El poder de establecerse metas en febrero

 Alex López
La Catapulta
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Es increíble como el pensamiento anualizado – pensar de enero a diciembre – nos da un norte claro y a la vez nos resta tanto.

Nos da un norte claro porque un año nuevo tiene algo especial. Mentalmente nos trae oportunidades. Hay un borrón y cuenta nueva. Podemos también medirlo fácilmente. Comienza en enero y termina en diciembre. Son 12 meses a los que nacemos a una nueva oportunidad luego de un 31 de diciembre.

¿Por qué es que el pensamiento anualizado nos resta mucho? Históricamente podemos decir que el mes de enero es el peor mes para establecer metas. Sí, es probable que a usted le haya funcionado, pero para muchos otros, enero no es el mejor mes. ¿Por qué razón?

Primero porque es un mes al que entramos desvelados. Los que solemos comenzar el año nuevo despiertos, lo arrancamos desvelados. Recibimos el año nuevo a media noche, compartimos en familia y más. El 1 de enero de cada año estamos desvelados. Y desvelados, ni pensamos bien, ni tenemos la energía para mayor cosa.

No sólo amanecemos desvelados. El 1 de enero de cada año, hay feriado. Sí, muchos trabajan, pero la gran mayoría descansa. Si no hemos escrito nuestras metas en diciembre, difícilmente lo haremos el 1 de enero, tampoco el 2 y menos el 3 si ya comenzamos a trabajar.

Es típico, si el 1 de enero no escribimos nuestras metas, nos decimos: “mañana las escribo”. Cuando sentimos ya estamos a 1 de febrero y nada nuevo hemos hecho. Más que mantener la ilusión de que el próximo 1 de enero será diferente y sí nos estableceremos metas que cambiarán nuestra vida para bien.

Cierto, hay excepciones. Personas altamente organizadas, enfocadas constantemente en su mañana, que a mediados de diciembre ya tienen las mestas establecidas para el año siguiente y desde el 1 de enero comienzan con todo.

Si usted es de los que no escribió metas en enero o las escribió, pero ya abandonó el desafío. Febrero es un excelente mes para comenzar de nuevo. Si sus metas son anuales irán de febrero de este año a febrero del año siguiente.

Si su anhelo es leer la Biblia de pasta a pasta y tener una comprensión general de los 66 libros de la Biblia y comienza a leer el 1 de febrero, el 1 de febrero del próximo año estará terminando su meta y arrancando una nueva.

Hoy hablaba con una persona que ha trabajado por más de 20 años. Le pregunté ¿En dónde estarías hoy si hubieras ahorrado el 10% de tus ingresos cada mes? Comenzar es lo que más cuesta, pero con metas y acciones diarias definidas, ya sólo es cuestión de disciplina.

Tómese el tiempo para definir sus metas hoy, sí hoy, en el mes de febrero. Como bien se ha dicho: “El que no tiene metas ya llegó”. Febrero es una nueva oportunidad para comenzar de nuevo.

Defina pocas mestas. Pero trabaje con todo en ellas. Febrero es un excelente mes para comenzar de nuevo. Tómese el tiempo para pensar en el 1 de febrero del próximo año. Y vea desde ya los resultados de haber alcanzado sus metas. Ver nuestras metas realizadas, inspira. Y nos permite preguntarnos ¿Qué debo hacer para alcanzar lo que veo? Es como una ingeniería en reversa. Venimos del futuro al presente para definir los pasos.

El poder de establecer metas en febrero, es la oportunidad mental que nos damos, de perdonarnos por un año más que iniciamos con desvelo, sin establecer metas o habiéndonoslas establecido tan teóricas y sin los pasos necesarios para alcanzarlas, que difícilmente se harán una realidad.

Defina sus metas, defina las acciones y la periodicidad con que debe realizarlas y cumpla cada vez que le toque realizar una acción repetitiva para ir dando pasos hacia la realización de sus sueños.

(...)

No todas las metas comienzan y terminan en enero. También febrero, tiene el poder de convertirse en una nueva oportunidad, descartando el pensamiento anualizado y aprovechando la tranquilidad de febrero versus el corre-corre de enero.

Si le sirve hágalo. Si no, saque las metas que escribió en enero y pregúntese ¿Con qué cosas sí estos cumpliendo para avanzar hacia mis metas? Y aprenda de su cumplimiento para repetirlo. También pregúntese ¿Qué cosas no he hecho consistentemente y por qué? Y ¿Qué está en mis posibilidades de hacer hoy, para comenzar de nuevo?

Al final de cuentas, el que no tiene metas, ya llegó. Y la vida no se hizo para estar sentado. Aún a Adán y estando solo en esta tierra, Dios le dijo que cuidara y cultivara el jardín del Edén. Por lo que el trabajo y las metas, no son una maldición de Dios, sino el compromiso de trabajar en esta tierra para ser productivos al cuidar y cultivar nuestros talentos. Y al ser productivos, bendeciremos con más recursos a nuestras familias, a la obra de Dios y al necesitado.

Bienvenido a febrero, una nueva oportunidad para usted…

“Goza de la vida con la mujer amada cada día de la vida sin sentido que Dios te ha dado en este mundo. ¡Cada uno de tus absurdos días! Esto es lo que te ha tocado de todos tus afanes en este mundo. 10 Y todo lo que te venga a la mano, hazlo con todo empeño; porque en el sepulcro, adonde te diriges, no hay trabajo ni planes ni conocimiento ni sabiduría.” La Biblia en Eclesiastés 9:9-10

 

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