No soporto tu brillo
Haz de Sabiduría
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Según una
conocida fábula, en cierta ocasión una serpiente decidió perseguir a una
luciérnaga. Así lo hizo sin descanso, dos días.
Al día
tercero de persecución, la luciérnaga visiblemente agotada se detuvo y le
increpó a la serpiente:
-
¿Puedo hacerte un par de preguntas?
- La serpiente contestó:
-
No acostumbro dar ese privilegio, pero en
vista de que pronto te devoraré, haz las preguntas.
-
¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?...
¿O te hice algún mal?
- Claro que no. Contestó
el reptil.
-Entonces, ¿Por qué quieres
acabar conmigo?
- Porque no soporto verte brillar, exclamó finalmente el
reptil.
Querid@ visitante:
Es posible
que en tu correcto caminar te encuentres
con personas con las que definitivamente no haya empatía. O personas -como dice
el vulgo- a las que no les caigas bien.
Si eres muy
sensible, eso te afectará al punto de quitarte la paz y hasta el sueño;
perderás mucha energía, intentando descubrir la causa de tal antipatía ajena. Y
al final, es posible que la única causal que halles, sea la misma de esta fábula:
la envidia.
De ser así,
no te ubiques en el plano ni del orgullo, ni del fracaso; ama y perdona en tu
corazón a tus enemigos declarados, gratuitos o anónimos; ora por ellos; sigue encomendando al Señor tu camino y tus
tareas, dando lo mejor de ti. Siente paz
contigo mismo; y, brilla sin temor, pues si la luz de tu accionar proviene del
Señor, podrán atacarla pero nunca apagarla.
“Hagan lo que hagan, trabajen de
buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes
de que el Señor los recompensará con la herencia…”
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