Por qué una agenda llena no produce necesariamente madurez en la iglesia

CALEB BATCHELOR
Coalición por el Evangelio
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Es posible que tu iglesia se rija por el «principio regulativo»: si la Biblia dice que hagamos X en nuestro culto dominical, entonces haremos X, pero si no dice nada sobre Y, entonces no haremos Y. ¿Predicar? Sí (2 Ti 4:2). ¿Cantar? Sí (Ef 5:19). ¿Danza interpretativa? Tal vez en tu cuarto de baile en casa, pero no en el orden del servicio en la iglesia. ¿Por qué? No está prescrito en el Nuevo Testamento y nos basamos en las Escrituras para regular lo que incluimos o no en nuestras reuniones corporativas.

Esta es mi pregunta para nosotros: si afirmamos el principio regulativo para la reunión del domingo por la mañana, ¿no deberíamos también aplicar la misma convicción al resto de nuestros ministerios de discipulado?

¿Cómo se aplica el principio regulador al discipulado?

Los términos «elementos» y «formas» nos ayudan a entender el principio regulador. Los elementos son las tareas específicas que prescribe el Nuevo Testamento, mientras que las formas son el modo en que las iglesias practican esas tareas. Por ejemplo, para celebrar la cena del Señor, podemos diferir en la forma —algunos eligen panes de buen sabor y otros optan por galletas insípidas—, pero ambos estamos observando el mismo elemento.

En general, el principio regulador exige inflexibilidad en los elementos y flexibilidad en las formas. No hay que jugar con los elementos. Dios ha hablado. Pero puedes ser prudente con las formas. Dios te ha dado libertad para elegir.

Entonces, ¿cómo se aplica esto al discipulado que hacemos en la vida los unos a los otros? Para empezar, un mandamiento como el de «exhortarnos unos a otros cada día» es un elemento (He 3:13). Mientras tanto, las maneras específicas en que podemos obedecer este mandamiento —ya sea en llamadas telefónicas, en un estudio bíblico en un café o en un grupo pequeño de la iglesia— son formas. Hay diferentes maneras de vivir y obedecer Hebreos 3:13.

Ya sea reunidos o dispersos, siempre debemos dejar que las Escrituras regulen lo que le pedimos a toda la iglesia que haga

En otras palabras, Dios ha dado flexibilidad a los miembros de tu iglesia sobre cómo pueden obedecer Hebreos 3:13. Por lo tanto, si nosotros como pastores limitamos la libertad de los miembros al insistir en que se ajusten a nuestro modelo de discipulado, estamos usando de más autoridad de la que Dios nos ha dado.

No creo que esa sea a menudo la intención de los pastores. Los pastores solo quieren que sus miembros crezcan en su amor por Jesús y por los demás. Sin embargo, cuando los programas extrabíblicos se convierten en ingredientes esenciales en nuestro ministerio de discipulado —como decir: «tienes que hacerlo de esta manera»—, es como pedir a los miembros que participen en una actividad de culto corporativo que no se encuentra en las Escrituras. Estamos cambiando la danza con cintas del domingo por la mañana por un programa obligatorio el lunes por la noche. Ya sea reunidos o dispersos, siempre debemos dejar que las Escrituras regulen lo que le pedimos a toda la iglesia que haga.

Si las Escrituras no ordenan ciertos eventos, entonces podemos animar a los miembros a participar, pero no debemos exigir la participación, o hacer que la gente se sienta culpable por no participar. Si no exigimos la participación, entonces no debemos esperar que esos eventos carguen con el peso de nuestro modelo de discipulado.

Tampoco deberíamos hacer de la asistencia a eventos extrabíblicos una prueba esencial de madurez espiritual. Si le decimos a las personas que estas formas no son obligatorias para la membresía, pero informalmente las tratamos como indicadores necesarios de fidelidad, todavía estamos atando conciencias. No debemos atar conciencias a menos que las Escrituras lo respalden.

¿Cómo se ve el discipulado regulativo?

