Hojas secas

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Si vivir fuera fácil, no tendríamos tantos dolores y problemas repartidos por todo el planeta.

El dolor visita a cada una de las personas con tareas que a veces, a primera vista, parecen demasiado injustas, pero que terminan siendo necesarias, para la madurez y el crecimiento del ser humano.

Los problemas son como las hojas de un árbol enorme que siempre caerán, de una forma u otra, en un ciclo sin fin, lo que cambia es la forma en que recolectamos estas hojas, o cómo tratamos los problemas; sin embargo, muchas veces dejamos que las hojas se acumulen y no permitan ver la belleza del paisaje. Y si no damos la debida importancia al cerro que se va formando, al cabo de un tiempo, las hojas ya se han apoderado del suelo, las esquinas, las grietas y hasta los patios vecinos.

Procura recoger las hojas a diario, asume tus problemas y resuélvelos, de esta manera irás quitando lo que ya no sirve, separando lo importante y lo que no.

Las hojas muy secas se pueden quemar rápidamente, así como los pequeños problemas a los que muchas veces damos demasiada importancia, incrementándolos sin siquiera pensar en una solución. Paralizados por el miedo.

ARTÍCULO DE INTERÉS: ¿Y tú, cómo ves la vida?

No esperes a que llegue el otoño y corta todas las hojas a la vez, mantén siempre limpio tu jardín de tu vida, cultiva flores (optimismo), riega de buen humor, esparce las semillas (caridad) en todos los jardines, y recibe de la naturaleza el beneficio proveniente de tu dedicación: olor a tierra mojada, colores y perfumes de flores, frutos que alimentan y paz que llena el espíritu.

Los problemas son como las hojas de los árboles, tú eres el jardinero y Dios el sembrador de la vida. La vida exige cuidados diarios que implican deshacernos de aquellas cosas que nos hacen daño. Cuando dejamos nuestra vida al cuidado del Señor, podremos estar seguros de que Él hará de nosotros un maravilloso jardín.

MANTÉNGASE CON DIOS QUE SIEMPRE SE CUIDARÁ DE USTED