Vino nuevo en odres nuevos
Vino nuevo en odres
nuevos
Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com
El odre era un recipiente en forma de bolsa de cuero,
generalmente de cabra, aunque los había también de oveja, de buey y de camello.
Era el recipiente generalmente más utilizado para transportar líquidos. Se usaba
para contener vino, leche, mantequilla, queso y agua. En la Biblia se lo asocia
en unas cuantas oportunidades, con el vino.
Para
hacerlo, se extraía la piel del animal cuidadosamente cuidando de no tener que
cortar por el medio, para que quedara en una sola pieza. Se curtía y se cosía
en las aberturas de las patas dejando generalmente sólo abierta la parte del
pescuezo del animal, para poder llenarlo o extraer el contenido, y se cerraba
con un cordel. En el caso del vino el proceso de curtido era fundamental, ya
que si no quedaba bien, la bebida adquiría un sabor sumamente desagradable. Cuando
se guardaba vino nuevo, el proceso de fermentación lo estiraba, por lo que era
rigurosamente necesario que en ese caso el odre destinado para el vino nuevo,
fuese nuevo; de otro modo no sería capaz de resistir sin reventar (Y nadie echa vino nuevo en odres
viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres,
y el vino se derrama, y los odres
se pierden; pero el vino nuevo en odres
nuevos se ha de echar. [Marcos 2:22 RVR1960]). Hoy en día, en el estado en donde
vivo, aún se fabrican pequeños odres de cuero llamados “botas” destinados a
vinos de exquisita calidad.
Esta
mañana el pastor preguntó a la congregación: “-¿Es Ud. fiel a Dios?”. Unos cuantos respondieron enfáticamente “¡Sí, pastor!”. Quien esto escribe, más
bien optó por guardar prudente silencio y bajar la vista sin responder. Al
momento de escribir esto, los ecos de semejante pregunta todavía resuenan en mi
mente y no puedo menos que decir: “Señor
sé propicio a mí, pecador”.
Hoy
quiero hacer tu voluntad, amado Señor. Hoy resuelvo vivir sólo por ti. Hoy
resuelvo vivir esa vida nueva que me diste por el sacrificio de Cristo en la
cruz (De modo que si alguno está en
Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. [2
Corintios 5:17 RV60]). Hoy ruego que Tu Presencia me inunde, pero nada de esto
será posible a menos que haya una transformación fundamental…
Hoy
ruego que Tu Presencia me inunde, pero también hoy ruego que hagas de mi vida
un odre nuevo capaz de contener el vino nuevo de la vida nueva que me diste y
de las bendiciones que mi Señor tiene preparadas para mí y para quienes me toca
ministrar.
nos
salvó, no por obras de justicia que
nosotros hubiéramos hecho, sino por su
misericordia, por el lavamiento de la
regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,
(Tito 3:5 RV60)
No os
conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena
voluntad de Dios, agradable y perfecta.
(Romanos 12:2 RV60)
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