En el desierto

Daniel Gaydou
DEVOCIONALES CORTOS DIARIOS BIBLICOS
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A nosotros nos cuidan nuestros padres, dijo Mafalda en una historieta, y ella dijo así: pero a nuestros padres… ¿quién los cuida? ¿Te acordás de la historieta? Y termina el padre muerto de miedo al escuchar lo que ella oraba así! Bueno, ¿quién nos cuida a nosotros, a nosotros los creyentes, ¿no? Nosotros, los que creemos que Dios está con nosotros siempre. ¿A nosotros quién nos cuida? Jesús, el que prometió va a estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo!

Bueno yo quisiera mostrarte un evento de la vida de Jesús que fue después de que fue bautizado por Juan el Bautista en el río y después que Él salió de esa experiencia y estaba por empezar su trabajo, de unos tres años que duró, fue al desierto guiado por el Espíritu. Mirá este texto, en Marcos 1:12; dice así:

En seguida el Espíritu lo impulsó a ir al desierto, y allí fue tentado por Satanás durante cuarenta días. Estaba entre las fieras, y los ángeles le servían.

(Marcos 1:12-13 NVI)


Ese Señor que dice ahí, es el que nos cuida a nosotros. Este loco, loco lindo, se está pegando un tiro en los pies, porque lo que está haciendo, es correr a la gente que busca tranquilidad y paz. Me lo dijo una vez un hombre en una iglesia en Mendoza. Me dijo: nosotros trabajamos toda la semana, venimos el domingo a la iglesia y lo que queremos es no complicarnos más la vida, que estamos toda la semana renegando! Queremos venir a estar tranquilos y descansar, y usted nos complica más la vida con las cosas que predica! ¿Vos sabés, que yo nunca había pensado en eso? Y me hizo pensar, pero no dejé de hacerlo.

La palabra de Dios está para inquietar al que está tranquilo y para calmar al que está nervioso. Es para eso la palabra de Dios. Y esa paradoja que estoy diciendo, aunque sea un tiro en los pies, es decir que gente diga “no, esto no me interesa”; es lo mismo que pasó con Jesús. La gente decía: No, no, la palabra de este hombre es muy dura, no se aguanta lo que dice!

Bueno, pero escuchame: es la verdad! A ver… te molesta la verdad a vos? Vos qué querés que yo te diga? ¿Que si vos aceptás a Jesús y vivís con Él, vas a vivir en problemas y dificultades pero con la compañía de Él? O vos querés que yo te diga: “se te solucionan todos los problemas! Yo era re-pobre cuando me convertí; ahora soy una persona rica que no necesita nada! Yo era re-enfermo cuando me convertí, me acerqué a Dios por mi enfermedad y acá estoy, perfectamente sano! Y hay personas que experimentan eso. Hay personas que les pasa eso, pero no es a todos ni a la mayoría. El Evangelio no es la respuesta a nuestros problemas terrenales, en el sentido de que se resuelve esto y entonces ya está, listo todo. No, el Evangelio lo que responde, es a nuestro problema eterno del pecado, del distanciamiento de Dios; con el cual en el corazón, todas las cosas tienen otra perspectiva, no necesariamente la mera resolución, que ese es el objetivo de la magia y ese es el objetivo de la iglesia que en el cartel de la entrada tiene un lema que dice: “Pare de sufrir”.

Los otros días vi un video que está en Internet, en YouTube, que es fantástico. Es un muchacho que no dice que es creyente, no sé qué; que hizo un documental sobre esta Iglesia, de la iglesia esta que tiene origen en Brasil. Es interesante conocerla y el título que le puso a su vídeo dice así: “Pare de sufrir… o no; mejor, no”. ¿Te das cuenta?

Bueno, bueno, ¡fenómeno! Busquen que Dios te sana todas tus enfermedades, te ponga plata en los bolsillos, te llene la heladera, te haga estar bien, que te resuelva los problemas, que no te pelées más con nadie y que te elimine a todos tus enemigos.

