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AMISTAD

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Amistad Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Cada vez que alguien me ha pedido definir palabras como “amigo”, “amistad”, a pesar de ser escritor y como tal se espera de mí un manejo más expeditivo de palabras y términos, debo confesar que tengo dificultades y no me queda otra opción que recurrir a ese libraco que he dado en denominar “mataburros”, es decir al diccionario. Es que a pesar de que todos conocemos esas palabras, las hemos empleado tantas veces y tenemos alrededor nuestro personas a las que llamamos “amigos”; siempre tengo dificultades a la hora de dar con una definición clara y objetiva del término sin que el componente subjetivo tenga un enorme peso. Y aquí no hablamos de los “amigos del Comisario”, de las conveniencias, de aquellos ávidos de acercarse al sol que mejor calienta. “Un hermano puede no ser amigo, pero un amigo será siempre un hermano” , escribió Demetrio de Falero (350 AC-280 AC) orador, filósofo y gobernante atenien

El "MERVAL" (Mercado de Valores) de Dios

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El “MERVAL” (Mercado de Valores) de Dios Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com En un trabajo que tuve, hasta hace unos años atrás, a media mañana me tocaba salir a la calle a realizar los trámites de todas las áreas del Estudio. Es así como hacía algunas tareas relacionadas con mi área específica y luego organizaba el circuito, los tiempos, y coordinaba con jefes y compañeros las gestiones que había que realizar fuera de la oficina. Es así como entre ir y venir, unas cuantas veces a la semana pasaba por un lugar donde estaba siempre una ancianita sentada en una silla pidiendo limosna. Avanzada en años, con muchas dificultades para caminar y la espalda muy encorvada, sostenía entre sus manos un plato con dos billetes de la denominación más baja, pero nuevos, y pedía con su voz cascada y entrecortada como resultado de los años, pero con una muy especial dulzura. Un día pasé por el lugar más temprano de lo habitual y ví cómo un hombre de mediana e

Cuarentena

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Cuarentena Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com A mediados de 2009 México emitió con gran eficiencia y celeridad, a través de la Organización Mundial de la Salud, un alerta sobre el brote de una cepa de virus de influenza denominado H1N1. Rápidamente se extendió por todo el mundo afectando la población de numerosos países a lo largo y a lo ancho de todo el planeta y llevándose algunas vidas consigo. Escuelas y universidades, organismos gubernamentales, oficinas y entidades con acceso o gran concentración de público, inclusive algunas iglesias, se vieron tan afectadas que debieron restringir e inclusive suspender actividades. Esta vez no resulté perjudicado, pero tanto afectados con el virus como quienes no fuimos contagiados, además de extremar las precauciones y cuidados, debimos permanecer en cuarentena un tiempo hasta que el rebrote pasara. Pero unos años antes, hubo una epidemia de parotiditis en la institución cristiana en la que trabajaba y

No se ponga el sol sobre vuestro enojo

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No se ponga el sol sobre vuestro enojo Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com En épocas de mi juventud, mi espíritu efervescente e impulsivo me jugó más de una mala pasada. Recuerdo cierto día que algo me había molestado de uno de mis amados hermanos y ese día resolví no dirigirle más la palabra. Pero no pasó mucho tiempo con esta fea actitud de mi parte. Pocos días después, este hermano querido vino y sin tener razón alguna para ello, me abrazó y con lágrimas en sus ojos me pidió perdón si en algo me había ofendido. Pero agregó algo más, y esa fue la estocada de muerte a mi pobre corazón endurecido. “No sería capaz de hacer nada para ofenderte… ¿Sabes como te quiero?” dijo. Me sentí pobre, miserable, abatido por lo que había hecho. Han transcurrido cerca de treinta años desde aquel evento. Sin embargo hoy lo recuerdo como si hubiese ocurrido ayer, toda vez que es una de las más formidables lecciones de vida que alguien me ha enseñado. ¡Cuántos sole

Obreros idóneos

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Obreros idóneos Por Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com En cierta oportunidad recibí un mail procedente de la oficina pastoral de la iglesia en la que me congregaba, que decía escuetamente algo así como: “el domingo (fecha) elegimos pastores y maestros” . Hasta donde quien esto escribe sabía, pastor… ya teníamos. Maestros, también. No entendí nada, tampoco pregunté. Y ese domingo no asistí a la reunión. Pero en las sucesivas reuniones no sólo no noté absolutamente nada nuevo ni extraño, sino que tampoco percibí comentario alguno al respecto. Todo en su apariencia continuaba tal y como lo había dejado semanas atrás. Un año después, uno de mis colaboradores de ministerio más inmediato, me hizo saber que los hermanos que formaban el gobierno humano de esa congregación -el grupo de Ancianos- ya no estaban más en sus funciones... desde hacía un año. Habían permanecido durante años en ese noble cargo, pero en aquella oportunidad no habían reunido la canti

Vino nuevo en odres nuevos

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Vino nuevo en odres nuevos Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com El odre era un recipiente en forma de bolsa de cuero, generalmente de cabra, aunque los había también de oveja, de buey y de camello. Era el recipiente generalmente más utilizado para transportar líquidos. Se usaba para contener vino, leche, mantequilla, queso y agua. En la Biblia se lo asocia en unas cuantas oportunidades, con el vino. Para hacerlo, se extraía la piel del animal cuidadosamente cuidando de no tener que cortar por el medio, para que quedara en una sola pieza. Se curtía y se cosía en las aberturas de las patas dejando generalmente sólo abierta la parte del pescuezo del animal, para poder llenarlo o extraer el contenido, y se cerraba con un cordel. En el caso del vino el proceso de curtido era fundamental, ya que si no quedaba bien, la bebida adquiría un sabor sumamente desagradable. Cuando se guardaba vino nuevo, el proceso de fermentación lo estiraba, por lo que era ri

DIOS TE LLAMA

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Dios te llama Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Cuando leo la historia de Jonás, a quien Dios lo llamó a predicar a Nínive y él se tomó el barco para el lado contrario; no puedo menos que sentirme profundamente identificado con él. Debo reconocer que yo intentaría lo mismo. Puedo ser muy desenvuelto a la hora de decir algo por escrito, pero soy extremadamente tímido y me cuesta toda una odisea acercarme personalmente a los demás. Ni hablar de abordar un púlpito y decir algo ante un auditorio lleno de gente. Sufro de crisis de pánico cuando me toca decir algo ante una audiencia. Obviamente lo mío es la palabra escrita. Aunque humildad y nobleza obliga, debo reconocer que así como mis escritos han sido de gran bendición para muchas personas, también he sabido hacer mucho daño a través de la palabra escrita. Desde estas líneas, humildemente pido perdón por ello. Es por esto que me permito una vez más insistir en que si algo bueno has visto en mí, eso