Cómo la integridad y la santidad incrementan la productividad en todas las áreas de nuestra vida

Alex López
La Catapulta
http://lacatapulta.net/vidacristiana/
Todos los derechos reservados-Publicado con permiso


¿Cómo es que la santidad incrementa la productividad en todas las áreas de nuestra vida? ¿Es esto verdad o una exageración?

Vea. No existe justo ni siquiera uno, dice la Biblia. Todos hemos pecado. Pero Jesús, la divinidad que dejó la gloria y que se vistió de carne y huesos, vivió la vida justa que no podíamos vivir. Murió en la cruz del Calvario y con su muerte, nos reconcilió con el Padre Dios quien su carácter de santidad, le lleva a aborrecer el pecado y el mal. Por fe, hoy hemos sido declarados justos. No por nuestras obras, sino por la obra de Cristo.

Ahora que hemos sido declarados justos, somos llamados a vivir en santidad. Una persona santa es alguien que se consagra a Dios, apartándose del mal, del pecado y entregándose por completo a Dios. ¿Volverá a pecar? Lo más probable es que sí. Pero cada vez que falla, corre a Dios. No vive en el pecado.

El cristiano es como el atleta que se consagra a un deporte. Consagrarse a ese deporte le demanda no por carga sino por pasión y propósito personal, decir no al desvelo, a la pereza, a una mala alimentación, a las malas juntas o a juegos extremos y riesgosos que afecten su integridad física. Como se ha consagrado le dice que no a mucho, pero sí a algo mayor. No le es una carga, porque el premio que le espera, es grande.

¿Requiere sacrificio ser cristiano? Por supuesto. Requiere que no nos neguemos a nosotros mismos, tomemos nuestra cruz (muramos) y sigamos as Jesús. Pero el sacrificio, no se compara en nada al premio que recibiremos. Por lo que la pasión y el propósito nos lleva a decirle que sí a Dios y no a mucho que momentáneamente “llena” el corazón para dejarnos más vacíos y desestabilizados que antes en nuestra vida espiritual, mental y física.

Como el cristiano se consagra a Dios en busca de la santidad, su camino ahora es íntegro y puro. Un camino íntegro es completo, entero, no divisible. No camina cinco minutos en el camino de Dios y luego se salta al camino del pecado. Su meta es mantenerse en el camino de los justos. ¿Cómo es que la santidad hace a alguien más productivo en todas las áreas de su vida?

Primero porque no se siente perseguido, sino en paz. No hay nada que debe descubrirse por su irresponsabilidad de hoy. ¿Qué escribió el Proverbista? “El malvado huye aunque nadie lo persiga; pero el justo vive confiado como un león.” Proverbios 28:1 ¿Quién produce más? ¿El confiado o el que siente que lo persiguen? La integridad nos da seguridad de vida. Nos da paz. No dividimos nuestro pensar entre el hacer y escenarios que nos lleven a ser capturados en nuestra mente y conciencia. Todas las energías las dedicamos a Dios y a lo que nos toca hacer a la mano. Sea esto trabajo o lo que sea.

En segundo lugar, el que se arrepiente de sus pecados, los confiesa a Dios y se aparta, alcanza misericordia. El castigo no ha sido puesto en pausa, ha sido eliminado. Ahora es amado, perdonado, valorado y vive seguro. Un corazón con miedo a ser descubierto y con miedo al castigo está dividido y no puede producir lo mismo que el que enteramente vive en paz y confiado. Se dedica a producir y a enfocar todas sus fuerzas en lo que tiene por delante.

En tercer lugar. La integridad y el camino de Dios se convierte en un refugio para el creyente. Andar en el camino de Dios es tener una fila interminable de guardaespaldas en nuestra vida al lado de la carretera. La vida se fortalece, el caminar en libertad se hace más fácil, mas no regalado. El surco de la justicia se profundiza y es nuestra seguridad.

Ser alguien que va en pos de la santidad, es ser alguien que es más productivo en todas las áreas de la vida. Porque no anda dividido en su corazón, en su mente, en su caminar, en sus relaciones, sino que es uno. Es un libro abierto para que todos puedan leer las acciones del día.

No hay justo ni aún uno. Pero si hoy no anda en el camino de la santidad, medite en su pecado, confiese sus pecados a nuestro Salvador y comience de nuevo. Y, que los pasajes a continuación, inspiren a glorificar el nombre de Dios en su vida. Éxitos en su semana.

“Cantaré a tu gran amor y justicia: quiero, Señor, cantarte salmos. Quiero triunfar en el camino de perfección: ¿cuándo me visitarás? Quiero conducirme en mi propia casa con integridad de corazón. No me pondré como meta nada en que haya perversidad. Las acciones de gente desleal las aborrezco; no tendrán nada que ver conmigo.” Salmo 101:1-3

“Porque tú eres grande y haces maravillas; ¡solo tú eres Dios! Instrúyeme, Señor, en tu camino para conducirme con fidelidad. Dame integridad de corazón para temer tu nombre. Señor mi Dios, con todo el corazón te alabaré y por siempre glorificaré tu nombre.” Salmo 86:10-12

“No fueron ustedes quienes con sus espadas y arcos derrotaron a los dos reyes amorreos; fui yo quien por causa de ustedes envié avispas, para que expulsaran de la tierra a sus enemigos. A ustedes les entregué una tierra que no trabajaron y ciudades que no construyeron. Vivieron en ellas y se alimentaron de viñedos y olivares que no plantaron. »Por lo tanto, ahora entréguense al Señor y sírvanle con integridad y lealtad. Desháganse de los dioses que sus antepasados adoraron al otro lado del río Éufrates y en Egipto y sirvan solo al Señor. Pero si les parece mal servir al Señor, elijan ustedes mismos a quiénes van a servir: a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del río Éufrates o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ustedes ahora habitan. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor».” Josué 24:12-15

Comparta esta publicación con sus amigos.

 







Encuéntranos también en:

             

Comentarios

Entradas más populares de este blog

UNGES MI CABEZA CON ACEITE...

El poder del ayuno

PARECIDOS, PERO NO IGUALES