Bien: eso realmente es lo que querés? Porque el Diablo te lo va a ofrecer. Él te lo va a ofrecer, no te va a cumplir, claro! pero si vos te lo creés … ya está, ¡Fuiste! ¡Alpiste!

Porque lo que tenemos nosotros que acostumbrarnos de Dios, es acercarnos a un Dios perfectamente honesto. Y no es que Dios te dice: “mirá, disculpame, pero no puedo resolver tus problemas”; sino, “vos confiás en mí, dejame que guíe tu vida”.

En el texto este que leí en marcos 1:12 ¿vos te fijaste quién fue el que llevó a Jesús al desierto? O sea, ¿por qué Jesús fue al desierto?

Dice: en seguida el Espíritu lo impulsó a ir al desierto. ¿Cuál espíritu, el espíritu de Él, o el Espíritu Santo? Es el mismo. El Espíritu Santo es el Espíritu de Jesús, es el Espíritu de Dios, es lo mismo. Jesús era Dios. Jesús era un Dios que estaba inaugurando una experiencia única de ser un Dios hecho hombre, un muchacho de 30 años, un hombre adulto para los cánones de esa época. Y entonces, ¿qué hace el Espíritu de Dios? Que es el Espíritu más superior que hay de todos ¿qué es lo que hace? Lo saca al desierto. Pero por qué al desierto, por qué sin comida, por qué sin techo, por qué sin baño? Yo extrañaría eso! Sin agua corriente, sin comida, más de un mes!

Porque Jesús cuando volvió de eso, volvió curtido. No solamente que Él creía como desde pequeño ha creído las promesas que están en la Palabra de su Padre, sino que ahora las experimentaba en carne propia y sabía; sabía claramente a qué se estaba agarrando.

Cuando estábamos en La Paz había un viejo mecánico, don Federico. Y él tenía una llave que un día me mostró. Me dijo el hermano en realidad, me dijo: decile que te muestre la “llave sentidora”, le decía así. Tenía una llavecita, se puso colorado este alemán, grandote, un hombre muy espiritual y muy tranquilo, me encantaba ese hombre! Me mostró su llavecita. Era una llave de esas llaves de tubo, que se usan mucho en los talleres mecánicos, que tenía una manijita más finita de fierrito, un poquito más finito así era la llave, y entonces él no necesitaba una llave para medir la torsión a la que apretaba las tuercas o los bulones. Él la sentía cuando se empezaba a doblar ese fierrito. Él tenía su “llave sentidora” así le decía él. Y nosotros también tenemos que tener en la fe nuestra “llave sentidora”, es decir, vos que ya experimentaste a Dios, vos sabes cómo es esto, hasta dónde va. Vos sabés cómo es y cómo se siente uno en el medio del desierto escuchando a lo lejos durante la noche con ese cielo estrellado impresionante, pero solo, la soledad impresionante, el hambre impresionante, el ruido de los chacales a lo lejos y ruidos misteriosos que ni siquiera sabés de dónde salen, el frío, el calor, todo eso, vos terminar sintiéndolo y salir mejor de ahí. 

Te lo digo de una, para que no te entusiasmes; no hay, ¡no hay!, es una mentira de Satanás, una fe que te soluciona todos los problemas. No hay una expresión de Dios que te va a resolver todos los problemas y si sos pobre vas a dejar de ser pobre para ser rico. A muchos les pasa, y sí, Dios bendice nuestras propiedades, y Dios bendice nuestra salud y Dios bendice nuestro hogar y nuestros problemas y los que tienen problemas administrativos que es un problema muy común de gente que tiene, que quiere sacar un trámite o algo, y está angustiada también Dios te ayuda; pero lo más importante no es que te ayuda, sino que te acompaña. Y aunque no tengas la respuesta que vos estás esperando, sí vas a encontrar siempre la respuesta que estás necesitando, que es la misma presencia de Dios en tu vida como le dijo Dios a Moisés: mi presencia irá contigo y te daré descanso!

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