LA DIFERENCIA ENTRE SER Y ESTAR

Daniel Gaydou
DEVOCIONALES CORTOS DIARIOS BIBLICOS
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Y que la paz que viene de Cristo gobierne en sus corazones. Pues, como miembros de un mismo cuerpo, ustedes son llamados a vivir en paz. Y sean siempre agradecidos.

(Colosenses 3:15 NTV)

Acomodando los papeles, mi mamá en una época, lo que hizo fue elegir de la pila de cuadernos que tenía de los tres hermanos (no, los sobrinos del pato Donald no, Héctor, Alberto y Daniel, los tres), eligió un cuaderno de cada uno de nosotros y lo guardó. Y entonces cuando éramos grandes, e íbamos a visitarlos a ellos a la casa, ella tenía ahí, y cada tanto los sacábamos y nos reíamos de las cosas que decían nuestros respectivos cuadernos. Que era como ver una foto de años atrás. En mi cuaderno había varias referencias, por decir de una forma diferente, para no decir que tenían “notas”. Los viejos saben qué quiere decir eso, no? En el cuaderno tenés una nota, que la tenés que traer al otro día firmada por tus padres. O sea, que vos lo tenías ahí escondidito en el cuaderno, hacías los deberes todo, y a la noche, a última hora cuando ya no había más oportunidad, decir: -ah! Mamá, la maestra quiere que firmes algo!

Yo tenía varias que decían más o menos siempre igual: “debes ser más aplicado en clase”. Y yo no sé qué quiere decir aplicado, porque hasta el día de hoy, aplicado, lo que se dice “aplicado”, no soy.

Y quiero plantear hoy eso de la diferencia que hay entre “ser” y “estar”. Y es en el texto que voy a leer hoy, en Colosenses 3:15, es crítica. Es una diferencia crítica, es decir, hace a la semántica, al sentido de la expresión que voy a leer en la Biblia dentro de un ratito, la diferencia entre ser y estar.

Vos decís: -ay! se metió en un tema de esos filosóficos, de esos temas que tienen que ver con el lenguaje, y encima, la cabeza no le da para la filosofía. Bueno, para evitar eso de meternos en un berenjenal de la semántica, de la filología y del lenguaje, te lo voy a poner en un ejemplo:

Una cosa es que te digan: -ay! hoy estás tonto! A que te digan: -sos tonto ¿eh? Te das cuenta la diferencia entre ser o estar?

Por ejemplo, una cosa es que digan: -Sí, Fulano de Tal está enfermo, o que digan: -Lo que pasa es que Fulano de Tal es un enfermo. Te das cuenta la diferencia? En un caso, algo puede cambiar, es estar enfermo; bueno, te vas a curar! Pero si sos un enfermo, no te vas a curar!

Cuando alguien dice de otro que “es tonto”, no quiere decir: “cometió una tontería”, sino: “éste, normalmente es tonto, no le da la cabeza”. Y así, en otros órdenes, como por ejemplo, en ser aplicado. Una persona puede aplicarse un día a algo, pero si no es aplicado, no basta con una nota de la maestra que diga “debes ser más  aplicado en clase”. Yo, a veces se estaba “aplicado”, si es que entiendo bien lo que eso significa, y a veces, que era la mayoría del tiempo, no estaba aplicado. Pero no es que no estaba aplicado a nada. Estaba aplicado a cien cosas, entre las cuales era lo de la clase. Y entonces a la maestra le daba rabia, porque ella que se sacaba el sudor para que nosotros aprendiéramos algo, veía que sus esfuerzos no daban resultado. Porque yo, justo en el momento que ella me agarraba, no estaba aplicado. Y entonces ella concluía que yo no era aplicado y que debería ser más aplicado. Que estaba aplicado, pero aplicado poquito, te das cuenta?

El apóstol Pablo, en Colosenses 3:15 dice así:

Y que la paz que viene de Cristo gobierne en sus corazones.

Ahí nomás ya estamos hablando del verbo ser, de una condición que no cae. No que tengamos paz un ratito cuando estamos en el culto en la iglesia orando, sino que la paz de Cristo reine. Y reinar es algo para siempre, no para un ratito. Es decir que el Señor en nuestro cuaderno, podría anotar una frase que dice así: -andá y acepte firmar esta nota por tu padre que es el mismo Dios, donde diría así: -“Danielito, debes lograr que la paz de Cristo reine en tu corazón”. Porque eso de tener paz de momento y el resto del tiempo, no tener paz, porque en plena pandemia y con todo lo que está pasando, cómo me va a pedir usted que tenga paz! Y que en qué momento hay paz en este mundo, si todo el tiempo está convulsionado! A dónde vamos a llegar! Las cosas que se escuchan hoy día, jamás se han escuchado! Bueno, es porque no estudiaste historia, porque cualquiera que estudia historia, sabe que como dijo Salomón hace 3.000 años atrás: “no hay nada nuevo debajo del Sol”. En serio, no hay nada nuevo debajo del Sol, salvo el último celular que sacó iPhone (®), que es muy bueno y que se puede doblar, pero salvo eso, todo lo demás ya había, siempre ha habido, incluso esos descubrimientos y objetos caros de último momento. Dice: 

Y que la paz que viene de Cristo gobierne en sus corazones. Pues, como miembros de un mismo cuerpo, ustedes son llamados a vivir en paz. Y sean siempre agradecidos.

(Colosenses 3:15 NTV)

Y acá está: ser agradecidos. Dijo el español: -yo, hambre? No. Yo cansancio? No. Yo sed! Y sed agradecidos. No dice: “estar” agradecidos. Dice: “ser” agradecidos. Y yo quiero levantar esa, sólo el tip de hoy, es eso: ver que lo que se nos pide, no es hacer un acto de gratitud, sino ser agradecidos. A quién? No, en el momento no importa eso. Cuando vos y yo sepamos ser agradecidos, enseguida vamos a encontrar el motivo, enseguida. El problema es que nosotros decimos: -Yo si encuentro un motivo, voy a estar agradecido. Y entonces, nunca encontramos motivo! Por qué? Porque no hay!

Qué motivo? Qué motivo? Qué, vas a dar las gracias por lo que está pasando? Vos sabés que la Biblia dice que hay que dar gracias en todo. En todo, todo? En todo, todo? En todo.

Para dar gracias en todo, hay que ser agradecido. No hacer un acto de gratitud, sino, ser agradecido.

Te acordás el apóstol Pablo, cuando lo metieron en cana junto con un compañero que se llamaba Silas? No era brasileño; no, no, no! Se llamaba Silas. Los dos  estaban presos en el fondo de la cárcel, oscuros y sucios. Las ratas les caminaban por arriba. Estaban en un lugar donde la gente hacía sus necesidades donde los hicieron sentar a ellos. Lo siento! Es un asco! Pero ellos estaban ahí. Sabés lo que hacían a medianoche? Cantaban himnos al Señor. Y por qué estaban agradecidos?

Ves que si uno hace esa pregunta, es porque no es agradecido. Porque el apóstol Pablo y Silas encontraban motivo para estar agradecidos.

Se entendió? Ah! Qué alegría!

Bueno, y te develo eso que dejé como suelto: que si uno es agradecido, va a encontrar qué agradecer. Empezando, empezando y siempre adelante de todo, por las cosas que Dios ha hecho por mí. Hasta ahora, no me puedo quejar!


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