo que a Darío le dolió haber resuelto eso sin pensar que podría caer, por ejemplo, Daniel, que era un hombre muy serio y muy ventajoso para su política.
Lo cierto, es que, pasado toda la noche y pasado todo un día, los leones no lo comieron a Daniel. No le hicieron ningún daño, nada! Y entonces tuvieron que reconocer que había habido algo en esa condena. Y entonces, el rey enojado, se enojó contra los que lo habían llevado a Daniel a esas circunstancias, y los mandó matar a ellos con familia y todo para que los leones coman algo fresco ese día.
Dice en Daniel 6:25:
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