Las redes sociales son una zona de distorsión espiritual

IAN HARBER
Coalición por el Evangelio
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Todos los derechos reservados-Publicado con permiso


A veces escuchamos que: «Las redes sociales son neutrales. Solo depende de cómo las uses». Esto es falso. Según vamos conociendo más sobre el papel de las redes sociales en nuestra crisis nacional de salud mental, cada vez está más claro que esta tecnología es cualquier cosa menos neutral, y los líderes gubernamentales están empezando a responder. En mayo, Montana se convirtió en el primer estado en los Estados Unidos en promulgar una prohibición total de TikTok. Arkansas promulgó una ley similar que exige que los menores tengan la aprobación de sus padres para crear una cuenta en determinadas plataformas de redes sociales.

Los cristianos sabemos bien que los efectos nocivos de las redes sociales se extienden también a nuestra formación espiritual. Como han señalado autores como Chris Martin, las redes sociales se han convertido en nuestro principal discipulador. Conforman nuestras mentes a los patrones del contenido que consumimos (ansiosos, indignados, temerosos e insensibles), rediseñan nuestros hábitos con sus prácticas litúrgicas (abrir, desplazar, deslizar, gustar y comentar) y nos piden que ofrezcamos nuestros cuerpos como sacrificios vivos (publicando contenido para el consumo de otros y obtener ganacias para la corporación a través de los anunciantes).

Las redes sociales actúan como una máquina de distorsión espiritual y cognitiva que deforma nuestra visión de la realidad y aleja nuestra voluntad de Dios. Es la inversión sistemática e incentivada corporativamente de Romanos 12:1-2. En lugar de que nuestras mentes sean renovadas por el Espíritu de Cristo, son moldeadas por la entrega algorítmica de los patrones particulares del mundo que mejor se adaptan a nuestros deseos no santificados. Nos invitan a conformarnos al mundo, alejando nuestros corazones y mentes de Dios.

Las redes sociales no son un actor neutral en nuestra santificación. Es un agente activo que trabaja en contra de que nos parezcamos más a Cristo.

La misma herramienta que puede alejarnos de Cristo tiene la capacidad de ser reformada para empujarnos hacia Cristo

Esto no significa que las redes sociales sean totalmente irredimibles. Nuestro consumo de medios de comunicación tiene el potencial de alejarnos de Cristo y de acercarnos a Cristo. La posibilidad de redimir las redes sociales existe porque los algoritmos reflejan nuestros deseos. Cuanto más deseemos a Cristo y más contenido busquemos para que nos ayude en nuestro deseo por Él, más se inclinará el algoritmo hacia el contenido centrado en Cristo que beneficie nuestro discipulado. La misma herramienta que puede alejarnos de Cristo tiene la capacidad de ser reformada para empujarnos hacia Cristo.

Nuevas categorías de usuarios cristianos de las redes sociales

Si bien tenemos que ser sabios acerca de nuestra participación en la zona de distorsión espiritual de las redes sociales —para algunos, eso podría significar alejarse por completo—, también necesitamos nuevas categorías para pensar en ello como cristianos y modos de operar que glorifiquen a Cristo y ayuden a otros a florecer en una Babilonia digital. Estas son cuatro categorías a considerar.

1. Discipulando a través de la creación de contenidos.

Subestimamos el poder formativo del goteo constante de consumo de contenidos a lo largo del tiempo. Si el consumo de contenidos digitales puede formarnos para alejarnos de Cristo, también puede formarnos para acercarnos a Cristo. Pero necesitamos cristianos fieles, intencionales e inteligentes que generen estos contenidos y utilicen las mejores prácticas para llegar a la audiencia deseada.

Las iglesias tienen una oportunidad única de hacer esto para sus congregaciones particulares. Cada vez más, a medida que los pastores son sustituidos por podcasts y la asistencia promedio a la iglesia se reduce a solo una vez al mes, las iglesias pueden encontrarse con sus congregantes donde están a lo largo de la semana produciendo sus propios contenidos digitales que mantengan a las personas conectadas con su congregación local.

Ya hay algunos ejemplos de esto: La iglesia Immanuel Nashville utiliza Substack para escribir breves devocionales diarios para su iglesia. Un plantador de iglesias de Arizona, Trey VanCamp, ha utilizado su canal de YouTube durante años para abrir el telón de su ministerio, recomendar libros, animar a otros en sus prácticas devocionales, publicar videos de talleres que ha dirigido en su iglesia, y mucho más. The Crossing Church produce un podcast devocional semanal llamado Ten Minute Bible Talks (Conversaciones sobre la Biblia en diez minutos) que recorre los libros de la Biblia.

2. Reemplazando a los influencers por misioneros.

¿Qué pasaría si en lugar de buscar una gran plataforma para hacerse un nombre, los cristianos crearan contenidos de especial interés para audiencias específicas, considerándose misioneros para esas personas?

