Ladran, Sancho, señal de que cabalgamos!

Luis Caccia Guerra
La Roca Ministerios
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Desde los ocho o tal vez nueve años de edad, ya había leído unas cuantas obras completas de la literatura universal. Entre ellas, “Las Aventuras del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”, de don Miguel de Cervantes. Una obra un tanto grande para un chiquillo de 10 años, pero la disfruté muchísimo, me divertí tanto con las andanzas de Don Quijote y su fiel escudero Sancho Panza, y ¡entendí todas las palabras! a pesar de su castellano antiguo.

Años más tarde, cuando cursaba la cátedra de Literatura Española I, pude descubrir aspectos que, por ser tan chiquito cuando la leí por primera vez, se me habían pasado desapercibidos; como los dobles sentidos entre el humor y el sarcasmo del genio creativo de don Miguel de Cervantes para presentar ciertas situaciones de la vida real con un increíble sentido de actualidad.

Recuerdo particularmente un episodio cuando Don Quijote venía montado sobre su caballo “Rocinante”.

“cuatro días se le pasaron en imaginar qué nombre le pondría... y así después de muchos nombres que formó borró y quitó, añadió, deshizo y tornó a hacer en su memoria e imaginación, al fin le vino a llamar Rocinante, nombre a su parecer alto, sonoro y significativo de lo que había sido cuando fue rocín, antes de lo que ahora era, que era antes y primero de todos los rocines del mundo".

Ja, ja, ja! Hoy tengo casi 60 y como verán: todavía lo disfruto como el primer día!!!

Les decía que particularmente recuerdo ese episodio en que Don Quijote viene montado sobre “Rocinante”, unos perros les salen al encuentro y les ladran amenazantes. Entonces, Don Quijote se dirige a Sancho y le dice: “Ladran, Sancho; señal de que cabalgamos”.

¿No te ha pasado que tu proyecto, tu ministerio; de alguna manera y sólo por la Gracia de Dios, ha comenzado a BRILLAR… En pocas palabras, ha comenzado a “CABALGAR”, no importa qué tan lento o qué tan rápido, pero por fin a “CABALGAR”… y las voces de detracción, menosprecio, o el silencio del ninguneo; en pocas palabras, los ladridos del mediocre LO PONEN EN EVIDENCIA? 

¡LADRAN, SANCHO, SEÑAL DE QUE CABALGAMOS!

Amad@: si Dios te dio el caballo y te subió a él, nunca te bajes ni pretendas enfrentarlo a su nivel, porque vas a salir mordido.

Si ladra, es porque es perro, NO OVEJA.

¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.

(Santiago 3:13-17 RV 1960)

 

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