¿Cómo es el discipulado regulativo semanal? ¿Para qué actividades podemos encontrar un texto bíblico? Podemos exigir:

  • La reunión del domingo por la mañana, donde predicamos, cantamos, damos, oramos y practicamos las ordenanzas del bautismo y la cena del Señor.
  • La membresía y la disciplina en la iglesia.
  • Levantar ancianos y diáconos.
  • Obedecer todos los «unos a los otros».

La Palabra de Dios prescribe estas cosas. Por lo tanto, debemos mantenerlas como los indicadores de madurez para la iglesia.

Confiamos en que la Palabra de Dios predicada el domingo traerá ánimo, convicción e instrucción sobre cómo debemos leer nuestras Biblias a lo largo de la semana. Confiamos en que las responsabilidades de ser miembro de la iglesia inspirarán exhortaciones diarias (He 3:13). Creemos que los ancianos proporcionan una visión bíblica y oran por los miembros que «se soportan unos a otros en amor» (Ef 4:2). Sabemos que los diáconos ayudan a facilitar esas iniciativas dirigidas por los ancianos (Hch 6:1-7). Así seguimos con la lista de mandamientos bíblicos. Construimos nuestro modelo de discipulado sobre lo que podemos ver claramente en las Escrituras.

Las estructuras extrabíblicas solo existen para facilitar estas cosas. Los grupos pequeños pueden ser útiles como rampas de acceso a la comunidad bíblica. Las clases de escuela dominical y los estudios bíblicos de los miércoles por la noche son excelentes formas de proporcionar a otros líderes más oportunidades de enseñanza. Pero aún en estos casos, los pastores deben promoverlos meramente como formas opcionales para lograr elementos obligatorios.

¿Cuáles son los beneficios del discipulado regulativo?

Además de liberar las conciencias de los miembros, el discipulado regulativo nos libera para impulsar las cosas expresamente ordenadas en las Escrituras. Cuando los grupos pequeños no son la principal estructura de cuidado de la iglesia, los ancianos pueden pastorear a los miembros más de cerca (1 P 5:2). ¿No hay suficientes ancianos? Entonces hay que discipular y formar a más hombres (2 Ti 2:2Ti 1:5). En lugar de llenar las semanas de los miembros con programas, que tengan tiempo para la hospitalidad (Ro 12:13). Si la iglesia no espera que los grupos pequeños sean la principal fuente de relaciones, entonces los miembros son más propensos a «hablar la verdad en amor» después del servicio en lugar de salir corriendo después de la bendición final (Ef 4:15).

Dios obviamente usa programas extrabíblicos para Su gloria, y estoy agradecido por ellos. Pero ellos no pueden definir nuestros modelos de discipulado

Con el tiempo, creo que te darás cuenta de que los miembros mirarán más a las Escrituras para sus preguntas de discipulado en lugar de a los programas de la iglesia. ¿Un nuevo miembro busca relaciones más profundas? En lugar de ponerlo inmediatamente en contacto con un grupo pequeño (que puede o no ser bueno para él), es más probable que los miembros se remitan a 1 Pedro 4:9 («Sean hospitalarios los unos para con los otros, sin murmuraciones»). Animarán a este nuevo miembro a abrir su apartamento para almorzar después del servicio dominical, y estarán más inclinados a invitarlo a sus casas. Insistirán más en los mandamientos bíblicos en lugar de en los programas extrabíblicos.

Con la mirada puesta en hacer discípulos de todas las naciones, el discipulado regulativo también facilita la multiplicación. La plantación de iglesias es más factible. No necesitas un gran personal para crear y ejecutar programas, solo unos pocos miembros que conozcan y obedezcan sus Biblias. No necesitas clases de educación teológica, solo miembros normales acostumbrados a leer la Biblia y buenos libros con otros. Puedes multiplicar porque puedes replicar.

Conclusión

Dios obviamente usa programas extrabíblicos para Su gloria, y estoy agradecido por ellos. Pero ellos no pueden definir nuestros modelos de discipulado.

¿Qué puede definirlo? Dejemos que las Escrituras regulen nuestra respuesta a esa pregunta.


Publicado originalmente en 9MarksTraducido por Eduardo Fergusson.


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