En lugar de que el panorama de los medios cristianos esté dominado por un puñado de celebridades, los pequeños y medianos creadores de contenidos cristianos —arraigados en sus iglesias locales— tienen la oportunidad de hablar a sus audiencias de forma útil y minimizar la atención prestada a quienes representan al evangelicalismo con su plataforma pero no con su carácter. ¿Cómo se podría ver esto?

Un ejemplo es Gavin Ortlund y su canal de YouTube, Truth Unites (La verdad une). Gavin hace videos claros, útiles e irénicos defendiendo el cristianismo (y el protestantismo en concreto). Otro ejemplo es Elijah Lamb, un joven TikToker cristiano que aborda regularmente preguntas doctrinales difíciles para su audiencia de más de setenta mil personas en una plataforma más amigable para los que abandonan la fe que para los que la conservan. Estos dos creadores han asumido la tarea de la apología de una forma que es nativa de las plataformas digitales en las que están y están encontrando una audiencia significativamente comprometida con su contenido. Ambos son, a su manera, misioneros digitales.

3. Conservando lo bueno, lo verdadero y lo bello.

No todo el mundo es capaz de crear contenidos originales. Es un proceso agotador en términos de tiempo y esfuerzo mental. Pero seleccionar contenidos es otra forma de poner a disposición de las personas recursos útiles que les ayuden a crecer en su caminar cristiano. Los pastores pueden hacer esto mediante la creación de páginas web para acompañar a su serie de sermones y que apunten a recursos adicionales para que su congregación profundice. El pastor John Houmes hizo esto con su congregación para su serie de sermones sobre una visión cristiana del cuerpo. Yo mismo he intentado hacerlo con una lista de reproducción de Spotify que contiene más de cien horas de música y podcasts para ayudar a alguien a reconstruir su fe, y con un sitio web que recopila documentos de la historia de la iglesia para el crecimiento devocional e intelectual.

4. Resistiendo al salir.

Para algunos, la respuesta es eliminar las redes sociales. Esta medida no solo aumenta la felicidad y la salud espiritual, sino que también funciona como una forma de resistencia espiritual y cultural. A veces nuestro testimonio cristiano consiste más en la abstinencia que en el involucramiento. Algunos cristianos destacan por utilizar las redes sociales de forma diferente a los demás; otros destacan por no utilizarlas en absoluto.

Algunos cristianos destacan por utilizar las redes sociales de forma diferente a los demás; otros destacan por no utilizarlas en absoluto

El objetivo de dejar las redes sociales no es principalmente negativo. En lugar de limitarte a eliminar las redes sociales de tu vida para mejorar tu salud mental y espiritual, te abstienes con el objetivo de intensificar las relaciones personales en tu comunidad.

El papel de las iglesias

¿Cómo podrían las iglesias identificar y apoyar en sus congregaciones a personas dotadas para la creación de contenidos y la comunicación, que podrían ser llamadas al campo misionero de las redes sociales?

Tal vez las iglesias podrían crear oportunidades para que los creadores de contenido de su congregación se conecten, colaboren y se animen mutuamente. Tal vez las iglesias podrían asignar una pequeña cantidad mensual para ayudar a los «misioneros digitales» a cubrir los costos de software o publicidad, de forma similar a como ayudan a otros misioneros. ¿Podrían los creadores, en determinadas circunstancias, utilizar las cámaras o micrófonos de la iglesia para ahorrar dinero en equipos?

Las iglesias también deberían animar y apoyar a las personas de la cuarta categoría: los que optan por no estar en las redes sociales en absoluto. Cuando los refugiados de la zona de distorsión espiritual lleguen a una iglesia local en busca de un Dios amoroso y una comunidad solidaria, necesitarán personas sanas, lúcidas, bien adaptadas y espiritualmente maduras que les reciban con los brazos abiertos. Si una iglesia hace de las plataformas digitales su ministerio principal, no estará preparada para recibir a estos refugiados de las redes sociales. Las iglesias necesitan asegurarse de que tienen ministerios en persona, como grupos en casa, estudios bíblicos, clases de formación, atención pastoral, y más, para recibir a los que optan por desconectarse en una comunidad rica y espesa.

A veces estas categorías se mezclarán y otras veces serán completamente distintas. Pero tanto las iglesias como los cristianos individuales deben buscar formas de contrarrestar activamente la máquina de deformación de las redes sociales. Si no lo hacemos, las tendencias oscuras del panorama de las redes sociales no harán más que oscurecerse y los algoritmos corromperán espiritualmente a más y más de nuestros amigos, familiares y seres queridos.

Seamos proactivos a la hora de pensar cómo llevar la esperanza del evangelio y reformación a este espacio de deformación. Qué hermosos son los pies de los que traen buenas noticias, tanto en la web como fuera de ella.


Publicado originalmente en The Gospel CoalitionTraducido por Eduardo Fergusson.

 







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