El pecado de Jonás que quizás no sabías

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Todos conocemos la sorprendente historia de Jonás, un hombre con una encomienda de parte de Dios el cual pasó por muchos procesos a causa de su desacato; muchos piensan que su mayor pecado fue la desobediencia, sin embargo, al adentrarnos más en la historia podemos ver que hubo otro pecado en la conducta de Jonás que le condujo a pasar por tantas adversidades.

Jonás tuvo actitudes contrarias a las de un hijo de Dios

Jonás mostró una actitud egoísta, solo quería la salvación para sí y para los suyos; debemos tener presente que el evangelio es para compartirlo y no para atesorarlo solo para sí.

La actitud de Jonás también era injusta porque estaba enojado que el pueblo pagano de Nínive recibiera la misma medida de misericordia que el recibió; recordemos que el había desobedecido a Dios y era digno de su castigo, pero por su misericordia fue perdonado.

Otra actitud de Jonás era fría y sin amor porque sus palabras demostraron que Jonás no tenía ningún tipo de amor por los perdidos, no tenia compasión por aquellos que se pierden.

Estando a lo lejos y esperando ver la destrucción de Nínive el sol fuerte arreciaba y le hería en su cabeza, motivo por el cual Dios quiso darle una lección a Jonás, e hizo salir una calabacera la cual le cubría del sol y Jonás al despertar por la mañana y viendo que ya el sol no le hacía daño se alegró mucho, pero al día siguiente preparó Dios un gusano que acabó con la calabacera y cuando Jonás despertó y vio que lo que había sucedido con la calabacera se enojó mucho en extremo contra Dios.

«Y dijo Jehová: Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció. ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?», Jonás 4:10-11.

No podemos deducir nada más pero la Biblia no indica que Jonás se haya arrepentido de su conducta. Lamentablemente, este hombre de Dios había perdido el enfoque, el amor por las almas y la pasión por los perdidos y estaba más interesado en su comodidad que en la salvación de otros.

Es sorprendente pensar como Jonás quien había visto el poder y la misericordia de Dios había perdido la visión y el enfoque en lo más importante que es que no tenía misericordia  de las multitudes.

Muchas personas se encuentran en la misma condición que Jonás, se han entretenido mucho en lo material y se le ha olvidado que de este mundo nada podrá sacar, pero cada alma que se gana para Cristo es de mucha estima y valor allá en los cielos. Muchos podrán pensar que el mayor pecado es la desobediencia, pero recordemos que nuestras actitudes (frutos hablan por si solos).

Podemos hacer muchas cosas por obediencia a Dios y a nuestras autoridades, pero si en nosotros hay una mala actitud de queja, molestia, murmuración lamentablemente también cuenta como pecado ante Dios; recordemos que nuestras obras han de ser probadas por fuego, procuremos pues que cuando el día de la prueba llegue, nuestras obras reflejen un material genuino y puro agradable ante Dios.

«la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará», 1 Corintios 3:13.