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Vasijas de barro

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Por Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com   La Biblia hace recurrentemente referencia a las vasijas. El término más comúnmente empleado es “sir” que significa “recipiente” sin aludir a una forma, material, ni tamaño específico. En la antigua época de los tiempos bíblicos, estos utensilios tenían usos múltiples. Presentes en todos los hogares, se empleaban para cocinar, lavarse, transportar y almacenar agua y vino, o inclusive, procesar metales por artesanos y orfebres. También eran muy utilizadas para almacenar granos, miel, aceite, perfumes e inclusive vino, como en el caso de las ánforas romanas. Sin embargo, había otro uso algo menos conocido de las vasijas de barro cocido; también se usaban para guardar joyas, dinero, títulos de la propiedad y en general documentos de valor. Los manuscritos bíblicos de las grutas de Qumrán, hallados entre fines de 1946 y principios de 1947 por pastores beduinos a orillas del Mar Muerto permanecieron guardados en vasijas de

Volar alto es para los pájaros

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Por Luis Caccia Guerra para www.mensajesdeanimo.com El centro de nuestra ciudad se distingue por unas cuantas características. Una de ellas es el frondoso arbolado público y los canales que les proveen agua, que corren a ambos costados de las calles. La ciudad también se caracteriza por edificios emblemáticos que tienen su propia e interesante historia. Uno de ellos, el “Pasaje San Martín”, de gran riqueza arquitectónica y artística, de varios pisos de altura y construido en 1926 como un verdadero desafío en una época en la que nada hacía suponer que en zona eminentemente sísmica, como lo es la ciudad de Mendoza, Argentina, se podría construir un edificio de esas características. Hoy en día, son unos cuantos los emprendimientos edilicios que lo han superado ampliamente en altura. Pero justamente esta conjunción entre provisión de agua, exuberante arboleda y edificación, ha sido uno de los determinantes de otra de las características de mi ciudad, y es la “fauna

Desde la oscuridad

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Por Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Ayer, en una de esas “meditaciones callejeras” rumbo al trabajo, producto de ese intenso diálogo interior con Dios, conmigo mismo y con personas ausentes, un triste recuerdo de mi juventud afloró súbitamente en el escenario de mis pensamientos. Transcurrían los días finales de mi adolescencia, cuando aquella tarde, al regresar del colegio al atardecer, apenas transponer la entrada, hallé a mi madre sentada en soledad junto a la puerta. En total oscuridad y con una mirada intensamente triste y perdida a través de la pequeña ventanita adyacente a la puerta. Ignoro cuánto tiempo habría permanecido así en ese lugar y en ese estado. En aquella época las relaciones entre nosotros eran difíciles, ríspidas, tortuosas, conflictivas, por lo que ni siquiera pregunté qué pasaba. Sí, puedo recordar que esa escena me molestó, me fastidió intensamente. Aquel día, a pesar de mi juventud e inexperiencia, pude percibir que la oscurid

A corazón abierto

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Por Luis Caccia Guerra para www.mensajesdeanimo.com “ De todas maneras, eso fue lo que Nowen hizo por mí. Comencé a arriesgarme en mis escritos porque él iba adelante conduciendo el camino, dejando al descubierto sus propias neurosis y fracasos para que el mundo los viera. (…) Daba la impresión de que abría su corazón sin guardarse nada.” (Philip Yancey. Sobreviviente) Todos los seres humanos tenemos un lado oscuro, un lado profundo, un lado escondido. Un lado que nos ocupamos de cuidar muy bien de la mirada de los demás. Gordon MacDonald compara al hombre con un iceberg, esos gigantescos bloques de hielo desprendidos de los glaciares polares que flotan a la deriva y de los cuales sobresale de la superficie del agua tan sólo un 10% de su volumen total. El resto permanece oculto bajo el agua fuera de la vista de los marinos. Y es que así es justamente como nos conducimos por los mares de esta vida. Alguien acusó a Henri Nowen (Holanda, 1932-1996) de no guarda

El valor de mi espina

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Por Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Hace ya un tiempo, resolví hacer una pequeña inversión en tecnología con destino a ministerio. Comencé por una actualización en software, eso planteó la necesidad de realizar otra y así sucesivamente cada cosa que iba haciendo fue dando el lugar, abriendo el camino hacia otra más importante. Para quien esto escribe, representó un para nada despreciable esfuerzo. El gasto que debí prorratear entre seis y doce meses, tal vez para otros, es lo que gastan en un día. Pero más allá de eso, las posibilidades estuvieron, el Señor proveyó y hoy me resulta posible, cuando es necesario y amerita la oportunidad, llevar conmigo toda una biblioteca, leer, estudiar y comenzar o reanudar mi trabajo prácticamente desde cualquier sitio, sin necesidad de estar físicamente en mi estudio. Para muchos, esto tal vez desde hace tiempo sea algo de lo más “natural” en su vida. Para quien esto escribe, como digo, representó un gran esfuerzo, ad

Ya no hay pichones en el nido del año pasado

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Por: Luis Caccia Guerra para www.mensajesdeanimo.com “ Este año ya no hay pichones en el nido del año pasado” dice un dicho popular. Y quiere decir que lo que pasó, pasó. Hoy, ya nada tiene por qué ser lo mismo que ayer. Hay aves que con mucho trabajo y laboriosidad construyen sus nidos y tienen sus pichones este año. Pero cuando al año siguiente regresan, ese nido está desierto y abandonado, no está en condiciones de albergar los pichones del nuevo año y construyen uno nuevo. Así es como lo viví en unas cuantas experiencias. Me aparté de la institución, de la comunidad en la que estaba, busqué otros rumbos. Tiempo después, cuando pretendí volver, ya nada volvió, ni pudo volver a ser lo mismo. Muchas veces he vivido lamentando el fracaso de la vez anterior, lamentando lo que pudo ser y no fue. Volví a ese lugar creyendo que las cosas iban a volver a ser como antes… y oh, desilusión! Ya nada volvió a ser lo mismo. Entonces, los que sí volvían, eran los

Fe en piloto automático

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Por: Luis Cacciia Guerra para www.devocionaldiario.com No es necesario ser un experto en aeronáutica, o un avezado piloto de avión para al menos tener una idea de lo que es el denominado “piloto automático” en un avión. Es un complejo sistema computarizado que guía al avión en vuelo sin la intervención del piloto. Tanto los aviadores, como los ingenieros que desarrollan estos dispositivos, saben perfectamente que el piloto automático no es apto en cualquier circunstancia y que la presencia y supervisión del piloto es fundamental. En ocasiones, el mal empleo del piloto automático ha sido el motivo de terribles tragedias. No puedo evitar el evidente paralelismo que me surge con clara evidencia en el terreno de las lides espirituales, donde muchas veces nos encontramos navegando en “piloto automático”. Días atrás veía esta escena en una familia: Papá, mamá y las niñas bordando el auto para salir. Cada uno sabía exactamente qué puerta debía abrir, dónde ub