6 consejos para identificar la voluntad de Dios

Leo Meyer
Coalición por el Evangelio
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Mi esposa Masi y yo somos amigos. Disfrutamos hablar. Hace poco, al evaluar una decisión que debíamos tomar, me preguntó: ¿Cómo lograste concluir que yo era la persona con la cual Dios quería que te casaras? Eso hizo que revisáramos juntos nuestra historia desde la amistad hasta el matrimonio. ¡Extraordinario tiempo! Reímos hasta el cansancio y alabamos a Dios por la forma en que nos guía, protege y provee.

Casarse es una decisión importante, pero no es la única. Te compartiré seis consejos que considero relevantes para identificar la voluntad de Dios cuando debes tomar una decisión trascendente.

1) Presta atención al deseo que hay en ti

Un texto que con frecuencia se malinterpreta es el siguiente: “Pon tu delicia en el Señor, y Él te dará las peticiones de tu corazón” (Sal 37:4). Este se interpreta básicamente en dos direcciones opuestas: Una indica que Dios le da al cristiano la prerrogativa de hacer todo lo que su mente desea o sueña, pero sin considerar la condición caída de su corazón. La otra interpreta que es imposible atender al corazón puesto que está inclinado al mal; por tanto, no puedes prestar atención a sus deseos.

Sin embargo, la interpretación más acorde con el resto del consejo bíblico es que siempre que estés buscando ser guiado por el Espíritu Santo, tu mente esté saturada por la Biblia y la practiques, el efecto será que los deseos dominantes que tendrás tenderán a exaltar a Cristo (Jn 15:7). Un corazón que tiene como única devoción y objeto de deleite a Cristo verá esos deseos bondadosos convertidos en realidad. “Pon tu delicia en el Señor” es una invitación a encontrar gozo, plenitud y satisfacción únicamente en Dios .

Antes de tomar una decisión de impacto en tu vida (elegir un oficio o profesión, casarte, mudarte a otro país, etc.), presta mucha atención al deseo que hay en ti orando que Dios te dé discernimiento al respecto (Sal 139:23-24).

2) Identifica tus dones espirituales y adminístralos bien

Las habilidades que poseemos son otro factor a considerar al tomar una decisión. Cuando Pablo escribe a los corintios acerca de los dones (1 Co 12), él quiere que entiendan el propósito de los dones espirituales y que aprendan a administrarlos.

Para identificar la voluntad de Dios es imprescindible que tengas la disciplina de meditar en la Biblia

Antes de estar en Cristo, las decisiones de estos creyentes estaban influenciadas por el paganismo arraigado en la cultura, lo que los llevaba a temer a espíritus engañosos. Sin embargo, sus decisiones ahora debían ser motivadas por el amor a Cristo y a los hermanos. Por tanto, necesitaban pensar cuál era el escenario apropiado para el uso de dichos dones.

Debido a que Dios nos ha dotado de habilidades para edificar al prójimo (1 Co 12:7), te recomiendo hacer este ejercicio:

  • Enumera tus talentos y destrezas.
  • Identifica los dones espirituales que el Espíritu te ha dado.
  • Enumera tus dones principales.
  • Escribe en qué áreas consideras que puedes ser más útil para Cristo.

3) Busca consejo en el lugar correcto

Desconocemos el futuro por nuestra naturaleza finita. Esa debilidad, junto a muchas otras, nos debe empujar a buscar consejo. El consejo sabio nos evita problemas y malas noches, y las personas humildes se distinguen por buscarlo. Gestionar y recibir asesoría aumenta la probabilidad de paz en el futuro (Pr 18:111:1413:1019:20).

Entender que “los proyectos con consejo se preparan…” (Pr 20:18), y proceder así, te podría conducir a tomar decisiones sabias. Equivocarnos no es imposible. En muchos casos, errar es seguro. Pero cuando gestionamos los consejos apropiados de las personas correctas, obtenemos un panorama más amplio y adquirimos una mejor perspectiva de nuestra decisión.

4) Distingue entre las oportunidades

Los planes de contingencia no existen en la planificación divina. Dios no necesita un plan “B”. El Soberano de los tiempos mantiene el control providencial de todo lo que sucede en su creación. Sobre esa base, podemos afirmar que las oportunidades surgen en el tiempo de Dios. Como Salomón instruye: “Hay un tiempo señalado para todo…” (Ec 3:1).

El consejo sabio nos evita problemas y malas noches, y las personas humildes se distinguen por buscarlo

Si confías en Dios y le perteneces como hijo, puedes estar seguro de que estás en Sus manos. Por lo tanto, Dios mostrará cuándo llega el inicio o final de las etapas de tu vida por medio de las circunstancias a tu alrededor. Esto no significa que toda oportunidad venga de Dios. Satanás también puede engañarnos. Sin embargo, no debes dejar de incluir en la mesa el factor de las oportunidades cuando evalúes tomar una decisión (Pr 14:12).

5) Medita en las Escrituras

La meditación de las Escrituras es un factor elemental para la vida del cristiano (Sal 1:2). Es por medio de la disciplina de la meditación que el cristiano encuentra el conocimiento y discernimiento necesarios para planificar y tomar mejores decisiones (Jos 1:8).

Al reflexionar en la Palabra, el creyente crece en su entendimiento del carácter de Dios y de su propia pecaminosidad. Comprender estas dos verdades refina su perspectiva de la vida y lo hace más preciso al decidir sobre su futuro.

Para identificar la voluntad de Dios es imprescindible que mantengas la disciplina de meditar en la Biblia.

6) Cultiva el hábito de la oración

Uno de los pasajes más alentadores acerca de la oración afirma:

“Esta es la confianza que tenemos delante de Él, que si pedimos cualquier cosa conforme a Su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos hecho” (1 Juan 5:14-15).

Juan otorga aquí una garantía. El verso anterior es el fundamento de dicha garantía: “Ustedes tienen vida eterna” (1 Jn 5:13). “Cuando sabemos que tenemos vida eterna, naturalmente podemos comparecer llenos de confianza delante del Señor”.[1]

Ahora bien, esa certeza está caracterizada no por un corazón egoísta sino por uno justo que sabe deleitarse en el Señor (Pr 10:24Sal 37:4). Spurgeon explica: “La oración es una gran cosa, pero no es la oración de todo el mundo la que es escuchada. Sino aquel que tiene la vida de Dios en él, sus peticiones le serán concedidas; porque el Espíritu Santo lo moverá a pedir de acuerdo a la voluntad de Dios”.[2]

Conclusión

No te apresures a tomar una decisión. Invierte el tiempo necesario. Practicar estos consejos es una forma de vivir el evangelio. Las decisiones tomadas con sabiduría demuestran nuestro interés por hacer las cosas bien, honrar a Dios y exaltar a Cristo.


[1] William MacDonald, Comentario bíblico de William MacDonald, 1 Juan 5, (Barcelona, España: Editorial Clíe, 2004) pág. 1,069.
[2] Charles Spurgeon, Primera carta de Juan capítulo cinco – (1 John) by Charles H. Spurgeon – The Expansive Commentary Collection; Página 73, versión Kindle.

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