ENEMIGA SILENCIOSA

Por: Pablo Martini
Ministerio Una Pausa en tu vida
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 “Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti; a todos los que concentran en ti sus pensamientos.” Isaías 26:3

Inquietud, miedo, cansancio, sensación de peligro, inseguridad, temor a perder el control, dificultad para tomar decisiones. 

En casos más extremos: temor a la muerte, a la locura o al suicidio. Palpitaciones, opresión en el pecho, falta de aire, temblores, sudoración, molestias digestivas, náuseas, vómitos, “nudo en el estómago”, alteraciones de la alimentación, contracturas, cansancio, alteraciones del sueño, estado de alerta constante.

Y así podríamos seguir la lista de indicadores que nos enfrentan con enemigos silenciosos que pueden hacer estragos en nuestras vidas: ansiedad y estrés.

Es como si cierto hombrecito dentro de nuestro cerebro se ocupara todos los días de oprimir un botón de “¡alerta y peligro!” expandiendo así una extraña sensación por todo nuestro organismo, desequilibrando la estabilidad, la tranquilidad y la armonía para vivir y enfrentar las situaciones cotidianas. Hoy este problema se ha instalado socialmente y produce estilos de vida muy enfermos, que no coinciden con la paz y la seguridad que Dios invita a disfrutar.

Él promete que nos guardará en paz si nuestros pensamientos perseveran en Él y si nuestra confianza se apoya en su persona. La paz a la que refiere no anticipa ausencia de conflictos. Esto es imposible pretenderlo en esta Tierra; pero esa paz que nos mantiene seguros en medio de las complicaciones de la vida, está a nuestro alcance cuando confiamos y cuando aprendemos a entregar las cargas en manos de Dios.

Por supuesto que esto no nos resulta tan sencillo a todos. Si así lo fuera, la ansiedad no sería una amenaza para nadie. Hay un eje que te invito a revisar: el que se tensiona entre lo real y lo que imaginas. 

Entre lo que esperas de modo casi ideal en la vida y de lo que se te presenta como realidad todos los días. Cuando esa distancia está muy lejana te frustras, te cargas con miedos y la inseguridad se apodera de ti. Dale el lugar a Dios en esa distancia y su presencia te dará PAZ.

 


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