Es fácil decirlo
DEVOCIONALES CORTOS DIARIOS BIBLICOS
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Pues es por creer en tu corazón que eres hecho
justo a los ojos de Dios y es por declarar abiertamente tu fe que eres salvo. Como
nos dicen las Escrituras: «Todo el que confíe en él jamás será avergonzado». No
hay diferencia entre los judíos y los gentiles en ese sentido. Ambos tienen al
mismo Señor, quien da con generosidad a todos los que lo invocan. Pues «todo el
que invoque el nombre del Señor será salvo».
Romanos 10:10-13 (NTV)
Dicen que hay tres frases que son muy difíciles de decir:
La
primera es: “perdón, me equivoqué.”
La
segunda es: “por favor, necesito ayuda.”
y
la tercera es: salsa “worcestershire”. “Worcestershire”, “workchestershire”… ah!
Sí! es imposible, es imposible!
Es bueno el chiste! Decí la verdad, te quedaste pensando, “tecleando”; tiki-tiki-tiki! Ahora probá vos de decir: “worcestershire”, “worcestershire”…
Nosotros,
hoy día tenemos un problema con lo que pensamos y con lo que decimos. Entre
todo el lío que hay contemporáneamente, una de las partes del lío que tenemos y
que afecta directamente nuestra vinculación con Dios, es el tema de la palabra y
el pensamiento.
Nosotros
hoy estamos viviendo la paradoja de que no creemos en la palabra, la prueba
está que casi no hacemos negocios importantes solamente “de palabra”, como
decimos, sino que tenemos que firmar papeles, certificados, el documento, la
fotocopia legalizada y todo eso. Igual así, te queda la duda, porque la palabra
está devaluada. La palabra está devaluada, las promesas de los políticos… Como
ese político que fue a Santiago del Estero y dice: -y vamos a construir un
puente! Y le dice uno: -pero señor, si acá no tenemos río! Y dice: -bueno, le
vamos a hacer un río también… qué problema hay? Vamos a prometer!
Y
entonces no confiamos en las promesas de los políticos, aunque sean ciertas! Algunas
promesas son ciertas! Y no creemos en la que dicen los religiosos, salvo lo que
dice Danielito, el de los “Tips para pensar en cuarentena”.
Espero
que sea así. Yo te agradezco que tengas confianza en lo que hago y eso es justamente
un buen ejemplo, un buen ejemplo. Es que a veces las cosas de la fe, de lo
profundo, espiritual, no están en la grandilocuencia de las declaraciones, de las palabras, “¡oh, Jehová,
yo te…” No, no! Lo más importante es lo que pasa adentro de tu corazón, que
después y nunca antes se va a poder expresar; es decir: “ex - presar”, es decir
salir para afuera. Salir para afuera en declaraciones, en los dichos, como
decía David: ojalá que te agraden los dichos de mi boca y la meditación de mi
corazón.
En
Romanos 10:10, Pablo el apóstol, te suena el apóstol Pablo? Fue el escritor
principal del Nuevo Testamento, porque la mayoría de los textos del Nuevo Testamento,
de las epístolas, son de él; prolífico escritor.
Él dice así:
Pues es por creer en tu corazón que eres hecho
justo a los ojos de Dios y es por declarar abiertamente tu fe que eres salvo. Como
nos dicen las Escrituras: «Todo el que confíe en él jamás será avergonzado». No
hay diferencia entre los judíos y los gentiles en ese sentido. Ambos tienen al
mismo Señor, quien da con generosidad a todos los que lo invocan. Pues «todo el
que invoque el nombre del Señor será salvo».
Romanos 10:10-13 (NTV)
Es maravilloso esto de pensar que lo que salva del pecado frente a Dios a una persona es lo que él cree en su corazón. Ahí está la clave. Y qué es, qué es el contenido de eso que uno cree? Que uno puede ser declarado justo delante de los ojos de Dios. Es decir que Dios puede verme a mí, creo eso; creo, verdad? creo, no? Creo que creo, de que Dios me puede ver a mí como una persona que no tiene pecado. Pero cómo que no tiene pecado? Yo? No puede ser! Sí, una cosa es que yo sea pecador, no? y la otra cosa es si Dios me ha perdonado los pecados. A mí me los perdonó cuando tenía siete años. Sí, pero a los siete, y ahora? No, en la Biblia la promesa del perdón de los pecados es la promesa del perdón de todos los pecados, no solamente los pecados pasados. Es decir, yo hoy peco, pido perdón, mi pecado es perdonado. Ando bien un día o dos, peco y entonces confieso los pecados, Dios me vuelve a perdonar… Sino que el día que yo le he entregado la llave de mi vida al Señor, el día que yo le dije: Padre, tomá, acá tenés, hacete cargo; te pido perdón por todos mis pecados. Dios dice: está bien, tus pecados, como Jesús decía, ¡qué hermosas estas palabras de Jesús! Una de las más lindas, seguramente es cuando alguien lo escuchaba que Jesús mirándole a los ojos le decía: "hijo, tus pecados te son perdonados".
Ese
fue el sentimiento de alivio que yo recibí cuando tenía siete años y le dije
eso al Señor y sentí aún físicamente, siempre cuento esto sabes cómo sentí? Viste
cuando vos tenés mucha sed y hace calor y tomás algo fresco, tomás “tuk, tuk, tuk,
tuk, tuk, tuk”, y sentís cómo ese líquido se te entra por el pecho y te
refresca en el interior… Cuando yo pensé: si yo muriera ahora voy a la presencia
de Dios porque todos mis pecados han sido perdonados. Y sentí ese alivio.
Lo
importante no era si yo sentí o no el alivio, sino si yo creía en mi corazón
que había sido así. Y yo lo creí. La verdad, me hizo bien creer eso. Hasta el
día de hoy, hasta el día de hoy es la base, la base ideológica de mi vida está
ahí. Pensar que cuando hablo con Dios, Dios no me está mirando haciendo “humm,
humm!”, o gruñendo como hacía mi mamá. Mi mamá gruñía como Marge Simpson viste?
que hace cuando no le gusta algo pero no está del todo decidida. Hacía “grrrr!”,
hacía así, un gruñido que sabíamos que mamá estaba por morder.
Cuando
hablo con Dios, nunca Dios me hace “grrrr!”. No Dios nunca me hace eso. Me hace
“grrrr!” cuando estoy por pecar. Y yo a veces no hago caso y el Señor me hace: “grrrr!”.
Cuando yo le digo: Señor perdoname, perdoname y Él me dice:
-Sí,
ya estás perdonado; pero… está bien, estás perdonado, y no hay problema. Pagué
un precio muy alto para andar discutiendo por chucherías ahora, pagué el precio
de mi precioso Hijo Jesús. Bueno, manso, inteligente; es una persona de esas
que vos decís: no te mueras nunca. Y saben qué?
Murió.
Murió voluntariamente, se dejó llevar a la muerte.
Ahora
te dejo esta pregunta: vos, en tu corazón, en el fondo de tu corazón; no lo que
declarás. Cuando te dicen… viene el del censo, toca tu puerta y te dice: religión?
Y entonces vos le ponés: cristiano.
No, no ese tipo de declaración. Porque no importa si está escrito en el papel del censo, sino si estás escrito en el Libro que tiene Dios. Tiene una agenda, sí, sí, claro que tiene una agenda! Tiene una agenda de tapa de cuero, de las caras, porque está la vida de toda la humanidad ahí. Y si vos buscás donde dice tu nombre, tiene una marca que dice que “ha sido perdonado de todos tus pecados” o no está la marca.
Si no está la marca, que estás esperando, mi amor?... para decirle al Señor:
-Perdoname todos mis pecados. De corazón creo, creo en que vos podés y querés perdonarme hoy. Hoy, ahora mismo; ya, ya, en este momento puede estar haciendo click adentro de tu corazón frente a Dios y decirle a Él, que te está mirando ahí en el fondo de tu corazón: Padre, creo que me puedes perdonar los pecados, en el nombre de Jesús, porque Él murió por mí, por esos pecados, te pido que me los perdones.
Lo harías hoy? Y ojalá que así sea hoy.
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